jueves, 28 de febrero de 2008

MARASEVI ' 08




Quiero empezar esta crónica indicando que personalmente, y me consta que a mi cuñado también, hemos echado de menos (y mucho) a dos buenos amigos, así como a sus familias, que nos suelen acompañar en este tipo de pruebas, que no son otros que David y Javi, sin vosotros las carreras y todo lo que las rodea no son lo mismo.




Tras algunas dudas y deliberaciones con mi cuñado entre elegir Valencia o Sevilla, al final la balanza se decantó por esta última, así que tocaba preparar el MARASEVI ‘ 08.
Antes de Navidades ya teníamos ambos una buena base sobre la que trabajar, así que en el mes de enero empezamos ya con las tiradas largas y así nos metimos en puertas del maratón.

La noche del viernes ya están todos los preparativos hechos, y nos vamos prontito a la cama ya que saldremos temprano. El sábado por la mañana madrugamos las dos familias y nos vamos en coche para Sevilla, en uno mi cuñado, mi hermana y mis dos sobrinos, en el otro mis dos hijos, mi mujer y yo mismo. Salimos con buen tiempo de Madrid, pero en cuanto abandonamos despeñaperros ya comienzan a aparecer unas nubes amenazantes, en Córdoba ya caen algunas gotas de agua y según nos acercamos a Sevilla los chubascos son mas frecuentes. Ya sabemos por las predicciones que el tiempo no va a ser bueno, se esperan lluvias e incluso alguno meteorólogos hablan de tormentas para el domingo, uff....

Llegamos sobre las 10:00 de la mañana y como todavía es pronto decidimos ir directamente a recoger los dorsales. Así llegamos hasta el Estadio Olímpico y accedemos por uno de sus laterales a la Feria del Corredor, donde con una exquisita organización tardamos poco mas de cinco minutos en hacer todos los trámites. Buena bolsa con equipación completa “Joma” incluida. Me esperaba tener que soportar alguna de las colas a las que nos tiene acostumbrado el MAPOMA, pero no ha sido así, me he llevado una muy grata sorpresa.

De aquí nos vamos directos para el hotel, dejamos los equipajes y nos vamos a visitar Sevilla. Paradita con muchas fotos en “La Macarena” a la que dedico una oración y me encomiendo a ella, rogándole y pidiéndole mucha salud para toda la gente que quiero, y si es posible, ya puestos, que mañana no llueva, je,je.., luego unas cervecitas fresquitas en un bar. De momento el cielo está cubierto de nubes pero no llueve. La anécdota de la mañana es que en un semáforo una pareja desde un coche, con acento sevillano me preguntan si sé indicarles como se llega al hospital de La Macarena, al contestarles que tuerzan en la primera calle a la izquierda después de pasar el Parlamento Andaluz mi familia alucina: un madrileño indicándole a un sevillano.... increíble. (Los milagros de Google-earth y el haber repasado mil veces las calles para no perderme, tengo el plano de Sevilla embebido en la cabeza).

Sobre la 13:00 h. nos vamos derechitos a la “manduca de hidratos”, llegamos en un pis-pas, aparcamos los coches y ahora sí, ya empieza a “chispear”. Estamos el recinto de Isla Mágica y nos acomodamos en uno de los pabellones que ha puesto a nuestro servicio la organización, una vez mas, con muy buen criterio. Los macarrones estaban excelentes (en serio), y la cerveza fresquita, si a esto le añades que los niños se comportaron bien y que conjuntamente la comida fue amenizada por un trío sevillano que no paró de cantar ¿qué mas se puede pedir?. Mi mujer incluso se animó a bailar una sevillana escoltada por mi sobrino Javi. Nos hubiésemos quedado bastante rato más, pero hay que preocuparse un poquito por los demás y dejar las mesas libres para que puedan comer otros, pues comienza a llegar mucha gente.

A la salida de la comida ya si llueve con cierta intensidad, nos vamos hacia la zona de la plaza de toros de La Maestranza y aparcamos el coche justo al lado del coso taurino, así, pertrechados bajo los paragüas hacemos la visita turítistica de rigor: Maestranza, Torre del Oro, Catedral y Giralda, no nos enrollamos mucho más, que no está la tarde para fiestas ya que cada vez el agua cae con mas fuerza, y nos vamos para la zona del hotel donde justo al lado existe un centro Comercial en el que ya se va notando el ambientillo futbolero que lo rodea, no obstante, estamos justo al lado del estadio “Sanchez Pizjuán”. Damos la cena a los niños y nosotros nos regamos también por dentro con unas cuantas cervezas acompañadas de unas buenas tapas. El comentario gira alrededor de la lluvia que cada vez arrecia con mas fuerza. “Si mañana amanece así yo paso de correr, menuda la que está cayendo, imagínate 42 kilómetros bajo este diluvio, que no, que no, que yo si está a sí paso de correr.....”.
Se acerca la hora de comienzo del partido 22:00 y el ambiente ya es total, banderas del Sevilla y bufandas por todos lados, pero nuestra mente está ya puesta en el día siguiente...

Amanece en Sevilla con un cielo totalmente cubierto de nubes, pero el agua a ésta hora no cae del cielo, sino que está en el suelo por todas partes, está todo lleno de charcos, menuda manera de llover en la tarde de ayer...

Desayunamos en el hotel, bueno para ser sinceros no desayunamos, sino que nos atiborramos y nos ponemos hasta las trancas en el buffet libre. Ahora si que ha llegado la hora esperada, nos marchamos para el Estadio Olímpico de La Cartuja, al que llegamos en unos pocos minutos, para tomar la salida en el maratón. La temperatura es excelente, hace una ligera brisa y no parece que vaya a llover, de momento todo perfecto. Nos despedimos de las familias que nos desean suerte, y a través del túnel sur accedemos a las entrañas del estadio. Una vez dentro ya el ambientazo es increíble, hay corredores y corredoras por todas partes, de todas las edades, de todos los colores y todos con un mismo objetivo común: “Correr durantes 42 kilómetros... y pico”. La organización lo tiene todo bien previsto, guardarropas, zona de calentamiento y un montón de atenciones al atleta.

Inmersos en el ambientazo que rodea a todo gran maratón, nos situamos al filo de las nueve de la mañana junto al arco de salida, a nuestra izquierda hay una pantalla gigante retransmitiendo la prueba. Estamos pisando la pista de atletismo y tendremos que salir por ella del estadio, flanqueados por hileras de globos de todos los tamaños y colores.
Instantes después se anuncia por megafonía que los atletas en sillas de ruedas han tomado ya la salida, por lo que estamos a punto de hacerlo nosotros también. Los nervios y las ganas de salir hacen que poco a poco, como si de una ola se tratase, un estallido de aplausos recorra el gran pelotón que formamos todos los corredores de principio a fin, pocos segundos después suena el pistoletazo que da inicio al MARASEVI’08.

Abandonamos el estadio por el tunel sur, remontando los escasos metros que separan el interior del mismo de la parte exterior, donde ya se oyen los aplausos del público. En la primera rotonda está toda mi familia animando, toda una inyección de moral.

Bueno, pues esto ha comenzado, la salida la hago muy, muy lenta, de hecho el primer kilómetro lo paso el algo más de cuatro minutos, no es lo previsto ni mucho menos, pero queda todo el maratón por delante. Los primeros cinco kilómetros los hago muy, muy suaves, y aún así toda la cerveza consumida en la lluviosa tarde del sábado parece dar vueltas en mi barriga, así como la variedad de tapitas tanto frías como calientes de las que pudimos dar también buena cuenta, aunque de la que mas me estoy acordando en estos primeros compases es de la de una especie de butifarra, (joder, si parece que la estuviese comiendo de nuevo). En fin, a lo que vamos,... primer kilómetro en 4.05, la salida del estadio la he hecho muy lento, y los 900 metros siguientes según parece también. Uff... pues yo pensaba que había ido mas rápido, bueno no pasa nada, a coger ritmo y a seguir. Damos una vueltecita por la Isla de la Cartuja por unas grandes avenidas totalmente despobladas de público, menos mal que no pega el aire. Voy poco a poco adelantando a gente, ya que he salido bastante atrás. Así llegamos al Km. 5, llevo las piernas muy duras y el tiempo de paso “ no es bueno”, lógico, teniendo en cuenta que en el primer kilómetro me he dejado unos 30 segundos sobre el tiempo previsto.

Veo a mi familia en otra de las rotondas por donde discurre la prueba y recibo los ánimos de todos ellos, así da gusto.

Damos una vuelta por el parque del Alamillo y abandonamos La Cartuja por el puente de la Barqueta, poquito a poco siento que voy cogiendo ritmo y la “butifarra” parece que me quiere ya dejar en paz. De vez en cuando me uno a alguno de los grupitos a los que voy dando alcance, pero después de pocos segundos siempre decido seguir progresando, creo que voy ajustando mi ritmo en torno a los 3 minutos 35 segundos por kilómetro y la verdad es que voy (si no es pecado decirlo en un maratón) “relativamente cómodo”. A partir de aquí mucho tramo de laaaaargas y anchas calles, en las que se pierde la vista en el horizonte y sin prácticamente público, pero bien es cierto, que la poca gente que anima lo hace con toda su fuerza, así me llegan a gritar cosas como “Vamos arriba... hasta el cielo!!!!”, “Ea que no te queda ná” (no, sólo unos 30 kilómetros de nada....pienso yo) o la que me hizo mas gracia de todas: una señora ya entradita en años que me gritó algo parecido a “Énga guapetón que tiés a los negros ahí mismo.....énga ¡!!!”, que no es por nada, pero como se nota que se va perdiendo la vista con los años.....

Así continúa la carrera, y desde poco después de haber pasado el kilómetro 10 ya no rebaso a ningún grupo de atletas, ahora a los pocos que doy alcance suelen ir en solitario o en pareja a lo sumo, uff... me quedan por delante 30 kilómetros sin ninguna compañía, prefiero no pensarlo. Cerca del kilómetro 13 paso a una negrita que no lleva buena cara y que va acompañada por otro chaval de color, su ritmo es inferior al que pretendo llevar y decido progresar hacia adelante.

Sobre el kilómetro 15 se me une un ciclista que ya no me abandonaría hasta la entrada del estadio, mas adelante me enteraría que responde al nombre de Joaquín. Ha ido en todo momento con su bici al lado mío. Desde aquí darte las gracias por tu apoyo, que aunque sin muchas palabras, solo con tenerte ahí cerca me hacías sentir que no estaba solo, porque he de decir que salvo los cinco primeros kilómetros iniciales, el resto del maratón lo hice totalmente en solitario.

Los cinco kilómetros que separan el 15 del 20 decido incrementar algo el ritmo puesto que parece que hay algo de brisa a favor, así me planteo defender un ritmo de 3 minutos 25 segundos, lo que me hace recuperar unos cuantos segunditos que me dejé en la salida.

Paso por la media maratón y aquí recibo muchos ánimos, “Vamos ese de Carreras!!!”, hasta hay alguien que me anima por mi Nick “Vamos Piraña ¡!!!”, increíble... joder como se agradece. A lo que vamos, ... tiempo de paso por la media 1:16:45, es algo mas de lo previsto pero no voy tan mal de piernas como para perder mucho en la segunda.... hala a seguir corriendo.

Una vez superada la media maratón se nota una mayor afluencia de público animando, así como también compruebo que hay muchos atletas a ambos lados de la prueba esperando, a buen seguro, a algún amigo para acompañarle en la segunda mitad de la prueba. También desde algún edificio cercano, brotadas desde las ventanas hay personas nos hace llegar sus ánimos con fuertes aplausos, mil gracias, en algunos casos hasta me giro hacia ellos y les devuelvo los aplausos, entonces todavía aplauden más.... que flipe!!.

Cuando paso por delante del hotel donde estoy alojado, allá por el kilómetro 26, la verdad es que me dan unas ganas terribles de pararme, irme a la habitación y sumergirme en esa estupenda bañera que en estos momentos está tan desaprovechada, pero enseguida aparto esos pensamientos de mi coco y fijo la vista en un atleta negro que llevo delante y al que poco a poco me voy acercando, éste, (pienso yo) ha debido de hacer de liebre hasta la media para los de cabeza y ahora que ya lo ha dado todo simplemente se está dejando ir hasta la meta. Y así debe ser, porque enseguida le doy alcance y además le dejo atrás....... alucinante, es uno de los negritos que ha salido en cabeza y le estoy sobrepasando, no me lo creo ni yo... esto me da alas, y éstas se hacen aún mas grandes cuando pocos kilómetros después también doy alcance y adelanto a dos negritas que corren, codo con codo, la una con la otra.. ¡¡¡ Madre mía, ¿Pero que tenía esa butifarra?!!!! ..

Me encuentro bien de fuerzas y con la moral muy alta al ver que continuamente llego a la gente que voy viendo delante, y así me planto en el kilómetro 30, repongo líquidos, me semi-ducho con una de las esponjas que con una sonrisa en la cara me entrega una voluntaria, y es ahora cuando mi “escolta Joaquín” me dice que empieza la carrera para los “hombres”... Ay madre, eso acojona ¿eh?.. El caso es que a partir de ahí me entrego a tope con las ya pocas fuerzas que me quedan, así paso el 31 a buen ritmo, tanto que estoy pillando a otro par de corredores que me preceden, lo pago en el 32 y esos dos corredores se me vuelven a escapar.

Cruzamos el río Guadalquivir por el puente de Los Remedios y nos metemos de lleno en el barrio de Triana, así sufro para llegar al 33, me cago en la leche ¿dónde está el 34 que no llega??, por fin el 34, mi ritmo noto que ha decaído en parte, pero ahora es cuando toca sufrir de verdad y donde se gana o se pierde el maratón, aprieto los dientes e intento mantener el ritmo, ésta es la verdadera cara del maratón en su estado mas puro. Rebasado el kilómetro 34 doy definitivamente alcance al par de corredores con los que he ido haciendo “la goma”, en la camiseta de uno de ellos hay serigrafiado algo como “ultrafondistas de Ceuta” y la verdad es que el chaval, con rasgos magrebíes, tiene muy buena planta de corredor. Noto como ambos se enganchan a mí y les voy marcando el ritmo, pero me da igual, yo a estas alturas solo tengo el pensamiento puesto en la meta, además creo que se están descolgando. Nuevo cruce por encima del río Guadalquivir y a intentar que no decaiga el ritmo.

Ahora ya llevo las piernas como auténticas morcillas de burgos, estoy realmente echo polvo, además comienza a levantarse un ligero vientecillo en contra, pero hay gente delante que va aún peor que yo, porque todavía adelantaré a otro corredor mas, éste de los “fondistas de Córdoba”, según reza en su morada camiseta.... Así llega el 35, se hace de rogar el 36, se detiene el tiempo entre éste y el 37, el 38 no llega nunca, ...... y puedo oler a estadio y a meta, pero.... ¿dónde porras está el 39? Quillooooooooo!!!!!! , ahora sí , ya lo veo, lo paso y pienso “El próximo ya empieza por 4, venga ánimo Alejandro.....” y después de un largo rato, donde parece detenerse el tiempo en mitad del Parque del Alamillo, por fin después de una curva a la izquierda aparece.. ¿o no? Que sí, que sí, que es el 40, vamos dos kilómetros y se acaba este martirio..... El paso del 40 al 41 no se me hace tan largo como los anteriores, voy tocado y casi hundido, pero con las pocas fuerzas que quedan trato de componerme y parecer un “corredor” ya que hay gente que se deja la garganta animándome a éstas alturas y no es plan de parecer un trapo, en este punto comienza la zona vallada y la organización no permite continuar a mi lado a Joaquín con su bici, me grita ánimos,y me dice algo así como “vaya maratón que te has cascado majo!!!”, y no se cansa de gritar y gritar, hasta que su voz queda apagada por la multitud de aplausos que recibo.... Ahora sí, el próximo ya es el 42, número mágico y que esta vez no va a hacerse de rogar, tres minutos y pico después aparece ante mis ojos, “Ya está el gato en la talega, como diría mi abuelo”. Penetro en el estadio a través del tunel sur y en una pronunciada bajada que castiga mis cuádriceps, dentro del túnel los voluntarios no paran de animar y dar palmas, que buena gente.....vueltecita al estadio, aplausos desde la grada y haciéndome el valiente hasta “casi” esprinto....por lo menos que parezca que llego con buena cara, (aunque por dentro estoy reventado). La organización hasta me quita el chip de la zapatilla, me han arropado con una toalla y me colman de atenciones, joder me siento querido, que emoción. Parece que la Virgen de La Macarena escuchó mis plegarias, desde hoy cuenta con un devoto más.



Al final entrada en meta en 2:34:08, tiempo neto de 2:33:59, Mejor Marca Personal y objetivo conseguido, en cuanto a la clasificación he llegado en el puesto nº 20, siendo 6º mejor español y 5º en la categoría de Veteranos-A. Me había marcado el asalto al 2:35 y lo he logrado, estoy muy contento.

Me reúno con mi familia en las gradas y mientras esperamos la llegada de mi cuñado Alejandro, continuamente sortean regalos por megafonía, y para rematar la mañana nos toca un lote de ellos que hace la delicia de los mas pequeños. De repente, aparece ante nosotros Alejandro cuando el crono todavía no ha llegado a las 3 horas, es increíble, aunque lleva un ritmo cansino y lento pasa por debajo del arco de meta en 2 horas y 57 minutos, esto si que es una auténtica sorpresa.

Abandonamos las gradas y fuera ya del estadio nos reunimos con mi cuñado, quien nos devuelve a la realidad y nos comenta que se ha sentido mal durante toda la prueba y al final ha tenido que ir acortando para poder llegar, por lo que se ha saltado algunos puntos de paso. No ha sido su día, pero no importa, ya tendrá mas ocasiones para desquitarse. Así nos vamos hacia el parking para recoger los coches e iniciar el camino de regreso a Madrid.

Ha sido un fin de semana completo, en resumen:

ORGANIZACIÓN: Excelente, excelente y excelente. Comida de hidratos a pedir de boca, muy buena bolsa del corredor, buena feria, trato inmejorable en carrera y post carrera, mil atenciones y siempre con buena cara, desde aquí mis felicitaciones.... y todo por 15 €, a ver si copian otros....

CLIMATOLOGÍA: Perfecta para correr, nubladito y algunos ratitos de sol, la tarde anterior estuvo entera lloviendo y para mí que soy alérgico me vino de perlas, no había ni rastro de polen...

RECORRIDO: Muy bueno en cuanto a perfil, pero árido en cuanto a que discurre por digamos... no las mejores zonas de Sevilla.

ANIMACIÓN: Poca, pero muy buena. En algunas ocasiones me sentía como si me estuviese jaleando mi propia madre.... que ganas le echan algunos, chapeaú ¡!!

Ahora a recuperar y a pensar en MAPOMA.

(Si has conseguido llegar hasta aquí leyendo lo primero darte las gracias y lo segundo decirte que tú también te has marcado un auténtico maratón..... de lectura, perdona tanto rollo)

Salud para todos/as.

lunes, 18 de febrero de 2008

Combi 2 Torrejón de Ardoz



Nos presentamos en Torrejón de Ardoz, a eso de las 09:30 h, no estamos todos los inscritos ya que por problemas “gastrointestinales”, nuestros amigos y compañeros Javi y David, quienes debían defender el dorsal nº 114, van a causar baja, una pena ya que lo pasamos genial con ellos.

Hemos quedado en la puerta de la plaza de toros con mi cuñado, mi hermana y mis sobrinos, y así a la hora establecida nos reunimos las dos familias. La mañana es muy fría y con las prisas me he dejado olvidados en casa los guantes que habitualmente uso con estas temperaturas. La estrategia para esta carrera es la de no forzar en absoluto, debido a que correremos el Maratón de Sevilla el próximo domingo y todo lo que forcemos hoy a buen seguro lo pagaremos dentro de una semana, así pues, estamos mentalizados de tomar la prueba como un entrenamiento más, y sobre todo disfrutar del magnífico ambiente que suele rodear a este tipo de eventos.

Recogemos los dorsales y descargamos la bici del coche, yo personalmente me estoy quedado literalmente helado, por lo que mi sobrino me presta sus pequeños guantes y su gorrito de lana. Los pequeños no han parado de correr desde que hemos llegado, van bien abrigados y no se aprecia que tengan frío en absoluto, no puedo decir lo mismo de mi mujer y mi hermana, que al permanecer quietas tienen unas caras de frío que dan ganas de darles un caldo calentito.

Pasamos por el control de los jueces con la bici y el casco, escuchamos la charla técnica habitual que precede a estas pruebas combinadas y nos situamos en la salida. Nuestras familias están a escasos metros del hinchable que marca la línea de partida y aprovechando que nos están inmortalizando con alguna fotografía, hacemos un poco el ganso antes de que suene el “bocinazo” que marca el inicio de la prueba.

La primera vuelta debemos hacerla corriendo los dos integrantes de la pareja, por lo que salimos como se suele decir “pisando huevos”, nos pasa gente por todos lados, pero no importa en absoluto, hoy no toca competir. Pasamos el primer kilómetro a un ritmo de cuatro minutos, y así uno tras otro hasta completar la primera vuelta, al aproximarnos a la plaza de toros comprobamos como hace algún tiempo ya que la cabeza de la prueba han efectuado su relevo, menudos máquinas. Ha llegado el momento de hacer el primer cambio, hemos decidido que sea yo quien complete la siguiente vuelta sobre la bici y así mi cuñado Alejandro continúa corriendo. La segunda vuelta transcurre tranquila y ambos vamos disfrutando del recorrido, que salvo en algún tramo puntual como la bajada a un corto túnel, o la pequeña subida a un mirador es en su conjunto totalmente llano. Así, después de la bajada del pequeño mirador, atravesamos un parque donde se observan los restos del botellón de la noche anterior y donde un grupito de jubilados hacen uso de unos aparatos gimnásticos que están por allí emplazados y que les hacen saltar como conejos, menuda vitalidad tienen los abueletes.

Llegamos otra vez al coso taurino y realizamos nuevamente el relevo de turno, ahora soy yo quien desgastará las zapatillas y Alejandro el que se tome un respiro encima de la “burra”. Me he quedado muy frío en la última vuelta en bici, por lo que comienzo a correr totalmente agarrotado y sin ritmo, así hago los dos primeros kilómetros de mi vuelta a trote cochinero para entrar en calor. Alejandro no para de hablar, es como si llevase una radio conmigo, la verdad es que con este hombre uno no se aburre en absoluto. Los últimos tres kilómetros de la vuelta los hago algo más rápido y así adelantamos a bastantes parejas, al rebasar a una de ellas que seguramente esté luchando por el podium de veteranos, el que va en bici le comenta a su compañero que no nos tenga en cuenta, que por nuestra fisonomía cree que todavía no hemos cumplido los cuarenta años, a lo que contesto socarronamente y echándole una media mentira que está equivocado, y digo media mentira porque en mi caso todavía no los he cumplido, no así mi cuñado que ya pasó de los cuarenta hace unos meses, no obstante todavía no luchamos por esa categoría, lo dejamos para el año que viene....

Al paso por el mirador, cámara en mano nos está esperando nuestra familia, y como no es cuestión de salir movidos en la foto pues nos paramos justo delante para salir bien guapos... click ....y a seguir corriendo.

Nueva llegada a la plaza y nuevo cambio en la pareja, comenzamos la cuarta vuelta con Alejandro como corredor y yo como ciclista, a la salida recogemos una botella de agua y un vasito de acuarios para reponer fuerzas, y de nuevo vemos a nuestras animadoras particulares, madre mía, están corriendo mas que nosotros, que vergüenza.....

En esta cuarta vuelta nos ha dado alcance la pareja que está luchando por la categoría de veteranos y les desvelamos la realidad de nuestra categoría, nos comentan que se han dado un buén sofocón tratando de darnos alcance y los cuatro nos echamos unas risas..
Ahora ya mas relajados completamos la vuelta los cuatro juntos, los dos que van corriendo lo hacen codo con codo como dos buenos amigos que se conociesen de toda la vida y los dos que vamos en bici lo hacemos sin parar de charlar animadamente.

A la entrada del ruedo nos espera nuevamente la familia y nos trasmiten sus ánimos, realizamos el que será último relevo y comenzamos los primeros metros de la quinta y última vuelta arropados por los aplausos de nuestras esposas e hijos. Ahora soy yo el que defiende el ritmo y me propongo realizar la última vuelta algo más rápida, así lo hago y no paro de adelantar a gente durante los cinco últimos kilómetros, llegando finalmente a la meta en el puesto número once y parando el crono en una hora y treinta y cinco minutos. Estamos muy contentos con la carrera realizada, hemos disfrutado como niños de cada uno de sus metros y de paso nos ha servido como entrenamiento.

Recogemos una buena bolsa de corredor que incluye unos guantes de color naranja que me hubiesen venido de perlas a primera hora de la mañana. Nos cambiamos en los coches, guardamos la bici, nos despedimos de algunos amigos que por allí circulan y sin mas nos vamos a tomar unas cañas al Parque Corredor, donde también aprovecharemos posteriormente para comer.

Ha sido una mañana deportiva más, sin ninguna otra pretensión que el pasarlo bien acompañados de nuestras familias y así a sido. Lo hemos pasado fenomenal y ahora la siguiente prueba ya será de las que se escriben con mayúsculas, el domingo próximo si todo va bien a las nueve de la mañana tomaremos la salida del MARATÓN de Sevilla, el entrenamiento ya está hecho, ahora solo queda que el tiempo acompañe.

Salud.

lunes, 4 de febrero de 2008

CROSS DE CARNAVAL BARAJAS 2008


Me he levantado con las piernas muy, muy cargadas, las noto pesadas y la sensación es de fatiga, no en vano ayer sábado hice con mis amiguetes de Velilla de San Antonio una de las tiradas laaaaargas previstas como preparación para el próximo maratón de Sevilla, que lo tenemos ya a la vuelta de la esquina. Al final fueron dos horas corriendo por unos caminos rústicos y agrestes pero rodeados de pura naturaleza que hicieron de la mañana una fantástica excursión por los alrededores de la Laguna del Campillo, a ritmo suave y constante aunque algo más vivo al final de la mañana. Pero vamos al grano....

Salimos de casa alrededor de las once y media de la mañana, tengo la suerte de vivir muy cerca del parque Juan Carlos I, por lo que en apenas cinco minutos estoy aparcando el coche el parking junto a la avenida de Logroño. En esta ocasión me acompañan mi mujer Lourdes y mis dos hijos Pablo y Lucía, nada mas bajarnos del coche ya podemos observar el circuito donde se va a desarrollar la prueba, está delimitado con unas cintas que se mueven a merced del aire que nos acompaña en esta mañana de domingo, por lo menos de momento no llueve, y aunque tímidamente luce el sol. Nos encaminamos al lugar donde se están realizando las inscripciones y en apenas dos minutos ya tengo el dorsal, es pronto todavía por lo que nos da tiempo a presenciar alguna de las pruebas de cadetes, infantiles, así como de discapacitados psíquicos, en esta última cabe destacar la gran ilusión con la que todos y todas afrontaban la carrera, daba gusto ver sus rostros en la línea de meta, se sentían como lo que son, auténticos campeones.

A medida que se acerca el momento de tomar la salida, el cielo se va tornando mas gris y unos nubarrones amenazantes se ciernen sobre nuestras cabezas, así en pocos minutos empieza débilmente a caer una fina capa de lluvia que en los primeros momentos mas parece ser agua-nieve. Aprovechamos la presencia de un furgón que se encuentra estacionado a escasos cinco metros de la línea de salida para refugiarnos toda la familia en uno de sus costados, bien pegaditos a él no parece que el aire y la lluvia nos afecten de lleno. Doce y cuarto de la mañana, ha llegado la hora de despojarme del chándal y así lo hago aunque con mucha pereza, la verdad que con el día que hace no apetece nada quedarse en pantalón corto, que frío, cada vez el agua precipita con mas fuerza y no hay ningún signo que pueda indicar que el panorama vaya a cambiar.

Caliento lo que puedo y cuando ya me despido de los niños y mi mujer para ir a tomar la salida, Lucía la mas pequeña junta sus piernecitas una con la otra y urge amenazante: “Me hago pis, me hago pis....” y claro, no es cuestión de que Lourdes pertrechada con dos mochilas, un paraguas y mi abrigo se ponga manos a la obra, así que pongo a la pequeña a hacer sus necesidades fisiológicas mirando de reojo al señor de bigote que mantiene en una mano la pistola y en la otra un megáfono inquisidor que no hace otra cosa sino amenazar con dar la salida de inmediato, por favor, espera un poco, solo un minuto mas..... Una vez aliviada la pequeña, precipitadamente me coloco en la salida al tiempo que suena la detonación que marca el comienzo de la prueba.

Recorremos unos cientos de metros antes de girar a la derecha y comenzar una subida por camino de tierra que nos hace bordear un pequeño cerro coronado por cuatro cipreses que se alzan altivos, contemplando desde su puesto de honor los avatares de esta carrera. Estos primeros compases discurren tranquilos y en la cabeza de la prueba formamos un grupo numeroso de atletas muy juntos unos de otros, no sé si debido al agua y al viento que nos azota y como si de esta manera quisiéramos resguardarnos de ellos.

Uff, no llevamos ni un kilómetro y tengo la sensación de llevar dos corchos por piernas, está claro que el esfuerzo de ayer me está pasando factura y voy bastante atrancado. La mentalidad bien, la respiración también bien, el motor perfecto, pero las piernas van tocadas, la musculatura de toda la zona está afectada y así me lo hace saber a cada zancada que doy. Seguimos todos unidos y en uno de los primeros giros a la izquierda por poco nos llevamos por delante a un perro que se encuentra en medio del circuito, a la dueña y la madre que los parió....¿pero es que no se dan cuenta que están en medio?? Pero si se han tenido que agachar para pasar las cintas.... en fin,....

A partir de ese momento ya hay un corredor que ha tomado la iniciativa y se despega unos metros, intento seguirle pero las piernas no están para fiestas, simplemente no van. Al paso por la primera vuelta me marcan que quedan tres mas ¿pero no eran cinco??? Bueno pues mejor, menos sufrimiento, pero no era lo previsto. Recibo los ánimos de mi familia que pertrechados debajo de un paragüas andan por allí apostados, me marco mi ritmo y así continúo corriendo metros, subiendo, bajando y todo bajo un buen chaparrón, tanto que del agua se me ha desintegrado el dorsal y llevo lo que resta de él en la mano. En la segunda vuelta ya estamos doblando a gente, tal y como era previsible, cada uno lleva su marcha y solamente con estar aquí ya demostramos el espíritu deportivo y la capacidad de sufrimiento que todos tenemos.

Los tramos, salvo unos pocos metros de cemento, son todos de tierra y hierba, aunque soportan bien el chaparrón y el castigo al que les sometemos con nuestros cientos de pisadas, en algún punto se hace algo resbaladizo, pero nada que no se pueda superar.

Nuevo paso junto a meta y nueva vuelta completada, ahora me marcan que restan dos mas y me encuentro situado en la segunda posición, al primero le veo de lejos y para atrás prefiero no mirar aunque en algún giro soy consciente que si mantengo este ritmo no me van a dar caza fácilmente. La carrera sigue siendo un constante doblar a corredores con vuelta perdida, es un goteo incesante y muchos de ellos me animan cuando los dejo atrás, se agradecen esos gritos de apoyo tipo “vamos máquina” (aunque hoy la máquina ande algo fundida), y se agradecen todavía mas si cabe sabiendo el esfuerzo que están realizando y que probablemente no tengan casi fuerzas ni para tomar aire.

Ultimo paso y me marcan que es la última vuelta, el aire y el agua siguen queriendo tener el protagonismo en esta mañana, al menos, en las pruebas de las categorías inferiores les ha respetado a los chavales, incluso en alguna de ellas han corrido con sol. Nosotros somos ya perros viejos en esto y aunque estas condiciones son siempre molestas quizás no nos afecten tanto. Mas ánimos de mi familia a los que veo perfectamente y en los que clavo mi mirada, y nueva subidita para bordear el cerro de los cipreses.

Completo la última vuelta sin cambiar apenas el ritmo, soy consciente de que al primero no le pillo ni de coña, así como que tampoco los de atrás me van a dar alcance, las distancias en ambos casos son muy amplias. Cruzo la línea de meta empapado en agua, y paro el crono en un tiempo de 20:16, está clarísimo que no han sido los siete kilómetros previstos y si han llegado a seis habrá sido por los pelos. Uno de los organizadores de la prueba toma nota en una pequeña libreta de mi nombre y el puesto que he realizado con un bolígrafo al que el efecto del agua apenas le deja cumplir su cometido.

Mi mujer y mis hijos me reciben con un beso y enseguida me pongo ropa de abrigo para no resfriarme, en este momento no sé que es lo que me calienta mas si la ropa o el cariño de mi familia.

Continúa lloviendo y continúan llegando corredores, ahora toca esperar a la entrega de trofeos, pero Lourdes y Lucía con buen criterio deciden esperarnos en el coche, se están quedando frías y no es cuestión de cogerse aquí un constipado.

En pocos minutos la organización hace entrega de los trofeos y así recojo el de primer clasificado en la categoría de veteranos, subo a lo mas alto del podium acompañado de mi hijo Pablo, al que la linda copa que nos entrega una de las autoridades allí presentes y que como el resto aguantan estoicamente bajo la lluvia, le hace infinitamente mas ilusión que a mí, a tenor del brillo de sus ojos,. Saludo a mis compañeros de podium, uno de ellos me enteraré a la postre que también es asiduo del foro de la web de http://www.elatleta.com/ y que responde al nick de jmaaranzabal, todo un campeón, si señor.

Justo en la entrega de trofeos es el momento en el que no llueve, por una vez la climatología ha decidido darnos un respiro. En resumen ha sido una carrera en la que tal vez no debería haber tomado parte debido al esfuerzo del día anterior, pero que leches, a veces hago cientos de kilómetros para participar en otras muchas ¿cómo no iba a correr en la única que se celebran a escasos metros de mi casa?.

No quiero dejar pasar la oportunidad de felicitar y dar las gracias a la organización y a todos los voluntarios que durante toda la mañana aguantaron bajo la lluvia dándonos ánimos y a buen seguro pasando bastante frío como denotaban sus rostros, sin vosotros todo esto no sería posible y tenemos que estaros todos muy agradecidos. Mi mas sinceras gracias.

Ahora a pensar en la siguiente cita, que no es otra que la Combi 2 de Torrejón de Ardoz, eso sí, con el rabillo del ojo puesto ya en el Maratón de Sevilla.

Salud.