lunes, 28 de enero de 2008

Media Maratón de Getafe




Media Maratón de Getafe.

En esta ocasión no puedo comenzar la crónica comentando como se presentaba la mañana, sino mas bien como fue la noche anterior. Esto es así debido a que gran parte de ella la pasamos mi mujer Lourdes y yo en el servicio de Urgencias del Hospital Ramón y Cajal. Ya la tarde del sábado Lourdes se quejaba bastante de dolores en su garganta y ello derivó en que no pudo pegar ojo en toda la noche y que en plena madrugada tuviésemos que salir pitando para urgencias donde llegamos a punto de dar las seis de la mañana. Allí tras varias pruebas y chutes de urbasón le diagnosticaron una faringitis aguda, y a eso de las ocho de la mañana todavía debían mandar al laboratorio muestras de sangre para su análisis. Estaba claro que me no iba a poder tomar parte en la salida de la Media Maratón de Getafe, y como quiera que había quedado a las nueve de la mañana con mi cuñado Alejandro, había llegado el momento de llamarle para que no pasase a recogerme y así lo hice cuando apenas restaban diez minutos para las ocho de la mañana.

Tuvimos suerte y las pruebas del laboratorio estuvieron terminadas antes de lo previsto, así el médico que estaba tratando a Lourdes con los datos de las mismas en la mano decidió darle el alta y una vez le hubo indicado el tratamiento médico que debía seguir y tras quitarle la vía que tenía puesta en una vena de la mano, a las nueve en punto de la mañana salíamos por la puerta del hospital.

Al comprobar que Lourdes estaba bastante mejor y animado por ella la dejé en casa en compañía de mis padres y salí zumbando para Getafe, con suerte todavía podría correr.

Llego a Getafe y hay calles ya cortadas, aparco el coche como buenamente puedo y me dirijo a toda prisa a por el chip, lo recojo por los pelos. Apenas caliento en la grata compañía de un gran maratoniano, al me hizo muchísima ilusión conocer en persona, el gran Javi Sanz, desde aquí un abrazo campeón, y algún compañero mas y sin apenas tiempo de nada mas suena el pistoletazo de salida.... PUM ¡! a correr...... El primer par de kilómetros voy como zombi, me pasa gente por todos lados y me noto agarrotado, en fin, me doy con un canto en los dientes solo con poder estar aquí después de la nochecita de marras y encima sin haber desayunado, no sé lo que podré aguantar....

Van pasando los primeros kilómetros y voy cogiendo algo de ritmo, procuro ir dentro de un grupito sin desgastarme demasiado que no debe estar el cuerpo para muchas bromas. Sobre el kilómetro cinco llego a la altura de María Ruiz que debe ir sobre la cuarta o quinta posición de las chicas, aguanto algún kilómetro mas en el grupo que la acompaña y antes del kilómetro diez decido progresar un poco. Así doy alcance a otro grupito que arropa a otra fémina y unos pocos metros delante de ella van las dos primeras clasificadas a las que me uno al paso del diez mil.

Voy con el estómago vacío e intento engañarle bebiendo abundante agua, y lo único que consigo de este modo es que a cada zancada que doy me acompañe un constante chof, chof,.. interior, parece que tuviese ranas dentro.

En alguno de los giros recibo el ánimo de ciertos amigos, así me hace mucha ilusión recoger los gritos de “Krismaran” que me ha reconocido, a él se le ve buena cara, al menos tiene fuerzas para gritarme.

A estas alturas de carrera voy a un ritmo muy cómodo junto a la que en ese momento abre la clasificación femenina, se trata de Beatriz Ros, parece que va con buenas sensaciones y lleva una cadencia de zancada realmente buena. De vez en cuando desde las aceras le van cantando los tiempos de paso, y yo colaboro con ella en lo que puedo, evitándole la molestia de tener que coger el avituallamiento líquido, realizándole yo esa labor, ella muy educadamente me da las gracias.

Estamos completando ya la segunda vuelta y aprovechando el nuevo paso por la estación de trenes, nos da alcance como una auténtica locomotora María Abel. Nos pasa como una exhalación, yo miro a Beatriz y le digo que se pegue a mí que intento llevarla en la estela de María, pero Bea ya va algo castigada y no puede reaccionar, se queda algo clavada y en vista que hay mas corredores que venidos desde atrás se quedan con ella arropándola, decido irme hacia delante con María y su liebre.

Hacemos un kilómetro bastante fuerte, creo que en tres minutos veinte segundos, está claro que María está intentando descolgar definitivamente a Beatriz y vaya si lo consigue, en apenas dos kilómetros ya la distancia que separa a ambas es de mas de cien metros. Atravesamos toda la calle Madrid a buen paso, los adoquines son machacones e intentamos evitarlos yéndonos hacia uno de los laterales. El ritmo lo marcamos la liebre de María y yo, ella va “comodamente” detrás nuestro. Vamos dando alcance a algunos corredores que van quedando descolgados, dejamos a un lado el puesto de “fisio” que con tan buen criterio a ubicado la organización en una de las aceras y así nos presentamos ante el último kilómetro. A María desde los márgenes de la carrera también le va cantando los tiempos quien supongo será uno de sus entrenadores, así le grita que lleva un tiempo de una hora y diez minutos al paso por el kilómetro veinte. En este punto debemos extremar la precaución en nuestras pisadas ya que el asfalto está repleto de tapones y botellas de plástico y sería una pena tener un tropezón a estas alturas de la prueba, además resbala bastante al estar el firme empapado en agua.

Giramos a la derecha y enfilamos ya la acera que da paso a las pistas de atletismo, el público rompe en aplausos al comprobar que la que nos acompaña es la primera clasificada tal y como denota el cartel que porta la bicicleta que nos lleva acompañando desde hace ya bastante tiempo. Pisamos ya la pista de atletismo y ponemos la vista fija en el arco de llegada, a la izquierda Javier Carmona quien ha sido el fiel escudero de María durante toda la carrera, a la derecha un servidor y en el centro la flamante campeona de esta novena edición de la Media Maratón de Getafe la gran María Abel. Cruzamos al unísono la línea de meta y paramos el crono cuando pasan trece minutos y cuarenta y seis segundos de la hora. Felicitaciones, abrazos, fotos y las entrevistas de rigor a la gran campeona.

Entrego el chip y recojo la fantástica bolsa con la que nos obsequia la organización, me pongo la camiseta para no quedarme frío y espero a que lleguen mis amigos que todavía tardarán algunos minutillos. Estos no se esperan el verme ya que no contaban conmigo y se alegran que al final haya podido tomar parte en la prueba. Sin demora me despido de ellos y me voy para casa, aunque sé que Lourdes está bien.

Al final la carrera ha salido mucho mejor de lo esperado, teniendo en cuenta las horas previas. Ha sido un buen test de cara al próximo maratón de Sevilla, ahora creo mas en mis posibilidades de estar cerca de las dos horas treinta minutos, siempre que el día acompañe, al igual que las piernas y sobre todo “los imprevistos”.. creo que el entrenamiento está dando sus frutos y estoy en el buen camino.

Me gustaría hacer una mención especial a la organización de esta prueba, cada año se van superando y se nota el esfuerzo y el cariño que ponen. Me consta que hubo problemas y algunos corredores se quedaron sin camiseta, creo que esto fue debido a los indeseables “BUITRES” que revolotean al acecho en todas las carreras y que por su agonía privan de lo que a otros justamente les corresponde, aún así también me consta que la organización ha puesto los medios para que nadie se quede sin su camiseta. Mi mas sincera enhorabuena por vuestro esfuerzo.

Y ahora a pensar en la siguiente cita, a saber: Combi 2 de Torrejón de Ardoz, organizada por los amigos del Ñ-Ultrafondo.

Salud.

viernes, 25 de enero de 2008

15 KILÓMETROS DE TRES CANTOS


El entrenamiento durante la semana no ha ido en absoluto encaminado a preparar esta carrera, no obstante creo que llego en un buen momento de forma.

Mi cuñado Alejandro y yo, llegamos prontito al polideportivo de Tres Cantos donde nos encontramos con otros dos amigos que ya nos están recogiendo los chips, damos una vuelta por los alrededores para tomarle el pulso a la mañana y percibimos un ambiente perfecto para practicar atletismo. La temperatura es bastante baja pero no hay nubes ni viento, por lo que a medida que avance el día la climatología va a ser perfecta para correr. Nos acercamos a un Stand publicitario donde nos obsequian a cada uno de nosotros con unos auriculares que a mi personalmente me van a venir de cine para mi MP-3. Se acerca el momento de la competición y decidimos despojarnos del chándal y calentar unos minutos por dentro del polideportivo, aprovechamos para echar la última meadita y cuando restan menos de cinco minutos nos situamos en la línea de salida. Todavía nos va a tocar esperar unos quince minutos mas debido a que según indican por megafonía existe algún problema con varios coches que están aparcados en el recorrido, y hasta que la grúa no consiga retirarlos no se va a proceder a dar la salida. Así pues nos quedamos literalmente “helados” hasta que por fin comienza la carrera.

Enseguida se forma un grupo de cabeza con los habituales de estas pruebas, a saber y entre otros, Fikadu Bekele, Emiliano Roncero (que a la postre sería el vencedor), Valledor, etc.... Yo a esta gente solo los veo en la salida, y como es lógico, me quedo algo mas atrás. Intento ir los primeros kilómetros a un ritmo vivo pero no agobiante que me permita coger buenas sensaciones, voy a la cola de un pequeño grupito de unos cinco o seis corredores y el ritmo que imponen me resulta cómodo. En los numerosos giros que tiene el recorrido puedo observar tanto a los que me preceden como a los que van por detrás y esto me hace ser consciente de la posición que mas o menos ocupo en la carrera, creo que debo andar entre el decimoquinto y el decimoctavo aproximadamente.... En uno de los mencionados giros puedo ver con nitidez como la primera clasificada de las chicas es la Tricantina, y varias veces vencedora de esta carrera, María Ruiz, va acompañada de un nutrido grupo de corredores y en los primeros compases de la prueba ya se ha distanciado de una manera notable de sus perseguidoras.

Pasan los primeros kilómetros y ahora soy yo el que va encabezando mi grupito, hay gente que ya se ha descolgado y poquito a poco al final nos quedamos únicamente un atleta con una equipación que hace referencia a la ciudad de Valladolid y yo. Ya no nos separaremos hasta el final.

Hemos dado un giro completo, de unos seis kilómetros, a la no muy exigente primera vuelta del circuito, pasamos por delante de la línea de meta pero todavía nos quedan aproximadamente otros ocho kilómetros y medio mas por completar. Personalmente no me gusta demasiado el ver la línea de meta a mitad de una carrera si no voy a poder cruzarla todavía, me queda la sensación de tener la miel en los labios y no poder probarla. Así comenzamos la segunda vuelta algo mas rigurosa, de momento iniciamos una bajada pronunciada que como es lógico se convertirá algo mas tarde en una complicada subida.

Continúo acompañado por el chaval de Valladolid, nos vamos alternando poco a poco, a veces tira él y otras tiro yo. Llevamos delante de nosotros a apenas veinte metros a todo un Campeón de Europa de los cien kilómetros, se trata de Jose Mª González, y en cada uno de los giros observamos como poquito a poco le vamos recortando distancia, al tiempo que observamos como Emiliano Roncero ha lanzado el ataque definitivo y vuela en solitario buscando la línea de meta.

Comenzamos a ascender por la única subida exigente de toda la prueba y a éstas alturas tanto mi compañero de viaje como yo mismo llevamos las fuerzas mas o menos equilibradas, por lo que proseguimos juntos, eso sí, sin dejar de jadear, arf, arf...... Por fin la cuesta se termina y sobrepasamos el punto que nos marca que acabamos de superar el kilómetro once, ya solo nos restan cuatro mas y esta carrera será historia.
Mantenemos un ritmo constante en torno a los tres minutos y medio por kilómetro y así nos presentamos, animados por el público, en los metros finales, nos miramos, nos hablamos y con un “que gane el mejor” nos lanzamos al sprint final... En esta ocasión la suerte me sonríe y cruzo el arco de meta en una mas que satisfactoria onceava posición, quedando además sexto en mi categoría de veteranos, abrazos con los compañeros llegados a meta y a entregar el chip.

Una vez recogida la bolsa del corredor, muy completa, aunque bien es cierto que se echa de menos los tetra-brik de caldito que nos entregaban en ocasiones precedentes, espero a mi cuñado y amigos y nos marchamos para los coches, donde comprobamos que este año hemos tenido suerte y nadie los ha tocado, ya que el pasado sufrimos un robo por parte de algunos indeseables que nos dejaron con lo puesto.

En el aparcamiento saludo a María Ruiz y le doy la enhorabuena por haber conseguido imponerse una vez mas en estos quince kilómetros de Tres Cantos, me comenta que me ha visto muy en forma en esta carrera y en tono de broma me insinúa que podría ser su próxima liebre en el cercano Maratón de Madrid, ja, ja... bastante tendré yo con terminarlo le indico entre risas...

Así poco a poco se va terminando esta mañana deportivo-festiva de domingo y con las sensaciones y buen sabor de boca que generalmente nos acompaña después de una competición damos por concluida esta prueba y ya nuestra mente se transporta hacia acontecimientos futuros como por ejemplo la próxima media maratón de Getafe.

martes, 15 de enero de 2008

San Silvestre Vallecana 2007


Amanece el último día de este año 2007 y, ya de buena mañana, se percibe que la noche será climatológicamente fresca. El día transcurre con ese gusanillo en el estómago que me suele acompañar cuando tengo previsto participar en uno de los que yo considero grandes eventos.
Hago una comida ligerita para no sentirme pesado durante la carrera, a la vez que para hacer suficiente hueco en el estómago intuyendo la que se me avecina en la cena de Nochevieja. Repaso mentalmente que todo el material esté en orden y me despido de mi familia hasta después de la carrera.
He quedado con mi cuñado Alejandro en el andén del metro de la estación de Torre Arias, allí puntual como un reloj me espera a la hora prevista y juntos dirigimos nuestro rumbo hacia estadio Santiago Bernabéu, punto de partida de esta edición 2007.
A medida que el suburbano nos acerca al recinto comprobamos que vamos a llegar con bastante adelanto, y decidimos no realizar el último trasbordo de línea y dirigirnos andando hacia el coliseo. Efectivamente confirmamos las primeras impresiones que la mañana nos mostró y las calles madrileñas nos reciben con un ambiente gélido, y eso que todavía no nos hemos despojado de la ropa de abrigo, no obstante estamos aún sin el “traje de faena”.

Hemos quedado con otros dos buenos amigos en el punto donde se encuentran ubicados los furgones que hacen las labores de guardarropa, allí nos reunimos con David y Javi, al tiempo que aprovechamos también para saludar a otro par de compañeros foreros de la web http://www.carreraspopulares.com/ y que por allí se encuentran, respondiendo a los alias de “Literman” y “Krismaran” y quienes también serán partícipes de esta edición internacional. Tras una pequeña odisea para poder entregar las mochilas y bolsas en los citados furgones, procedemos, en los instantes precedentes a la salida de la prueba, a calentar al máximo posible los músculos que han de adquirir el papel protagonista en la carrera y que, a buen seguro, serán los encargados de transportar al resto de cuerpo, mente y alma hasta el barrio de Vallecas.

Quedan apenas diez minutos para el disparo que marca la salida y estimamos que ha llegado el momento de ir tomando posiciones entre el resto de corredores de la prueba. Mis tres buenos amigos y acompañantes se quedan algo mas rezagados entre el gran grupo y en mi caso, al haberme adjudicado la organización un número de dorsal sub-élite, me permito el lujazo de todavía poder seguir calentando justo detrás de los considerados primeros espadas de la carrera. Así puedo tomar posiciones a escasos metros de Chema Martínez, Juan Carlos de la Ossa, Jesús España, Marta Domínguez, etc...., está claro que esta carrera para mí personalmente es un regalo de navidad que me permite correr, al menos durante unos pequeños instantes, junto a atletas de primer nivel.

Por megafonía se anuncia que restan apenas dos minutos para comenzar a dar zancadas, y los nervios y la tensión, fundidos con la música a toda mecha los percibo por cada uno de mis cinco sentidos, tengo en alerta a cada uno de ellos y los pongo a todos a trabajar al límite, así mis ojos me muestran la magnitud del evento aunando el colorido de luces y flashes, mi olfato tiene trabajo extra al percibir unidos olores de todo tipo, ya sean de ungüentos tipo reflex utilizados por los atletas, como del propio sudor exudado por cada uno de los poros de la piel de los centenares de personas apiñados codo con codo y piel junto a piel. Este contacto cuerpo a cuerpo con los corredores que tengo al lado es el que me indica que mi sentido del tacto también está alerta, al igual que el del oído que transporta a lo mas hondo de mi cerebro la música que, a escasos metros, suena a todo volumen y pone en todos nosotros ese puntito extra de motivación.
Suena el pistoletazo de salida y los primeros metros se convierten en un auténtico sprint, la gente sale muy nerviosa intentando posicionarse y esto produce momentos algo peligrosos, de hecho antes del giro a la derecha para encauzar la calle Serrano, justo detrás de mi tropieza y cae un corredor al suelo. En los primeros kilómetros me encuentro inmerso en el grupo en el que también va la campeona Marta Domínguez, no he mirado el crono al paso de un par de kilómetros pero la impresión que tengo es que vamos demasiado rápido. La carrera va lanzada y en esta primera parte solo debería concentrarme en respirar y cuidar mucho de donde pongo los pies, ya que al ir en grupo resultaría fácil dar un traspiés e irme al suelo, por lo que apenas tengo tiempo de ver los carteles que indican los pasos kilométricos, bastante tengo con fijarme donde pongo los pies. Bajamos Serrano en un plis-plas, sin apenas público, pero no importa demasiado, ya que donde realmente vamos a necesitar sus ánimos será en la parte final de la carrera, y allí estoy convencido que Vallecas, como siempre, no nos va a defraudar

Al paso por la Puerta de Alcalá ya me he descolgado del grupo de Marta, aunque los llevo delante a apenas veinte metros. Creo que es mejor mantener mi ritmo y no forzarme ya que al final nos esperan dos kilómetros exigentes, así pues, voy haciendo “la goma” con el grupito que va delante, a veces me acerco y a veces se alejan, esta situación será ya una constante durante lo que resta de carrera. La bajada hasta Cibeles es para deleitarse y quedarse embobado, en parte porque es una cuesta abajo pronunciada, y en parte además por las luces navideñas que adornan la calle y que le dan ese toque mágico que impregna las noches “San Silvestreñas”.
Al culminar el Paseo del Prado, al paso por Atocha, ya comienza a notarse el ambiente mas cálido, a ello contribuye que, con el paso de los kilómetros, el cuerpo ha ido progresivamente adquiriendo temperatura, así como que el público empieza a hacerse ya notar y nos hacen llegar sus ánimos con aplausos y palabras de apoyo.
La animación del público no nos abandonará ya en ningún momento, es mas, a cada zancada que damos aumenta exponencialmente el número de personas y aplausos, así da gusto correr.
Pasamos el kilómetro seis en la Avenida de Barcelona y sigo con la referencia visual del grupito que me precede, de vez en cuando paso a algún atleta que a estas alturas se ha descolgado de posiciones mas adelantadas de la prueba, así como también a mi me pasa algún que otro “galgo”, al que por un momento me engancho y hago junto a él unos cientos de metros. Abandonamos una avenida y devoramos los primeros metros de otra, hemos cambiado la de Barcelona por la de la Albufera, ésta última abarrotada de un gentío que nos hace estrecharnos hasta el punto de colocarnos en fila de a uno. Es impresionante, manos de niños buscando el contacto con las nuestras por aquí, voces de aliento por allá y aplausos por todas partes. Correr entre todos ellos es una sensación que hay que experimentarla en primera persona para poder saber lo que significa, creo que hay pocas cosas comparables, si acaso el cruzar la meta en un maratón podría ser algo parecido, en ambos casos tengo la impresión que debajo de mi piel ejércitos de pequeñas hormiguitas recorren cada centímetro de mi cuerpo, desatando un río de escalofríos que cruzan mi espalda alcanzando lo mas profundo de mi cerebro. Es una sensación ya experimentada en ediciones anteriores pero no por conocida menos excitante. Esto es Vallecas en estado puro. Callejeamos por sus estrechas vías y no hay un solo metro sin ocupar a ambos lados de la calzada, hace rato que empezó la fiesta de la espuma y como casi siempre algo me ha tocado, llevo parte del pecho y las piernas con “decoración navideña”. Ahora el suelo está resbaladizo pero no importa, las cuestas comienzan a hacer estragos en las piernas pero no importa, siento que me resulta mas difícil de lo normal el respirar pero no importa, ahora nada importa, lo único realmente importante es que estoy en el último kilómetro, la gente no para de gritar, jalear y aplaudir, me hacen sentirme realmente protagonista, son ellos los que literalmente me colocan el las puertas del estadio que me recibe como a una gran estrella, me muestra sus mejores galas y se presenta ante mí con una gran alfombra roja que, como si de un gran actor de cine se tratara, me conduce los metros finales hasta la línea de meta. A mi paso por debajo del arco de llegada se detiene el cronómetro en unos sufridos 32 minutos y 54 segundos, estoy muy contento ya que ha sido una buena marca, pero mas aún porque he disfrutado cada metro de esta carrera, he corrido de nuevo junto a buenos amigos y las lesiones parece que me quieren olvidar.
Espero a mis tres amigos y compañeros de fatigas, recogemos las mochilas y nos vamos a despedir el año como se merece, apenas nos queda tiempo para llegar a casa, ducharnos, una excelente cena con postre de doce uvas y un brindis por el año nuevo.

A partir de ahora toca dejar un poco de lado la velocidad y hacer mas esfuerzo en la resistencia, ya que me espera el Maratón de Sevilla a la vuelta de la esquina, pero antes aún quedan otras carreras, aunque esas son ya otras historias....

Salud.