Media Maratón de Getafe.
En esta ocasión no puedo comenzar la crónica comentando como se presentaba la mañana, sino mas bien como fue la noche anterior. Esto es así debido a que gran parte de ella la pasamos mi mujer Lourdes y yo en el servicio de Urgencias del Hospital Ramón y Cajal. Ya la tarde del sábado Lourdes se quejaba bastante de dolores en su garganta y ello derivó en que no pudo pegar ojo en toda la noche y que en plena madrugada tuviésemos que salir pitando para urgencias donde llegamos a punto de dar las seis de la mañana. Allí tras varias pruebas y chutes de urbasón le diagnosticaron una faringitis aguda, y a eso de las ocho de la mañana todavía debían mandar al laboratorio muestras de sangre para su análisis. Estaba claro que me no iba a poder tomar parte en la salida de la Media Maratón de Getafe, y como quiera que había quedado a las nueve de la mañana con mi cuñado Alejandro, había llegado el momento de llamarle para que no pasase a recogerme y así lo hice cuando apenas restaban diez minutos para las ocho de la mañana.
Tuvimos suerte y las pruebas del laboratorio estuvieron terminadas antes de lo previsto, así el médico que estaba tratando a Lourdes con los datos de las mismas en la mano decidió darle el alta y una vez le hubo indicado el tratamiento médico que debía seguir y tras quitarle la vía que tenía puesta en una vena de la mano, a las nueve en punto de la mañana salíamos por la puerta del hospital.
Al comprobar que Lourdes estaba bastante mejor y animado por ella la dejé en casa en compañía de mis padres y salí zumbando para Getafe, con suerte todavía podría correr.
Llego a Getafe y hay calles ya cortadas, aparco el coche como buenamente puedo y me dirijo a toda prisa a por el chip, lo recojo por los pelos. Apenas caliento en la grata compañía de un gran maratoniano, al me hizo muchísima ilusión conocer en persona, el gran Javi Sanz, desde aquí un abrazo campeón, y algún compañero mas y sin apenas tiempo de nada mas suena el pistoletazo de salida.... PUM ¡! a correr...... El primer par de kilómetros voy como zombi, me pasa gente por todos lados y me noto agarrotado, en fin, me doy con un canto en los dientes solo con poder estar aquí después de la nochecita de marras y encima sin haber desayunado, no sé lo que podré aguantar....
Van pasando los primeros kilómetros y voy cogiendo algo de ritmo, procuro ir dentro de un grupito sin desgastarme demasiado que no debe estar el cuerpo para muchas bromas. Sobre el kilómetro cinco llego a la altura de María Ruiz que debe ir sobre la cuarta o quinta posición de las chicas, aguanto algún kilómetro mas en el grupo que la acompaña y antes del kilómetro diez decido progresar un poco. Así doy alcance a otro grupito que arropa a otra fémina y unos pocos metros delante de ella van las dos primeras clasificadas a las que me uno al paso del diez mil.
Voy con el estómago vacío e intento engañarle bebiendo abundante agua, y lo único que consigo de este modo es que a cada zancada que doy me acompañe un constante chof, chof,.. interior, parece que tuviese ranas dentro.
En alguno de los giros recibo el ánimo de ciertos amigos, así me hace mucha ilusión recoger los gritos de “Krismaran” que me ha reconocido, a él se le ve buena cara, al menos tiene fuerzas para gritarme.
A estas alturas de carrera voy a un ritmo muy cómodo junto a la que en ese momento abre la clasificación femenina, se trata de Beatriz Ros, parece que va con buenas sensaciones y lleva una cadencia de zancada realmente buena. De vez en cuando desde las aceras le van cantando los tiempos de paso, y yo colaboro con ella en lo que puedo, evitándole la molestia de tener que coger el avituallamiento líquido, realizándole yo esa labor, ella muy educadamente me da las gracias.
Estamos completando ya la segunda vuelta y aprovechando el nuevo paso por la estación de trenes, nos da alcance como una auténtica locomotora María Abel. Nos pasa como una exhalación, yo miro a Beatriz y le digo que se pegue a mí que intento llevarla en la estela de María, pero Bea ya va algo castigada y no puede reaccionar, se queda algo clavada y en vista que hay mas corredores que venidos desde atrás se quedan con ella arropándola, decido irme hacia delante con María y su liebre.
Hacemos un kilómetro bastante fuerte, creo que en tres minutos veinte segundos, está claro que María está intentando descolgar definitivamente a Beatriz y vaya si lo consigue, en apenas dos kilómetros ya la distancia que separa a ambas es de mas de cien metros. Atravesamos toda la calle Madrid a buen paso, los adoquines son machacones e intentamos evitarlos yéndonos hacia uno de los laterales. El ritmo lo marcamos la liebre de María y yo, ella va “comodamente” detrás nuestro. Vamos dando alcance a algunos corredores que van quedando descolgados, dejamos a un lado el puesto de “fisio” que con tan buen criterio a ubicado la organización en una de las aceras y así nos presentamos ante el último kilómetro. A María desde los márgenes de la carrera también le va cantando los tiempos quien supongo será uno de sus entrenadores, así le grita que lleva un tiempo de una hora y diez minutos al paso por el kilómetro veinte. En este punto debemos extremar la precaución en nuestras pisadas ya que el asfalto está repleto de tapones y botellas de plástico y sería una pena tener un tropezón a estas alturas de la prueba, además resbala bastante al estar el firme empapado en agua.
Giramos a la derecha y enfilamos ya la acera que da paso a las pistas de atletismo, el público rompe en aplausos al comprobar que la que nos acompaña es la primera clasificada tal y como denota el cartel que porta la bicicleta que nos lleva acompañando desde hace ya bastante tiempo. Pisamos ya la pista de atletismo y ponemos la vista fija en el arco de llegada, a la izquierda Javier Carmona quien ha sido el fiel escudero de María durante toda la carrera, a la derecha un servidor y en el centro la flamante campeona de esta novena edición de la Media Maratón de Getafe la gran María Abel. Cruzamos al unísono la línea de meta y paramos el crono cuando pasan trece minutos y cuarenta y seis segundos de la hora. Felicitaciones, abrazos, fotos y las entrevistas de rigor a la gran campeona.
Entrego el chip y recojo la fantástica bolsa con la que nos obsequia la organización, me pongo la camiseta para no quedarme frío y espero a que lleguen mis amigos que todavía tardarán algunos minutillos. Estos no se esperan el verme ya que no contaban conmigo y se alegran que al final haya podido tomar parte en la prueba. Sin demora me despido de ellos y me voy para casa, aunque sé que Lourdes está bien.
Al final la carrera ha salido mucho mejor de lo esperado, teniendo en cuenta las horas previas. Ha sido un buen test de cara al próximo maratón de Sevilla, ahora creo mas en mis posibilidades de estar cerca de las dos horas treinta minutos, siempre que el día acompañe, al igual que las piernas y sobre todo “los imprevistos”.. creo que el entrenamiento está dando sus frutos y estoy en el buen camino.
Me gustaría hacer una mención especial a la organización de esta prueba, cada año se van superando y se nota el esfuerzo y el cariño que ponen. Me consta que hubo problemas y algunos corredores se quedaron sin camiseta, creo que esto fue debido a los indeseables “BUITRES” que revolotean al acecho en todas las carreras y que por su agonía privan de lo que a otros justamente les corresponde, aún así también me consta que la organización ha puesto los medios para que nadie se quede sin su camiseta. Mi mas sincera enhorabuena por vuestro esfuerzo.
Y ahora a pensar en la siguiente cita, a saber: Combi 2 de Torrejón de Ardoz, organizada por los amigos del Ñ-Ultrafondo.
Salud.
En esta ocasión no puedo comenzar la crónica comentando como se presentaba la mañana, sino mas bien como fue la noche anterior. Esto es así debido a que gran parte de ella la pasamos mi mujer Lourdes y yo en el servicio de Urgencias del Hospital Ramón y Cajal. Ya la tarde del sábado Lourdes se quejaba bastante de dolores en su garganta y ello derivó en que no pudo pegar ojo en toda la noche y que en plena madrugada tuviésemos que salir pitando para urgencias donde llegamos a punto de dar las seis de la mañana. Allí tras varias pruebas y chutes de urbasón le diagnosticaron una faringitis aguda, y a eso de las ocho de la mañana todavía debían mandar al laboratorio muestras de sangre para su análisis. Estaba claro que me no iba a poder tomar parte en la salida de la Media Maratón de Getafe, y como quiera que había quedado a las nueve de la mañana con mi cuñado Alejandro, había llegado el momento de llamarle para que no pasase a recogerme y así lo hice cuando apenas restaban diez minutos para las ocho de la mañana.
Tuvimos suerte y las pruebas del laboratorio estuvieron terminadas antes de lo previsto, así el médico que estaba tratando a Lourdes con los datos de las mismas en la mano decidió darle el alta y una vez le hubo indicado el tratamiento médico que debía seguir y tras quitarle la vía que tenía puesta en una vena de la mano, a las nueve en punto de la mañana salíamos por la puerta del hospital.
Al comprobar que Lourdes estaba bastante mejor y animado por ella la dejé en casa en compañía de mis padres y salí zumbando para Getafe, con suerte todavía podría correr.
Llego a Getafe y hay calles ya cortadas, aparco el coche como buenamente puedo y me dirijo a toda prisa a por el chip, lo recojo por los pelos. Apenas caliento en la grata compañía de un gran maratoniano, al me hizo muchísima ilusión conocer en persona, el gran Javi Sanz, desde aquí un abrazo campeón, y algún compañero mas y sin apenas tiempo de nada mas suena el pistoletazo de salida.... PUM ¡! a correr...... El primer par de kilómetros voy como zombi, me pasa gente por todos lados y me noto agarrotado, en fin, me doy con un canto en los dientes solo con poder estar aquí después de la nochecita de marras y encima sin haber desayunado, no sé lo que podré aguantar....
Van pasando los primeros kilómetros y voy cogiendo algo de ritmo, procuro ir dentro de un grupito sin desgastarme demasiado que no debe estar el cuerpo para muchas bromas. Sobre el kilómetro cinco llego a la altura de María Ruiz que debe ir sobre la cuarta o quinta posición de las chicas, aguanto algún kilómetro mas en el grupo que la acompaña y antes del kilómetro diez decido progresar un poco. Así doy alcance a otro grupito que arropa a otra fémina y unos pocos metros delante de ella van las dos primeras clasificadas a las que me uno al paso del diez mil.
Voy con el estómago vacío e intento engañarle bebiendo abundante agua, y lo único que consigo de este modo es que a cada zancada que doy me acompañe un constante chof, chof,.. interior, parece que tuviese ranas dentro.
En alguno de los giros recibo el ánimo de ciertos amigos, así me hace mucha ilusión recoger los gritos de “Krismaran” que me ha reconocido, a él se le ve buena cara, al menos tiene fuerzas para gritarme.
A estas alturas de carrera voy a un ritmo muy cómodo junto a la que en ese momento abre la clasificación femenina, se trata de Beatriz Ros, parece que va con buenas sensaciones y lleva una cadencia de zancada realmente buena. De vez en cuando desde las aceras le van cantando los tiempos de paso, y yo colaboro con ella en lo que puedo, evitándole la molestia de tener que coger el avituallamiento líquido, realizándole yo esa labor, ella muy educadamente me da las gracias.
Estamos completando ya la segunda vuelta y aprovechando el nuevo paso por la estación de trenes, nos da alcance como una auténtica locomotora María Abel. Nos pasa como una exhalación, yo miro a Beatriz y le digo que se pegue a mí que intento llevarla en la estela de María, pero Bea ya va algo castigada y no puede reaccionar, se queda algo clavada y en vista que hay mas corredores que venidos desde atrás se quedan con ella arropándola, decido irme hacia delante con María y su liebre.
Hacemos un kilómetro bastante fuerte, creo que en tres minutos veinte segundos, está claro que María está intentando descolgar definitivamente a Beatriz y vaya si lo consigue, en apenas dos kilómetros ya la distancia que separa a ambas es de mas de cien metros. Atravesamos toda la calle Madrid a buen paso, los adoquines son machacones e intentamos evitarlos yéndonos hacia uno de los laterales. El ritmo lo marcamos la liebre de María y yo, ella va “comodamente” detrás nuestro. Vamos dando alcance a algunos corredores que van quedando descolgados, dejamos a un lado el puesto de “fisio” que con tan buen criterio a ubicado la organización en una de las aceras y así nos presentamos ante el último kilómetro. A María desde los márgenes de la carrera también le va cantando los tiempos quien supongo será uno de sus entrenadores, así le grita que lleva un tiempo de una hora y diez minutos al paso por el kilómetro veinte. En este punto debemos extremar la precaución en nuestras pisadas ya que el asfalto está repleto de tapones y botellas de plástico y sería una pena tener un tropezón a estas alturas de la prueba, además resbala bastante al estar el firme empapado en agua.
Giramos a la derecha y enfilamos ya la acera que da paso a las pistas de atletismo, el público rompe en aplausos al comprobar que la que nos acompaña es la primera clasificada tal y como denota el cartel que porta la bicicleta que nos lleva acompañando desde hace ya bastante tiempo. Pisamos ya la pista de atletismo y ponemos la vista fija en el arco de llegada, a la izquierda Javier Carmona quien ha sido el fiel escudero de María durante toda la carrera, a la derecha un servidor y en el centro la flamante campeona de esta novena edición de la Media Maratón de Getafe la gran María Abel. Cruzamos al unísono la línea de meta y paramos el crono cuando pasan trece minutos y cuarenta y seis segundos de la hora. Felicitaciones, abrazos, fotos y las entrevistas de rigor a la gran campeona.
Entrego el chip y recojo la fantástica bolsa con la que nos obsequia la organización, me pongo la camiseta para no quedarme frío y espero a que lleguen mis amigos que todavía tardarán algunos minutillos. Estos no se esperan el verme ya que no contaban conmigo y se alegran que al final haya podido tomar parte en la prueba. Sin demora me despido de ellos y me voy para casa, aunque sé que Lourdes está bien.
Al final la carrera ha salido mucho mejor de lo esperado, teniendo en cuenta las horas previas. Ha sido un buen test de cara al próximo maratón de Sevilla, ahora creo mas en mis posibilidades de estar cerca de las dos horas treinta minutos, siempre que el día acompañe, al igual que las piernas y sobre todo “los imprevistos”.. creo que el entrenamiento está dando sus frutos y estoy en el buen camino.
Me gustaría hacer una mención especial a la organización de esta prueba, cada año se van superando y se nota el esfuerzo y el cariño que ponen. Me consta que hubo problemas y algunos corredores se quedaron sin camiseta, creo que esto fue debido a los indeseables “BUITRES” que revolotean al acecho en todas las carreras y que por su agonía privan de lo que a otros justamente les corresponde, aún así también me consta que la organización ha puesto los medios para que nadie se quede sin su camiseta. Mi mas sincera enhorabuena por vuestro esfuerzo.
Y ahora a pensar en la siguiente cita, a saber: Combi 2 de Torrejón de Ardoz, organizada por los amigos del Ñ-Ultrafondo.
Salud.