El entrenamiento durante la semana no ha ido en absoluto encaminado a preparar esta carrera, no obstante creo que llego en un buen momento de forma.
Mi cuñado Alejandro y yo, llegamos prontito al polideportivo de Tres Cantos donde nos encontramos con otros dos amigos que ya nos están recogiendo los chips, damos una vuelta por los alrededores para tomarle el pulso a la mañana y percibimos un ambiente perfecto para practicar atletismo. La temperatura es bastante baja pero no hay nubes ni viento, por lo que a medida que avance el día la climatología va a ser perfecta para correr. Nos acercamos a un Stand publicitario donde nos obsequian a cada uno de nosotros con unos auriculares que a mi personalmente me van a venir de cine para mi MP-3. Se acerca el momento de la competición y decidimos despojarnos del chándal y calentar unos minutos por dentro del polideportivo, aprovechamos para echar la última meadita y cuando restan menos de cinco minutos nos situamos en la línea de salida. Todavía nos va a tocar esperar unos quince minutos mas debido a que según indican por megafonía existe algún problema con varios coches que están aparcados en el recorrido, y hasta que la grúa no consiga retirarlos no se va a proceder a dar la salida. Así pues nos quedamos literalmente “helados” hasta que por fin comienza la carrera.
Enseguida se forma un grupo de cabeza con los habituales de estas pruebas, a saber y entre otros, Fikadu Bekele, Emiliano Roncero (que a la postre sería el vencedor), Valledor, etc.... Yo a esta gente solo los veo en la salida, y como es lógico, me quedo algo mas atrás. Intento ir los primeros kilómetros a un ritmo vivo pero no agobiante que me permita coger buenas sensaciones, voy a la cola de un pequeño grupito de unos cinco o seis corredores y el ritmo que imponen me resulta cómodo. En los numerosos giros que tiene el recorrido puedo observar tanto a los que me preceden como a los que van por detrás y esto me hace ser consciente de la posición que mas o menos ocupo en la carrera, creo que debo andar entre el decimoquinto y el decimoctavo aproximadamente.... En uno de los mencionados giros puedo ver con nitidez como la primera clasificada de las chicas es la Tricantina, y varias veces vencedora de esta carrera, María Ruiz, va acompañada de un nutrido grupo de corredores y en los primeros compases de la prueba ya se ha distanciado de una manera notable de sus perseguidoras.
Pasan los primeros kilómetros y ahora soy yo el que va encabezando mi grupito, hay gente que ya se ha descolgado y poquito a poco al final nos quedamos únicamente un atleta con una equipación que hace referencia a la ciudad de Valladolid y yo. Ya no nos separaremos hasta el final.
Hemos dado un giro completo, de unos seis kilómetros, a la no muy exigente primera vuelta del circuito, pasamos por delante de la línea de meta pero todavía nos quedan aproximadamente otros ocho kilómetros y medio mas por completar. Personalmente no me gusta demasiado el ver la línea de meta a mitad de una carrera si no voy a poder cruzarla todavía, me queda la sensación de tener la miel en los labios y no poder probarla. Así comenzamos la segunda vuelta algo mas rigurosa, de momento iniciamos una bajada pronunciada que como es lógico se convertirá algo mas tarde en una complicada subida.
Continúo acompañado por el chaval de Valladolid, nos vamos alternando poco a poco, a veces tira él y otras tiro yo. Llevamos delante de nosotros a apenas veinte metros a todo un Campeón de Europa de los cien kilómetros, se trata de Jose Mª González, y en cada uno de los giros observamos como poquito a poco le vamos recortando distancia, al tiempo que observamos como Emiliano Roncero ha lanzado el ataque definitivo y vuela en solitario buscando la línea de meta.
Comenzamos a ascender por la única subida exigente de toda la prueba y a éstas alturas tanto mi compañero de viaje como yo mismo llevamos las fuerzas mas o menos equilibradas, por lo que proseguimos juntos, eso sí, sin dejar de jadear, arf, arf...... Por fin la cuesta se termina y sobrepasamos el punto que nos marca que acabamos de superar el kilómetro once, ya solo nos restan cuatro mas y esta carrera será historia.
Mantenemos un ritmo constante en torno a los tres minutos y medio por kilómetro y así nos presentamos, animados por el público, en los metros finales, nos miramos, nos hablamos y con un “que gane el mejor” nos lanzamos al sprint final... En esta ocasión la suerte me sonríe y cruzo el arco de meta en una mas que satisfactoria onceava posición, quedando además sexto en mi categoría de veteranos, abrazos con los compañeros llegados a meta y a entregar el chip.
Una vez recogida la bolsa del corredor, muy completa, aunque bien es cierto que se echa de menos los tetra-brik de caldito que nos entregaban en ocasiones precedentes, espero a mi cuñado y amigos y nos marchamos para los coches, donde comprobamos que este año hemos tenido suerte y nadie los ha tocado, ya que el pasado sufrimos un robo por parte de algunos indeseables que nos dejaron con lo puesto.
En el aparcamiento saludo a María Ruiz y le doy la enhorabuena por haber conseguido imponerse una vez mas en estos quince kilómetros de Tres Cantos, me comenta que me ha visto muy en forma en esta carrera y en tono de broma me insinúa que podría ser su próxima liebre en el cercano Maratón de Madrid, ja, ja... bastante tendré yo con terminarlo le indico entre risas...
Así poco a poco se va terminando esta mañana deportivo-festiva de domingo y con las sensaciones y buen sabor de boca que generalmente nos acompaña después de una competición damos por concluida esta prueba y ya nuestra mente se transporta hacia acontecimientos futuros como por ejemplo la próxima media maratón de Getafe.
Mi cuñado Alejandro y yo, llegamos prontito al polideportivo de Tres Cantos donde nos encontramos con otros dos amigos que ya nos están recogiendo los chips, damos una vuelta por los alrededores para tomarle el pulso a la mañana y percibimos un ambiente perfecto para practicar atletismo. La temperatura es bastante baja pero no hay nubes ni viento, por lo que a medida que avance el día la climatología va a ser perfecta para correr. Nos acercamos a un Stand publicitario donde nos obsequian a cada uno de nosotros con unos auriculares que a mi personalmente me van a venir de cine para mi MP-3. Se acerca el momento de la competición y decidimos despojarnos del chándal y calentar unos minutos por dentro del polideportivo, aprovechamos para echar la última meadita y cuando restan menos de cinco minutos nos situamos en la línea de salida. Todavía nos va a tocar esperar unos quince minutos mas debido a que según indican por megafonía existe algún problema con varios coches que están aparcados en el recorrido, y hasta que la grúa no consiga retirarlos no se va a proceder a dar la salida. Así pues nos quedamos literalmente “helados” hasta que por fin comienza la carrera.
Enseguida se forma un grupo de cabeza con los habituales de estas pruebas, a saber y entre otros, Fikadu Bekele, Emiliano Roncero (que a la postre sería el vencedor), Valledor, etc.... Yo a esta gente solo los veo en la salida, y como es lógico, me quedo algo mas atrás. Intento ir los primeros kilómetros a un ritmo vivo pero no agobiante que me permita coger buenas sensaciones, voy a la cola de un pequeño grupito de unos cinco o seis corredores y el ritmo que imponen me resulta cómodo. En los numerosos giros que tiene el recorrido puedo observar tanto a los que me preceden como a los que van por detrás y esto me hace ser consciente de la posición que mas o menos ocupo en la carrera, creo que debo andar entre el decimoquinto y el decimoctavo aproximadamente.... En uno de los mencionados giros puedo ver con nitidez como la primera clasificada de las chicas es la Tricantina, y varias veces vencedora de esta carrera, María Ruiz, va acompañada de un nutrido grupo de corredores y en los primeros compases de la prueba ya se ha distanciado de una manera notable de sus perseguidoras.
Pasan los primeros kilómetros y ahora soy yo el que va encabezando mi grupito, hay gente que ya se ha descolgado y poquito a poco al final nos quedamos únicamente un atleta con una equipación que hace referencia a la ciudad de Valladolid y yo. Ya no nos separaremos hasta el final.
Hemos dado un giro completo, de unos seis kilómetros, a la no muy exigente primera vuelta del circuito, pasamos por delante de la línea de meta pero todavía nos quedan aproximadamente otros ocho kilómetros y medio mas por completar. Personalmente no me gusta demasiado el ver la línea de meta a mitad de una carrera si no voy a poder cruzarla todavía, me queda la sensación de tener la miel en los labios y no poder probarla. Así comenzamos la segunda vuelta algo mas rigurosa, de momento iniciamos una bajada pronunciada que como es lógico se convertirá algo mas tarde en una complicada subida.
Continúo acompañado por el chaval de Valladolid, nos vamos alternando poco a poco, a veces tira él y otras tiro yo. Llevamos delante de nosotros a apenas veinte metros a todo un Campeón de Europa de los cien kilómetros, se trata de Jose Mª González, y en cada uno de los giros observamos como poquito a poco le vamos recortando distancia, al tiempo que observamos como Emiliano Roncero ha lanzado el ataque definitivo y vuela en solitario buscando la línea de meta.
Comenzamos a ascender por la única subida exigente de toda la prueba y a éstas alturas tanto mi compañero de viaje como yo mismo llevamos las fuerzas mas o menos equilibradas, por lo que proseguimos juntos, eso sí, sin dejar de jadear, arf, arf...... Por fin la cuesta se termina y sobrepasamos el punto que nos marca que acabamos de superar el kilómetro once, ya solo nos restan cuatro mas y esta carrera será historia.
Mantenemos un ritmo constante en torno a los tres minutos y medio por kilómetro y así nos presentamos, animados por el público, en los metros finales, nos miramos, nos hablamos y con un “que gane el mejor” nos lanzamos al sprint final... En esta ocasión la suerte me sonríe y cruzo el arco de meta en una mas que satisfactoria onceava posición, quedando además sexto en mi categoría de veteranos, abrazos con los compañeros llegados a meta y a entregar el chip.
Una vez recogida la bolsa del corredor, muy completa, aunque bien es cierto que se echa de menos los tetra-brik de caldito que nos entregaban en ocasiones precedentes, espero a mi cuñado y amigos y nos marchamos para los coches, donde comprobamos que este año hemos tenido suerte y nadie los ha tocado, ya que el pasado sufrimos un robo por parte de algunos indeseables que nos dejaron con lo puesto.
En el aparcamiento saludo a María Ruiz y le doy la enhorabuena por haber conseguido imponerse una vez mas en estos quince kilómetros de Tres Cantos, me comenta que me ha visto muy en forma en esta carrera y en tono de broma me insinúa que podría ser su próxima liebre en el cercano Maratón de Madrid, ja, ja... bastante tendré yo con terminarlo le indico entre risas...
Así poco a poco se va terminando esta mañana deportivo-festiva de domingo y con las sensaciones y buen sabor de boca que generalmente nos acompaña después de una competición damos por concluida esta prueba y ya nuestra mente se transporta hacia acontecimientos futuros como por ejemplo la próxima media maratón de Getafe.
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