Comienzo la mañana con sensaciones extrañas, no en vano me acabo de mudar de casa y ha sido la primera noche que he dormido en mi nuevo domicilio. Nueva casa, nueva habitación y nueva cama,.al cuerpo le cuesta asimilar todos estos cambios.
Me levanto a eso de las siete y media de la mañana con el cuerpo entumecido de la mudanza de ayer. Desayuno una barrita energética, en lugar del acostumbrado tazón de leche con galletas, y es que venía notando que precisamente era la lecha ingerida en el desayuno la que me “premiaba” con una serie de retortijones en la barriga, a veces inaguantables que me hacían de vez en cuando hacer alguna parada “técnica” en los entrenamientos. Una vez desayunado voy al encuentro de mi cuñado Alejandro, del que ahora, con el nuevo domicilio, me separan apenas ochocientos metros, y juntos nos vamos para el Retiro donde aparcamos su coche, no sin antes pasar por algunos problemas de aparcamiento.
En parque del Retiro hace una mañana magnífica para correr, la temperatura es fresquita por lo tanto ideal para competir, y brilla un sol radiante por encima de nuestras cabezas, y aunque hemos llegado sobre las ocho y cuarto de la mañana y la prueba no dará comienzo hasta dentro de una hora larga, ya hay muchísima gente por la zona de la salida. Me encanta ver las caras de los corredores previas a una competición, son una mezcla de ilusión, expectación, ansiedad, alegría y turbación, conjugadas todas en un cóctel aderezado con especias de excitación, nerviosismo y ganas de superación. Dudo mucho que en otras facetas de la vida se puedan contemplar con tanta nitidez y pureza tantas emociones desatadas, podría decirse que se pueden leer claramente las expresiones de los distintos rostros, como si de libros abiertos se tratase.
Lo primero que hacemos es recoger el novedoso chip que nos ofrece en esta ocasión la organización, nos dirigimos al cartelito que anuncia la entrega de los numerados del 1 al 200 y nos entregan una bolsa de color amarillo que se supone debemos introducir en un pequeño “morral” que se encuentra en el reverso del dorsal, así lo hago y la primera impresión es que me resulta incómodo, estoy como “encorsetado”, no me gusta. Andamos unos minutos por los alrededores y convenimos el lugar de encuentro para después de la llegada, lugar que como no podía ser de otra forma establecemos junto a unos tiradores de cerveza, lástima que sea sin alcohol.
Emprendemos el calentamiento, previa meadita de rigor, y saludamos a muchos amigos con los que nos vamos cruzando. Quiero destacar especialmente a Rober, por su impresionante progresión en las últimas carreras, antes solíamos correr juntos y ahora no hay quien le eche el guante, una máquina el tío.
Última meadita, mas de nervios que de ganas, y nos vamos para el “corralito” en la zona cabecera de la gran masa de corredores que en pocos minutos patearemos el duro asfalto de la capital del reino. Estamos junto a la élite y codo con codo con un par de negritas, y alguna marroquí. En poco mas de dos metros cuadrados vemos a muchas caras conocidas y habituales de las carreras populares, como por ejemplo Valledor, Jose Félix, Recuerdo Arroyo, María Ruiz, Beatriz Ros, etc...
Pistoletazo de salida y comienza la carrera, la salida como siempre vertiginosa y procurando no sufrir muchos codazos ni tropezar y caer al suelo. A la salida del Retiro giramos hacia la derecha buscando un nuevo giro a izquierdas que nos mete de lleno en la calle Príncipe de Vergara con tendencia siempre a subir. Voy metido en un gran grupo de atletas y muy pendiente de no tropezar con la infinidad de piernas que me rodean por todas partes. Pasamos por el primer kilómetro a buen ritmo así como también el segundo, no se puede decir que vaya cómodo porque llevamos un ritmo exigente, aunque por el momento no cedo y sigo en el grupo. Pasamos por la calle Almagro y poco después rebasamos el primer punto de avituallamiento en el kilómetro cinco donde intento coger una botella de agua sin mucho éxito, me “medio cabreo” y sigo para adelante.
Al paso por la calle Santa Engracia podemos ver como siempre a los Bomberos que desde las puertas del parque nos animan, si bien es cierto que sin nada que ver con la animación de otros años en los que sacaban algún camión a la calle y hacían sonar las campanas, este año a decir verdad han estado un “pelín” sosos, aunque hay que agradecerles de todos modos los ánimos, ya que nos hacen evadirnos por unos instantes del esfuerzo de la carrera.
Rebasado el sexto kilómetro seguimos con la continua subida, que ya traemos desde pasado el tercero, por la calle Bravo Murillo, y aquí es donde el grupo ya comienza a desmembrarse, siendo yo uno de los damnificados que no consigue entrar al nuevo ritmo que se impone buscando la Plaza de Castilla. Así se van unos cuantos corredores por delante y nos quedamos otra media docena mas rezagados.
Al paso por la plaza de Castilla, con menos animación que en otras ediciones, adelantamos a una de las chicas de rasgos árabes que se va quedando descolgada, por delante llevamos a un par de negritas, otra marroquí y a nuestra española Beatriz Ros. La plaza de Castilla marca el punto de inflexión donde el perfil del recorrido comienza a ser mas favorable, y eso se nota en el cambio de ritmo que se impone por parte de algún corredor que hasta el momento venía “tapado”.
Avanzando por la calle Mateo Inurria nos plantamos ante al avituallamiento situado en el décimo kilómetro donde, no sé muy bien por qué extraña decisión, decido no coger agua. El cronómetro situado encima del techo de uno de los coches propagandísticos de la organización nos señala un tiempo de treinta y cinco minutos y pico. Vamos a relevos hasta el kilómetro doce donde, en la cuesta que nos conduce a la calle Serrano, el grupo pierde su nombre. Por delante se van tres corredores y nos quedamos otro trío compuesto por un corredor del Clínicas Menorca, otro del Móstoles y yo mismo. Como noto la falta de forma, en apenas doce kilómetros ya me han descolgado por segunda vez.
En la calle Serrano, y en pronunciada bajada, azuzamos el ritmo que nos permite acercarnos de nuevo a los corredores que se nos han marchado en la subida, así como a una de las negritas que debe ir en la cuarta posición femenina, pero al comienzo de la cuesta que da inicio a la calle Diego de León nos volvemos a rezagar, está claro que lo que nos sobra no es fuerza precisamente.
Entramos nuevamente en la calle Príncipe de Vergara y continuamos con un perfil de bajada favorable, pasamos el kilómetro quince y su avituallamiento donde ya definitivamente he decidido no coger agua, hoy voy en plan suicida, si he aguantado hasta aquí sin agua, en los seis kilómetros que quedan ya creo que no me va a hacer ninguna falta. En la Avenida Menéndez Pelayo damos alcance a algún corredor que viene descolgado de los grupos cabeceros al tiempo que le vamos recortando metros a la negrita que ya va perdiendo fuerzas. Mentalmente voy pensando en lo que se nos avecina a partir del kilómetro dieciocho e intento prepararme psicológicamente, porque físicamente está claro que no lo estoy, teniendo en cuenta que en todas las cuestas anteriores he salido derrotado.
En Atocha empieza el baile y el recorrido se empina bastante por lo que bajo bastante el ritmo de carrera que traía hasta ahora, mi sorpresa es que al igual que yo también lo hacen los dos corredores que me acompañan, así como la negrita que nos precede, a tenor de los metros que le vamos recortando. Estamos a las puertas del Retiro por lo que ya se puede “oler” la meta, pero aún nos queda el postre de la carrera, que no es otro que la entrada al Parque por la Cuesta del Angel Caído, y caídos en ese punto quedamos mas de uno. En mi caso, y durante los metros que dura la dichosa cuesta, soy casi incapaz de correr, por lo que una vez mas, y como ya es costumbre en el día de hoy, me vuelvo a descolgar. Voy con la lengua casi rozando el suelo y suplicando porque se acabe la puñetera cuesta, me pasa un corredor del Bikila y otro del Akiles, y no me pasan mas porque se acaba ya la cuesta. El calentón me ha dejado muerto y ya voy pensando únicamente en llegar a meta y pararme, y eso que todavía me queda mas de un kilómetro.
Pasada la estatua del Angel Caído vuelvo a coger algo de ritmo y puedo observar a los corredores que se cruzan con nosotros buscando ya la meta, así puedo ver a la primera chica (africana), a la segunda (marroquí), y muy cerca de ésta última a Beatriz Ros que va tercera. También veo a algunos de los atletas de élite que hoy no han tenido su día, como por ejemplo a Lachqar Mohamed, y algún otro de renombre con las caras desencajadas.
Pasamos el kilómetro veinte y ya solo queda echar el resto para llegar. He incrementado el ritmo y me he unido al corredor del Móstoles con el que he hecho gran parte de la prueba y que no ha sido capaz tampoco de aguantar el ultimo cambio de ritmo. Para mi sorpresa en este punto aparece un corredor (dorsal 125) de entre unos arbustos y ajustándose el pantalón se une a nosotros. Mi primer pensamiento es que le ha debido dar un “apretón” a escasos metros de la llegada y se ha tenido que parar, pero luego me da por pensar mal y veo que no lleva ni una gota de sudor por ninguna parte y eso ya me genera dudas, sea como fuere allá él y su conciencia lo que me joroba es que encima me quiera esprintar. Eso me pone de tan mala leche que después del giro de noventa grados que nos conduce a la recta de llegada aprieto los dientes y no le dejo pasar por ningún lado, así nos marcamos un esprint final que hace que termine exhausto en la línea de llegada, pero consiguiendo entrar por delante de él.
Ha sido una carrera que se me ha hecho muy dura en su tramo final, por eso tengo muchas dudas en cuanto a como afrontar el próximo MAPOMA, he quedado realmente hecho polvo aunque con un tiempo decente. Recojo el recuerdo de la carrera (donde por cierto no hace mención por ninguna parte a ella), me como un plátano y me voy directo para el grifo de la cerveza a esperar a mi cuñado y pensando ya en las vacaciones de Semana Santa y las Torrijas, a la vuelta será tiempo de pensar nuevamente el en Maratón de Madrid, por ahora toca un merecido descanso. Por cierto, me he encontrado en meta con mi amiguete Rober y una vez mas me ha dejado con la boca abierta, el tío se ha marcado un tiempazo de 1:12:17 sin despeinarse, lo dicho, un maquinón. En cuanto a la lesión que me ha estado acompañando últimamente, noto molestias en la pierna, pero me deja correr....
Salud.
Me levanto a eso de las siete y media de la mañana con el cuerpo entumecido de la mudanza de ayer. Desayuno una barrita energética, en lugar del acostumbrado tazón de leche con galletas, y es que venía notando que precisamente era la lecha ingerida en el desayuno la que me “premiaba” con una serie de retortijones en la barriga, a veces inaguantables que me hacían de vez en cuando hacer alguna parada “técnica” en los entrenamientos. Una vez desayunado voy al encuentro de mi cuñado Alejandro, del que ahora, con el nuevo domicilio, me separan apenas ochocientos metros, y juntos nos vamos para el Retiro donde aparcamos su coche, no sin antes pasar por algunos problemas de aparcamiento.
En parque del Retiro hace una mañana magnífica para correr, la temperatura es fresquita por lo tanto ideal para competir, y brilla un sol radiante por encima de nuestras cabezas, y aunque hemos llegado sobre las ocho y cuarto de la mañana y la prueba no dará comienzo hasta dentro de una hora larga, ya hay muchísima gente por la zona de la salida. Me encanta ver las caras de los corredores previas a una competición, son una mezcla de ilusión, expectación, ansiedad, alegría y turbación, conjugadas todas en un cóctel aderezado con especias de excitación, nerviosismo y ganas de superación. Dudo mucho que en otras facetas de la vida se puedan contemplar con tanta nitidez y pureza tantas emociones desatadas, podría decirse que se pueden leer claramente las expresiones de los distintos rostros, como si de libros abiertos se tratase.
Lo primero que hacemos es recoger el novedoso chip que nos ofrece en esta ocasión la organización, nos dirigimos al cartelito que anuncia la entrega de los numerados del 1 al 200 y nos entregan una bolsa de color amarillo que se supone debemos introducir en un pequeño “morral” que se encuentra en el reverso del dorsal, así lo hago y la primera impresión es que me resulta incómodo, estoy como “encorsetado”, no me gusta. Andamos unos minutos por los alrededores y convenimos el lugar de encuentro para después de la llegada, lugar que como no podía ser de otra forma establecemos junto a unos tiradores de cerveza, lástima que sea sin alcohol.
Emprendemos el calentamiento, previa meadita de rigor, y saludamos a muchos amigos con los que nos vamos cruzando. Quiero destacar especialmente a Rober, por su impresionante progresión en las últimas carreras, antes solíamos correr juntos y ahora no hay quien le eche el guante, una máquina el tío.
Última meadita, mas de nervios que de ganas, y nos vamos para el “corralito” en la zona cabecera de la gran masa de corredores que en pocos minutos patearemos el duro asfalto de la capital del reino. Estamos junto a la élite y codo con codo con un par de negritas, y alguna marroquí. En poco mas de dos metros cuadrados vemos a muchas caras conocidas y habituales de las carreras populares, como por ejemplo Valledor, Jose Félix, Recuerdo Arroyo, María Ruiz, Beatriz Ros, etc...
Pistoletazo de salida y comienza la carrera, la salida como siempre vertiginosa y procurando no sufrir muchos codazos ni tropezar y caer al suelo. A la salida del Retiro giramos hacia la derecha buscando un nuevo giro a izquierdas que nos mete de lleno en la calle Príncipe de Vergara con tendencia siempre a subir. Voy metido en un gran grupo de atletas y muy pendiente de no tropezar con la infinidad de piernas que me rodean por todas partes. Pasamos por el primer kilómetro a buen ritmo así como también el segundo, no se puede decir que vaya cómodo porque llevamos un ritmo exigente, aunque por el momento no cedo y sigo en el grupo. Pasamos por la calle Almagro y poco después rebasamos el primer punto de avituallamiento en el kilómetro cinco donde intento coger una botella de agua sin mucho éxito, me “medio cabreo” y sigo para adelante.
Al paso por la calle Santa Engracia podemos ver como siempre a los Bomberos que desde las puertas del parque nos animan, si bien es cierto que sin nada que ver con la animación de otros años en los que sacaban algún camión a la calle y hacían sonar las campanas, este año a decir verdad han estado un “pelín” sosos, aunque hay que agradecerles de todos modos los ánimos, ya que nos hacen evadirnos por unos instantes del esfuerzo de la carrera.
Rebasado el sexto kilómetro seguimos con la continua subida, que ya traemos desde pasado el tercero, por la calle Bravo Murillo, y aquí es donde el grupo ya comienza a desmembrarse, siendo yo uno de los damnificados que no consigue entrar al nuevo ritmo que se impone buscando la Plaza de Castilla. Así se van unos cuantos corredores por delante y nos quedamos otra media docena mas rezagados.
Al paso por la plaza de Castilla, con menos animación que en otras ediciones, adelantamos a una de las chicas de rasgos árabes que se va quedando descolgada, por delante llevamos a un par de negritas, otra marroquí y a nuestra española Beatriz Ros. La plaza de Castilla marca el punto de inflexión donde el perfil del recorrido comienza a ser mas favorable, y eso se nota en el cambio de ritmo que se impone por parte de algún corredor que hasta el momento venía “tapado”.
Avanzando por la calle Mateo Inurria nos plantamos ante al avituallamiento situado en el décimo kilómetro donde, no sé muy bien por qué extraña decisión, decido no coger agua. El cronómetro situado encima del techo de uno de los coches propagandísticos de la organización nos señala un tiempo de treinta y cinco minutos y pico. Vamos a relevos hasta el kilómetro doce donde, en la cuesta que nos conduce a la calle Serrano, el grupo pierde su nombre. Por delante se van tres corredores y nos quedamos otro trío compuesto por un corredor del Clínicas Menorca, otro del Móstoles y yo mismo. Como noto la falta de forma, en apenas doce kilómetros ya me han descolgado por segunda vez.
En la calle Serrano, y en pronunciada bajada, azuzamos el ritmo que nos permite acercarnos de nuevo a los corredores que se nos han marchado en la subida, así como a una de las negritas que debe ir en la cuarta posición femenina, pero al comienzo de la cuesta que da inicio a la calle Diego de León nos volvemos a rezagar, está claro que lo que nos sobra no es fuerza precisamente.
Entramos nuevamente en la calle Príncipe de Vergara y continuamos con un perfil de bajada favorable, pasamos el kilómetro quince y su avituallamiento donde ya definitivamente he decidido no coger agua, hoy voy en plan suicida, si he aguantado hasta aquí sin agua, en los seis kilómetros que quedan ya creo que no me va a hacer ninguna falta. En la Avenida Menéndez Pelayo damos alcance a algún corredor que viene descolgado de los grupos cabeceros al tiempo que le vamos recortando metros a la negrita que ya va perdiendo fuerzas. Mentalmente voy pensando en lo que se nos avecina a partir del kilómetro dieciocho e intento prepararme psicológicamente, porque físicamente está claro que no lo estoy, teniendo en cuenta que en todas las cuestas anteriores he salido derrotado.
En Atocha empieza el baile y el recorrido se empina bastante por lo que bajo bastante el ritmo de carrera que traía hasta ahora, mi sorpresa es que al igual que yo también lo hacen los dos corredores que me acompañan, así como la negrita que nos precede, a tenor de los metros que le vamos recortando. Estamos a las puertas del Retiro por lo que ya se puede “oler” la meta, pero aún nos queda el postre de la carrera, que no es otro que la entrada al Parque por la Cuesta del Angel Caído, y caídos en ese punto quedamos mas de uno. En mi caso, y durante los metros que dura la dichosa cuesta, soy casi incapaz de correr, por lo que una vez mas, y como ya es costumbre en el día de hoy, me vuelvo a descolgar. Voy con la lengua casi rozando el suelo y suplicando porque se acabe la puñetera cuesta, me pasa un corredor del Bikila y otro del Akiles, y no me pasan mas porque se acaba ya la cuesta. El calentón me ha dejado muerto y ya voy pensando únicamente en llegar a meta y pararme, y eso que todavía me queda mas de un kilómetro.
Pasada la estatua del Angel Caído vuelvo a coger algo de ritmo y puedo observar a los corredores que se cruzan con nosotros buscando ya la meta, así puedo ver a la primera chica (africana), a la segunda (marroquí), y muy cerca de ésta última a Beatriz Ros que va tercera. También veo a algunos de los atletas de élite que hoy no han tenido su día, como por ejemplo a Lachqar Mohamed, y algún otro de renombre con las caras desencajadas.
Pasamos el kilómetro veinte y ya solo queda echar el resto para llegar. He incrementado el ritmo y me he unido al corredor del Móstoles con el que he hecho gran parte de la prueba y que no ha sido capaz tampoco de aguantar el ultimo cambio de ritmo. Para mi sorpresa en este punto aparece un corredor (dorsal 125) de entre unos arbustos y ajustándose el pantalón se une a nosotros. Mi primer pensamiento es que le ha debido dar un “apretón” a escasos metros de la llegada y se ha tenido que parar, pero luego me da por pensar mal y veo que no lleva ni una gota de sudor por ninguna parte y eso ya me genera dudas, sea como fuere allá él y su conciencia lo que me joroba es que encima me quiera esprintar. Eso me pone de tan mala leche que después del giro de noventa grados que nos conduce a la recta de llegada aprieto los dientes y no le dejo pasar por ningún lado, así nos marcamos un esprint final que hace que termine exhausto en la línea de llegada, pero consiguiendo entrar por delante de él.
Ha sido una carrera que se me ha hecho muy dura en su tramo final, por eso tengo muchas dudas en cuanto a como afrontar el próximo MAPOMA, he quedado realmente hecho polvo aunque con un tiempo decente. Recojo el recuerdo de la carrera (donde por cierto no hace mención por ninguna parte a ella), me como un plátano y me voy directo para el grifo de la cerveza a esperar a mi cuñado y pensando ya en las vacaciones de Semana Santa y las Torrijas, a la vuelta será tiempo de pensar nuevamente el en Maratón de Madrid, por ahora toca un merecido descanso. Por cierto, me he encontrado en meta con mi amiguete Rober y una vez mas me ha dejado con la boca abierta, el tío se ha marcado un tiempazo de 1:12:17 sin despeinarse, lo dicho, un maquinón. En cuanto a la lesión que me ha estado acompañando últimamente, noto molestias en la pierna, pero me deja correr....
Salud.
9 comentarios:
Muy buena cronica y la carrera tambien fantastica,hacer el tiempo que has hecho en una media tan dura y mejorando 3 minutos tu marca de la media anterior indica que vas por muy buen camino,que tus entrenamientos te van situando donde mereces estar y ya casi estas de nuevo arriba,arriba luchando con los primeros,me alegro que sigas mejorando y espero que las molestias que aun tienes,que veo logicas por el esfuerzo desaparezcan en proximos dias.La media fue dura y la cuesta esa del 10% del final matadora,yo la subi corriendo sin parar y me sirvio para adelantar a algunos pero senti que podia haber ido casi igual de rapido andando rapido.Cuesta matadora.FELICIDADES CAMPEONISIMO¡¡¡¡,ahora al maraton,casi nada.......
Buena carrera, según cuentas con un final de esos que hacen daño...lo de ese corredor es realmente sospechoso...uff tiene que dar tela de coraje, menos mal que no te "ganó" en el sprint...jajaja
Que sonrojo Alex!
Joder sin despeinarme, que simpático jaja... la verdad, no terminé todo lo contento que me hubiese gustado, creo que tengo 1h11 "fácil" en las patas pero en las medias me atraganto, aparte que de las 2 que corro al año me salen todas de recorrido digamos "jodido" o de día de galerna.
En fin. Creo que aún no soy lo suficientemente "viejuno" para rendir más allá de los 10km :)
Lo importante es un 1h15 después de muchas penurias... enhorabuena para ti!!!
Un abrazo mákina!
Rober.
Maratonman:
Las Felicidades que sean para tí, conseguiste terminar la prueba y eso si que tiene mérito. Ahora a seguir entrenando y mirando siempre hacia adelante, verás como poco a poco irás notando mejoras.
Paco:
El final efectivamente era jodidillo, y mas si uno se "encabrona" viendo como salen corredores como setas de detrás de los arbustos, ja, ja... Hablaré con los jardineros del Retiro para que fumiguen bien por los arbustos de cara al Mapoma, así nos quitamos las "malas hierbas", ja, ja...
Rober:
Que decirte tío... de verdad que me tienes asombrado, yo alucino contigo, me tienes que pasar la receta a ver si consigo aprender algo. En serio, me alegro mucho por tí y por esa progresión meteórica que atesoras en los últimos tiempos, verás como en cuanto pilles un día bueno y con recorrido favorable te plantas en 1:11 en Media Maratón, esto ABSOLUTAMENTE convencido de ello.
Un abrazo.
PIRAÑA
Imparable... y mira que te quejabas de que estabas mal y no se que. Incluso te atreviste a decirme que te podía ganar en Coslada... aun me rio cuando lo pienso ;)
Nos veremos en MAPOMA. Recuerda la quedada del foro.
Hola,
he leido este magnifico blog, y me doy cuenta que tu y yo compartimos podio en el cross de la Elipa del 2007, tengo una foto, yo fui septimo, pero tercer senior, vamos que me pareciste un tipo simpático y humilde, como así demuestras en tu blog. Te doy la enhorabuena buena, y también por tus registros.
Lo del individuo ese, dorsal 125, no tiene nombre, por curiosidad he mirado la clasificacion, su paso por el 10km es de 42 minutos, por tanto...blanco y en botella...leche, que por cierto, es indigesta, yo ya la dejé. Cuando cuente que ha hecho 1:15 en la media, quién le creerá?habrá que seguirle la pista en proximas carreras.
En fin, un saludo y que sigas igual, con afán de superación, con humildad y sin retorcijones, jeje.
Un saludo, Ricardo.
FELICIDADES PIRAÑA. Tienes cerca la maratón de Madrid, y vaya que si, con esos taitantos añitos que tienes, vas a intentarlo, seguro que sí,,,Je,Je,,,,,que te conozco.
Ahora que ya los has cumplido, vamos a ver si te dejan un poquito las lesiones, y te centras......
MUCHAS FELICIDADES.
por cierto pichita felicidades.
Te vas haciendo viejo Ja,ja,ja
CUIDATE
LANDES:
Tuviste una oportunidad de oro para batirme en Coslada, je, je...la dejaste pasar. En MAPOMA te lo voy a poner un poquito mas dificil, ja, ja... nos vemos en la quedada, que nerviossss.....
RICARDO:
Gracias por lo de simpático y humilde, no sé si será muy cierto o no, pero procuro ante todo ser “buena gente”, je, je...
No se me había ocurrido mirar el paso por el 10 del dorsal “tramposo”, pero ahora ya queda todo tan claro como el agua, si ya decía yo que eso de llegar al kilómetro 20 sin sudar no podía ser.
Por cierto, si conservas una foto del podium del Cross de la Elipa y no te importa mandármela te estaría muy agradecido, pues no conservo ningún recuerdo de ese día.
Te dejo mi e-mail por si me haces el favor de enviarmela. yuncal@hotmail.com.
Ah!, y enhorabuena también para tí, porque si estabas en el podium ese día, significa que “corres que te las pelas”.y eres un gran campeón.
LOURDITAS:
Muchísimas gracias por la felicitación y por tus ánimos, a ver si es verdad que me dejan en paz ya de una vez las lesiones y puedo volver a correr “con normalidad” y espero como siempre que tu sigas a mi lado dándome todo tu apoyo.
MIGUEL-ESTRONCIO:
Graaaacias por la felicitación, y eso de que me estoy haciendo viejo no te lo crees ni tú, cuando quieras quedamos para tomar unos “beutellines” y unos “beuquerones” y te voy a demostrar quien es el viejo, ja, ja.... Por cierto, no hables muy alto que tu pronto me alcanzas....
Un saludo.
PIRAÑA.
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