Hace 6 días
domingo, 21 de noviembre de 2010
I CROSS EL ESCORIAL
Hoy ha sido un a mañana de esas en las que cuando suena el despertador uno, debido a ese sexto sentido que todos llevamos oculto, siente que el día es frío, desapacible y no invita precisamente a correr, y menos en la sierra de Madrid donde las temperaturas ya de por sí suelen ser frescas. Así que haciendo caso omiso a la alarma del reloj que marca las siete de la mañana, me he dado media vuelta y con la pereza que me viene acompañando desde que cruzara la frontera de los cuarenta años, de esto hace ya casi dos, me he dispuesto a continuar, agazapado y bien calientito, al lado de mi mujer y bajo el edredón que me separa de esa otra realidad que reina mas allá de las estribaciones de la cama.
Si no hubiese sido porque mi mujer a eso de las siete y cuarto se ha despertado, ha mirado la hora y me ha animado a levantarme, muy probablemente, mejor dicho, con toda certeza, hoy me habría quedado en la cama y hubiese dedicado el día a otras ocupaciones. El caso es que al final nos hemos acercado toda la familia hasta El Escorial donde, a medida que nos aproximábamos, podíamos comprobar las nubes negras amenazantes sobre las cumbres y los árboles fluctuando de un lado a otro movidos por un gélido viento matutino que no invita en absoluto a salir del coche. Desde dentro del mismo podemos comprobar que la temperatura es de tan sólo siete grados pero que con el aire que sopla seguro que la sensación térmica es de bastantes menos.
Bien abrigados recogemos rápidamente los dorsales que nos reservan plaza para cada una de las competiciones a las que nos hemos inscrito en este cross, y observamos que debido a las recientes lluvias, los tramos marcados con una raya blanca por donde discurrirán las distintas carreras, están embarrados y salpicados de charcos. Hoy correremos mis dos hijos pequeños en categoría de benjamines, y el que suscribe en la categoría de veteranos mayores de treinta y cinco años.
La primera en colocarse en la línea de salida es la pequeñina de la familia. Mi hija Lucía es de las mas pequeñas de su categoría y aún así, después de un recorrido de setecientos metros que me parece mas que suficiente para esa edad, y del que hace algún metrillo andando, tras un largo esprint al que no se como ha conseguido sacar fuerzas, consigue finalizar en un meritorio puesto dieciséis, por delante de varias competidoras mas curtidas que ella y con algún añito mas, que a estas edades eso se nota mucho.
Tras la benjamina, ahora le toca el turno al benjamín Pablo. Tras pasar por la “cámara de llamada” se reúne con el resto de competidores que en total completan una cifra de treinta y cinco. Calientan durante algunos minutos ya que hace bastante frío, no obstante ni siquiera le quitamos el chándal ya que podría resfriarse y ante todo se trata de que ellos lo pasen bien sin poner en riesgo la salud. Pasadas las diez de la mañana comienzan su prueba, en la que el recorrido son los mismos setecientos metros de las niñas. Empieza bastante tranquilo, y va a cola del grupo, para a medida que van completando metros ir adelantando a otros benjamines. Es un auténtico placer ver correr a niños tan pequeños, se les nota la ilusión en sus caras y se lo toman tan en serio, o incluso mas, que algunos que se dicen profesionales. Tras varias curvas se presenta en la recta de meta sobre el puesto veinte, y como suele ser habitual en él, cuando ve el arco de meta se lanza a tope, rebasando durante ese tramo a unos cinco niños que le hacen conseguir una fantástica quinceava plaza. Solo por ver la cara de Pablete al cruzar el arco de meta, con sus mejillas totalmente coloradas y la sonrisa en sus labios, ha merecido la pena levantarse de la cama. Enseguida le abrigamos y nos marchamos a dar una vuelta por El Escorial ya que todavía queda mas de una hora para la carrera de mi categoría.
Durante el paseo por El Escorial compramos el pan, donde un agradable panadero tiene el bonito detalle de regalarles a mis hijos un par de “colines”, pero no unos colines cualquiera no, sino unos colines que miden sin exagerar mas de medio metro y los que en sus manos parecen dos espadas. Completamos el paseo acercándonos a conocer una Iglesia que está muy próxima y volvemos sobre nuestros pasos de nuevo al parque donde esta fría mañana de noviembre se celebran todas las pruebas del cross.
Una vez en el parque animamos a los corredores y corredoras que corren en esos momentos y pertenecen a las distintas categorías de infantiles, cadetes, etc., algunos lo hacen con verdadero estilo y apuntan maneras, llevando ritmos bastante alegres que a mas de uno nos sacarían los colores, así observamos también a algún quinceañero que con rasgos magrebíes corre totalmente descalzo por encima del barro y la hierba, no deja de sorprendernos ya que no es muy habitual el ver este tipo de detalles.
Se acerca el momento de dirigirme hacia la cámara de llamada y unos minutos después de las doce del medio día me despojo del chándal y empiezo a calentar, bueno mejor dicho lo intento, ya que tengo el frío metido en el cuerpo y me cuesta mucho dar elasticidad a unos músculos ateridos por el frío.
Tras el pertinente control por parte de la organización nos situamos en la línea de salida dispuestos a completar una vuelta al parque, de la que no tengo ninguna referencia salvo que son todo toboganes a tenor de lo poco que veo desde mi posición. Debería haber dado alguna vuelta de reconocimiento, pero debido a que continuamente se han estado celebrando competiciones no lo he hecho. Compruebo como casi todos los atletas que tengo alrededor llevas zapatillas de cross, es decir, con clavos, e ingenuamente pienso que es excesivo ya que no lo creo necesario, primer error del día.
Una vez despejada la recta de salida se da inicio a la prueba y la gente sale esprintando, yo que no estoy acostumbrado a correr crosses, este debe ser el tercero que corro, y que soy mas un corredor diesel que necesita de muchos kilómetros para desarrollar todo mi potencial, me veo relegado a la zona medio-posterior de un grupo bastante numeroso de corredores que yo creo que fácilmente nos acercamos a la centena, sino mas.
Necesito progresar si quiero poder correr a gusto, ya que después de la larga recta de salida empieza un circuito estrecho y sinuoso donde el llegar en masa puede suponer un problema. Pero no es tan sencillo adelantar ya que en este tipo de carreras se utilizan mucho los codos, y yo que no estoy acostumbrado, acabo en los primero metros desplazado hacia la zona exterior del grupo teniendo que hacer algún metrillo de mas para poder ir adelantando a los que me preceden. Al paso por donde está mi mujer Lourdes con los niños voy totalmente tapado, alzo la mano para que me vean y así mi mujer consigue hacerme una foto de recuerdo, les saludo y continuo hacia delante intentando buscar huecos por donde progresar.
Voy pensando, a la par que mirando al suelo ya que está salpicado de charcos, grietas y barro, en que tengo que correr fuerte desde el principio ya que necesito ganar posiciones rápidamente, pero no me resulta fácil acostumbrado a carreras de distancias mayores. El circuito compruebo rápidamente que no se presta a ello, ya que es una sucesión de curvas de noventa y ciento ochenta grados, muy resbaladizas en su mayoría y por tramos estrechos y sinuosos, así y antes del primer kilómetro estoy a punto de estamparme contra un árbol por intentar sobrepasar a un par de corredores. No consigo coger ritmo ya que no hay apenas rectas, cuando intento mantener un ritmo uniforme enseguida llega una curva y tengo que parar para de nuevo acelerar otra vez, los crosses son bonitos, pero para los que no estamos acostumbrados a éstos arranca-para son una contrariedad.
Continúo adelantando a gente cuando puedo, y al acercarnos al segundo kilómetro ya tengo relativamente cerca a los dos atletas que van en primer lugar. El perfil es un continuo tobogán de subidas y bajadas y aprovecho una recta mas larga de las precedentes para situarme en la tercera posición a escasos diez metros del segundo, en este momento me encuentro fuerte y creo que tengo posibilidades de pódium. Ello me hace arriesgar un poco en una de las bajadas, lo que se convierte en el segundo error del día ya que justo a la entrada de una curva de noventa grados hacia la derecha y al apoyar mi pie derecho, pego un resbalón que me hace tener que apoyar mi mano en el suelo, perdiendo algún segundito con los de cabeza. El percance no ha supuesto mucho tiempo y consigo mantener la tercera posición, ahora ya con mas cautela continúo por el quebrado recorrido para acceder a una larga recta que no me esperaba y en la que pongo la quinta marcha dando alcance y situándome al rebufo del segundo clasificado y casi llegando hasta el primero, un atleta del Club Clínicas Menorca, y del que no nos separan ni diez metros. Al final de la recta y tras otros cuantos giros comienzan una sucesión de curvas en zig-zag sobre hierba mojada en las que mi predecesor pone hierba y barro de por medio entre los dos y donde viene mi segunda visita al suelo, esta vez no se trata de poner simplemente la mano para no caer, sino que caigo literalmente encima del trazado y a punto estoy de pegar con la barbilla en el prado. Me levanto como un rayo y me enfado conmigo mismo, ahora me explico lo de los clavos y también el que aquél chaval corriese descalzo, casi es mejor que hacerlo con el calzado que he traído yo, bueno a decir verdad no contaba con otro. Al haberme distanciado en la larga recta de mi sucesor, consigo por segunda vez consecutiva mantener el puesto, pero ahora si, el que va en segunda posición se me ha escapado bastante, ya no conseguiré atraparle ya que a lo lejos veo el arco de meta, demasiado pronto me parece a mi, algo no me cuadra o falta recorrido o el circuito no tiene seis mil metros, pronto comprobaría que éste sería el tercer error del día.
Después de las curvas en zig-zag desembocamos en la corta recta que se supone que nos debe llevar a meta, pero aquí compruebo que no se trata tan solo de una vuelta al circuito como en todo momento creía, sino de dos, por lo que me resta patear nuevamente todo el tramo y esto sicológicamente se hace duro de asimilar, ya me parecía a mi que se me había hecho demasiado corto.
Pues nada, a seguir corriendo. Paso en tercer lugar en la primera de las vueltas y recibo los ánimos de Lourdes y de mis hijos que emocionados me cantan que voy tercero. En mi ánimo estar incrementar el ritmo para intentar llegar nuevamente hasta el segundo clasificado, pero supongo que en el ánimo de éste está también el hacerlo hasta el primero, y en el de éste último el de no dejarse atrapar, porque sea como fuere lo cierto es que las distancias se mantienen, e incluso cuando comienzan nuevamente las curvas y recurvas, la vueltas y revueltas, me da la sensación de que se incrementa.
En esa segunda vuelta me da la sensación de que mis pies se deslizan todavía mas que en la primera pasada, y lo cierto es que el circuito está mucho mas pisado ahora. En cada curva tomo muchas precauciones para mantener la estabilidad, tantas que enseguida se echa encima el cuarto clasificado, pero no me preocupa porque ahora se que hacia el final del tramo me espera una larga recta donde podré poner mi ritmo sin demasiados problemas, ahora solo se trata de tapar huecos e intentar no dejarle un sitio por donde se pueda colar. Tras un abanico de giros de todos los grados que pudiese recoger el mas completo de los transportadores, consigo mantener a raya a mi cazador y así llego a la esperada recta manteniendo la posición y aprovecho para incrementar el ritmo y separarme de él unos cuantos metros. El recorrido no me ha permitido estar con los dos primeros pero al menos intentaré acompañarles en el pódium y con esa idea voy cuando al final de la larga recta y al abordar nuevamente uno de los giros me doy la gran leche de la carrera, ésta por ser la tercera es la mas dura, ha sido al frenarme para abordar una curva hacia la derecha, venía de una pequeña bajada y se trata de una curva de ciento ochenta grados que da inicio a una subida. Al apoyar el pie derecho, literalmente éste se ha deslizado como si pisase hielo y me he dado un buen porrazo, suerte que encima de hierba, que ha hecho que incluso haya pasado por debajo de una de las cintas plásticas que delimitan el recorrido, he quedado tumbado encima de la hierba y he tardado algún segundo en levantarme y desde la posición de parado arrancar nuevamente en la subida. Esta vez la pérdida de tiempo si ha sido considerable y esto lo ha aprovechado mi sucesor para arrebatarme la tercera posición. Intento coger ritmo nuevamente pero ahora ya no hay rectas sino tan solo giros que desembocan en una sucesión de curvas en zig-zag donde lejos de recortar distancias éstas aumentan mas, y atento tengo que estar a mis pisadas porque por detrás se me acerca un grupo bastante numeroso que pudiera darme alcance. Tengo que negociar las curvas que quedan con mucha cautela y una vez ya en la recta de meta me lanzo en esprint que lo único que me permite es mantener la cuarta posición ya que es imposible llegar hasta el de delante.
Llego a meta algo chafado y en seguida me miro la pierna ya que me duele un poco, ya que aunque la caída ha sido sobre hierba, al haberme desplazado hacia fuera del recorrido he debido golpearme con alguna piedra a tenor de el rasguñó que tengo marcado. Bueno es lo que hay.
Enseguida me reúno con Lourdes y los niños, quienes están muy contentos por verme llegar cuarto, no obstante hace unos meses ni siquiera podía correr y esto hay que saber valorarlo, nos tomamos un caldo calientito que nos ofrecen desde la organización y sin mas nos marchamos a buscar un sitio para comer que lo tenemos merecido.
Al final ha resultado una bonita mañana deportiva de las que esperemos vengan muchas en un futuro. Los niños necesitan aire libre y correr, y que mejor manera que hacerlo rodeados de otros niños y compartiendo una misma ilusión.
Aunque no son mi fuerte, de alguna forma los crosses tienen algo que me llama la atención, así que muy posiblemente busque algún otro próximamente para continuar sufriendo, espero que un recorrido que me permita al menos mantenerme en pie y no tener que arrastrarme mucho por el suelo, reconozco que para este tipo de competiciones soy de lo mas torpe.
La organización ha estado fenomenal, cumpliendo con los horarios y muy atenta a niños y mayores, además se ha tratado de una carrera gratuita lo que se agradece en estos tiempos que corren. Ha habido gran afluencia de clubs y al final la lluvia no ha hecho acto de presencia, por lo que nos hemos vuelto con buen sabor de boca.
Salud para todos/as.
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5 comentarios:
Joder Alex en cada carrera te superas y de que forma...seguro que ha sido la cerveza,voy a empezar a tomar cerveza y eso que no me gusta,eso si,sin alcohol.Gran carrera llena de esfuerzo y superacion constante ante las adversidades que has encontrado casi a cada paso,no se si habrias ganado,solo se que el tercer puesto no te lo ha quitado el que quedo tercero te lo ha quitado el barro que ha insistido una y otra vez en agarrarte los pies y tirarte.
Un abrazo y sigue superandote que vas muy bien y eso me alegra,me alegra ver que ya vuelas porque es lo que te gusta y de momento quieres.Una gran cronica como siempre detallada y llena de emocion,da gusto leerte.
Killo he pegado unos cuantos pellejazos contigo para solidarizarme.A mi me encanta el Cross y como compito en pista el Mister dice que viene de fabula para fortalecer piernas aunque no llego a pillar a los de cabeza ni de coña jeje. Lo mejor, ver correr a los peques y pasar el dia en family-run
el niño de los porrazos corre que se las pela......ja,ja,ja.
quillo pero que fuiste hacer, ceria algun conejo ,almenos.
ERES UN MONSTRUO.
UN ABRAZO
Me alegro Alex que todo esté llendo por donde debe ... la marca de Canillejas no está mal eeehhh !!! ya te diste una alegría corriendo a ese ritmo.
Por cierto, han sacado el cartel de la carrera de mi club, si te apetece puedes verlo en mi blog ... anímate a correrla, hay buen ambiente y así nos vemos en persona ... y de paso me das una zurra jejejej
Salud compañero
RAFA: Gracias, efectivamente la cerveza tiene mucho que ver, es una gran fuente de vitaminas y ... otras cosas.
Un saludo.
IRISHDECAI: Gracias por su solidaridad, no hacía falta hombre, ja, ja...
Ya te leo en tu blog que estás en un buen momento de forma, aprovéchalo.
Un saludo.
MIGUEL:
No veas que liebres pillé, ja, ja.. madre mía, no había forma de estar de pie, está claro que los corsses no son lo mío.
Espero que estéis todos bien por ahí abajo.
Un abrazo
LA GACELA:
Ya me he pasado por tu blog y te he dejado un comentario. Y de zurra nada, que ya he leído tus tiempos y la cosa no está nada clara, ja, ja.
Un saludo.
PIRAÑA
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