Un año mas realizamos la inscripción con suficiente antelación para tomar parte en esta divertida prueba. Para quien no la conozca, se trata de un duathlón por parejas en el que hay que recorrer un total de veinticinco kilómetros, dando cinco vueltas a un circuito prácticamente llano, salvo una imperceptible y corta subida y algún pequeño tramo que pica hacia arriba, todo ello con buenos caminos para correr sin mayores dificultades.
La prueba discurre íntegra por las
inmediaciones de la plaza de toros de Torrejón de Ardoz, de ahí el pseudónimo
con el que todos conocemos a esta carrera “La Taurina”.
A las ocho y cuarto de la mañana
pasa a recogerme mi cuñado, quien ya viene con su bicicleta desmontada y
acoplada en el maletero del pequeño citroen C3 con el que hoy nos desplazaremos
hasta Torrejón. Por una autovía A2 despoblada de coches, llegamos en apenas
quince minutos al aparcamiento de la plaza de toros y visto que todavía es
pronto nos vamos en busca de una cafetería para tomarnos un buen desayuno. Lo
primero que encontramos es una churrería, pero ambos decidimos que preferimos
una tostada mejor que unos ricos churritos o porras, que pueden “repetirnos”
durante la carrera.
Después de diez minutos
callejeando por Torrejón y descubrir que las pocas cafeterías que hemos visto
están todavía cerradas, volvemos sobre nuestros pasos y no nos queda mas
remedio que entrar en la churrería si queremos desayunar algo. Afortunadamente
conseguimos que nos hagan una tostada con aceite y tomate, que compartimos
junto con algún churrito calentito y un par de cafés.
Una vez desayunados, nos vamos
hacia la plaza de toros, donde ya vamos coincidiendo con amigos de nuestro club
http://clubatletismovelilla.blogspot.com.es/
que empiezan a llegar también. Concretamente hoy nos hemos juntado diez
corredores del club, formando las siguientes parejas:
Representación del C.A. Velilla de San Antonio en la Combi de Torrejón |
Recogemos los dorsales e
introducimos la bici en el albero de la plaza de toros una vez pasado el
control de los jueces. La dejamos bien colocadita sobre una valla amarilla,
justo en el extremo opuesto de la puerta que da acceso al coso.
Todavía es pronto para quitarnos
la ropa de abrigo, y aunque la mañana ha amanecido con un sol radiante y sin
nubes, todavía a estas horas hace cierto fresquito. Durante un rato continuamos
conversando con los amigos del club, van llegando algunos mas y así se va
acercando la hora de la salida.
Una vez cambiados y puesto el
“traje de luces”, tras una breve charla técnica de la organización y unos
cientos de metros de calentamiento por los aledaños, llega la hora de empezar
la carrera. Nos situamos cerca del arco de salida, apenas un par de metros por
detrás de él y observamos como en las primeras líneas ya se posicionan atletas
con muy buena planta de corredores. Se pueden ver todo tipo de indumentarias,
abundan los trajes de triathlón, algunos de ellos bastante llamativos, y todos
con el denominador común, que es el verlos por duplicado, ya que cada una de
las parejas deportivas ha de ir equipada con la misma indumentaria para
facilitar la labor de los jueces.
Zona de salida, todavía quedan algunos minutos para el inicio |
Nos deseamos suerte y a las diez
y media en punto empieza la competición. La primera de las cinco vueltas de la
que consta la carrera debemos hacerla los dos componentes del equipo corriendo
según marca el reglamento, con ello se pretenden evitar caídas y aglomeraciones
que a buen seguro las habría si, con tantos atletas apelotonados estuviesen las
bicicletas por medio en los primeros compases de la prueba.
Los primeros corredores salen
disparados, en nuestro caso preferimos empezar mas conservadores con un ritmo
mas “diesel”, e ir cogiendo el pulso a la prueba poco a poco. Nuestra táctica
consiste en que mi compañero (y cuñado) marque el ritmo que mejor considere,
por lo que yo me limito a ir a su lado e incluso detrás de él para no “sacarle
de punto”.
Salida tranquila y de charleta... |
La salida es por asfalto y no
tiene ninguna complicación, salvo la multitud de corredores que nos envuelven
por todos lados, y consecuentemente la precaución que debemos tener para no
tropezar con la maraña de piernas que nos rodean. Enseguida negociamos un giro
de noventa grados a la izquierda para apenas cien metros después girar a la
derecha y empezar a correr sobre tierra. Por delante podemos ver como dos
compañeros y excelentes corredores ambos (Juan y Pedro) poco a poco se van
yendo hacia delante y nos van poniendo tierra de por medio. Giramos ciento
ochenta grados para enfilar una larga recta, paralela a las vías del tren, y
donde superamos el primer kilómetro de la carrera en un tiempo de tres minutos
cincuenta segundos. Mi compañero ve como miro el reloj y me dice que no quiere
saber nada de ritmos ni tiempos, así que el dato me lo guardo para mí, que no
es que me sirva de mucho ya que no volveré a consultar el crono en toda la
carrera.
Durante estos primeros minutos,
vamos codo con codo con otra de las parejas deportivas de nuestro club, la
formada por Angel y Jordi, otros dos grandes corredores que a muy buen ritmo no
se despegan ni un metro de nosotros.
Llegamos a una de las pocas zonas
técnicas del recorrido, y es el acceso con un par de escalones al túnel que
salva por debajo la carretera M-206. Al ir corriendo, y llevando algo de
cuidado, no supone ningún riesgo, pero es un punto a tener en cuenta cuando
pasemos con la bici, ya que los escalones podrían jugarnos una mala pasada si
no se abordan con la suficiente técnica y pericia.
El túnel nos deja a los pies de
un extenso campo, que tenemos que bordear por unos caminos con un firme
bastante aceptable. Así llegamos al segundo kilómetro y Alejandro continúa
marcando el ritmo, lo cierto es que está corriendo estupendamente, y aunque es
cierto que por delante nos preceden muchos corredores, tampoco son tantos los
que nos adelantan. Por mi parte intento animarle cuanto puedo, tampoco quiero
que se fuerce mas de lo que debe, aquí hemos venido a disfrutar del deporte, y
aunque siempre está la honrilla y el orgullo de hacerlo lo mejor posible, no se
nos puede olvidar que el objetivo principal es pasarlo bien y divertirnos.
Al ser la primera vuelta todavía
los corredores vamos bastante agrupados, y tras un par de giros a la izquierda
volvemos a tomar la dirección a la plaza de toros. Ahora el terreno pica un
pelín hacia arriba y entra un poco de aire de frente, pero apenas perceptible.
Pasamos el tercer kilómetro y continuamos a buen ritmo antes de negociar una
pequeña subida y un corto tramo cuesta arriba, justo antes de abordar el paso
por un segundo túnel que nos conduce a una gran explanada en la que se
encuentra instalado un pequeño circo. La explanada es completamente llana y de
asfalto, lo que facilita el correr, pero dura poco ya que enseguida hay que
superar una pequeña cuesta a los pies de un mirador, que solventamos sin ningún
inconveniente. Tras unos giros continuados, y habiendo recibido, justo en el
cuarto kilómetro, los ánimos de la mujer e hija de Pedro, salvamos por un
pintoresco puente de madera el pequeño estanque que se abre bajo nuestros pies.
Bajando la zona del mirador, seguimos de charleta.... |
Queda muy poco ya para completar
el primero de los cinco giros al circuito y le indico a Alejandro que regule,
que no se vacíe y guarde fuerzas, ya que según hemos pactado tendrá que
continuar una vuelta mas corriendo. El reglamento marca que la primera de las
vueltas deben hacerla los dos atletas corriendo, pero luego ya los relevos son
libres, quedando a decisión de los corredores la manera de completarlos. En
nuestro caso hemos acordado que Alejandro hará corriendo las vueltas uno, dos y
cuatro, y seré yo quien corra esta primera, la tercera y la quinta (y última).
Con ello conseguimos equilibrar toda la carrera puesto que cada uno correremos
en total quince kilómetros e iremos en bici otros diez, exactamente los mismos kilómetros.
Estamos corriendo muy cerca ya de
la plaza de toros y volvemos a pisar un suelo de asfalto totalmente llano que
permite levantar la mirada sin tener que preocuparnos de donde ponemos los
pies. Unos cientos metros mas y pisamos nuevamente la amarillenta tierra que
cubre el coso taurino, donde ahora ya toca coger la bici, ponerse el casco,
terminar de completar la “vuelta al ruedo” y salir nuevamente al exterior para
afrontar el segundo de los giros.
Transición en el coso taurino |
Siguiendo el plan previsto
comienzo a dar pedales, tomo un vaso de bebida isotónica y se lo paso a mi
compañero que encara el inicio de estos otros cinco mil metros manteniendo un
muy buen ritmo de carrera.
Por delante a nuestros compañeros
Juan y Pedro ya ni les vemos, van como galgos, y por detrás Ángel con Jordi
ahora tirando con fuerza nos van recortando metros. Pasamos el sexto kilómetro
y empiezo a notar como hay algo en el pedal derecho de la bicicleta que no va
bien, noto sensaciones raras en el pie, miro para abajo y me parece ver que una
parte del eje que rosca en la biela está fuera de su sitio, no es momento para
pararse así que intento no hacer mucha fuerza con la pierna derecha e ir
cargando mas el pedal izquierdo para evitar problemas.
Antes del séptimo kilómetro nos
pasa Jordi corriendo como una bala acompañado por Angel encima de la bici, le
indico a Alejandro que no intente seguirle, puesto que de hacerlo a buen seguro
le sacará de punto, pero mi cuñado es un corredor duro y todavía estaremos unos
cientos de metros tras la estela de ellos hasta que poco a poco se nos van
escapando. Constantemente voy dando
ánimos a mi compi, sé que va dándolo todo, y lo sé porque no habla, lo que es
muy raro en él ya que generalmente no calla ni debajo del agua. Tomo con calma
la bajada al túnel intentando no caer sobre el pedal derecho y sin mas
problemas afrontamos el siguiente tramo de carrera.
Damos la vuelta completa al campo
donde se disputa parte de la prueba, para volver a enfilar dirección a la
civilización. Sigo animando a Alejandro, sabedor que en poco menos de dos
kilómetros podrá tomarse un respiro ya que pasará a coger el relevo de la bici.
Constantemente le lanzo palabras de aliento, así como también le voy indicando
por donde creo que debe tomar mejor las curvas, y que recorrido puede ser el
ideal para evitar charcos y algunos pequeños tramos de barro y piedra.
De nuevo en la zona del circo me
adelanto apenas cuatro metros para no juntarnos en el inicio de la subida al
mirador y que podamos hacerlo ambos sin estorbarnos. Meto plato pequeño, piñón
grande y para arriba intentando hacer toda la fuerza con el pie izquierdo y no
tentar la suerte con el maltrecho pedal derecho que cada vez lo noto peor.
Recibimos los ánimos de la
familia de Pedro, de paso también alguna foto, y buscamos completar el último
kilómetro de esta segunda vuelta. Pasamos por el antes citado puente de madera,
un poco mas de camino de tierra y otra vez el asfalto de la zona anexa a la
zona de las transiciones. Cuando estamos a punto de llegar nuevamente a la
plaza de toros, me llevo la mejor sorpresa de la mañana, y es ver animándonos
tanto a mi mujer como a mis dos hijos, no esperaba para nada verlos aquí,
puesto que esta mañana los dejé durmiendo en casa y no me dijeron nada sobre
venir a la carrera, y como es lógico me llevo una tremenda alegría. Choco las
palmas de las manos con ellos y con un buen subidón de adrenalina hacemos el
siguiente relevo.
Antes de entrar en la plaza y
rebasar la línea de inicio de la transición, me bajo de la bici y empiezo a
correr al lado de Alejandro. Sin parar de correr para no perder ni un solo
segundo le paso la bici, me quito el casco, me pasa la bici, le paso el casco,
se pone el casco, le paso la bici, rematamos una nueva vuelta al ruedo
completa, salimos al exterior y cuando mi compi se sube a la bici volvemos a
recibir de nuevo los aplausos de mi mujer y mis hijos que me hacen salir
espoleado en los primeros metros de mi relevo en carrera.
Antes de los primeros mil metros
de esta vuelta ya he adelantado a unas cuantas parejas, entre ellas a Angel y
Jordi que no nos sacaban mucha distancia. Alejandro está ya advertido del
problema que tenemos con el pedal, por lo que también va a intentar mimarlo
todo lo que le sea posible. Pasamos el kilómetro once a buen ritmo, por delante
veo muchas parejas a las que estoy convencido que puedo alcanzar, así que
aprovecho toda esta larga recta que discurre pegada a las vías del tren para
acelerar el ritmo e ir rebasando competidores, de entre los que me llama la
atención la gran cantidad de ellos que han optado por participar con monos de
triathlón. Nuevo paso por debajo del primer túnel, y a su salida, tras remontar
un pequeño repecho, distingo a lo lejos las camisetas naranjas de mis otros
compañeros de club que van por delante. Yo sigo a lo mío, sin forzar demasiado
para no cargar mi maltrecha cadera, pero manteniendo un ritmo bastante vivo que
me permite seguir progresando constantemente.
Adelantando a bastantes corredores. (Foto robada por la que no voy a pagar los 7 € que piden por ella) |
Nueva rápida transición y salimos
escopetados para afrontar otra vuelta, la que para Alejandro será su última
corriendo. Me subo a la bici, recojo un vaso de bebida isotónica, que bebo de
un trago, y rápidamente compruebo que el pedal está en las últimas. Ya a simple
vista se ve que casi la totalidad del eje está fuera de su sitio y en cualquier
momento puede desprenderse, no se puede hacer ni un gramo de fuerza sobre él,
por lo que toca pedalear únicamente con la pierna izquierda y utilizar el perjudicado
pedal derecho simplemente para apoyar el pie.
Alejandro comienza su última
vuelta intentando buscar sensaciones, ya que no se hace fácil bajarse de la
bici y empezar a correr de nuevo. Echo un vistazo hacia atrás y compruebo como
empiezan a salir de la plaza de toros muchas de las últimas parejas a las que
hemos rebasado al final de la vuelta anterior, entre ellas Juan y Pedro.
Animo todo lo que puedo a mi
compi, quien poco a poco va incrementando su ritmo y a quien se le puede leer
en su rostro el esfuerzo que está haciendo para conseguir llevar una buena
cadencia de zancada. Irremediablemente, y como era de esperar, poco a poco
nuestros perseguidores nos van dando alcance y primero un par de parejas, entre
ellas Juan y Pedro, nos rebasan antes de la llegada al túnel. Al bajar los
escalones del acceso al pasadizo el pedal derecho parece decir basta, pero
afortunadamente todavía aguanta en su sitio.
Salimos de la oscura galería y se
hace de nuevo la luz, me giro para ver la distancia que sacamos al resto de
parejas y compruebo como los tenemos pegados a nuestro rebufo. En vista de ello
le digo a Alejandro que se haga a un lado y que van a empezar a pasarle por
todas partes, pero que no se desmoralice y que siga corriendo a su ritmo, sobre
todo que no se desfonde ya que todavía le quedan por delante mas de tres
kilómetros, él asiente con la cabeza.
Como cabía esperar, nos empiezan
a pasar unas cuantas parejas, pero Alejandro está hecho de una pasta especial,
sabe apretar los dientes y sufrir cuando hace falta, y ahora lo está
demostrando. Aunque bien es cierto que nos han adelantado bastantes atletas,
realmente tampoco consiguen abrir demasiado hueco con nosotros, y así seguimos
teniéndoles a la vista en cada uno de los giros del recorrido. Antes de llegar
al último de los relevos todavía nos rebasará alguna pareja de competidores
mas, aunque ya éstos no conseguirán clavarnos muchos metros de separación
debido a la proximidad de la plaza.
Entrando de nuevo en la plaza para el siguiente relevo |
En los primeros cien metros de mi
última vuelta corriendo, empiezo a notar como las dichosas molestias en mi
cadera derecha me envían algún pinchazo amenazante, por lo que inmediatamente
tomo la decisión de no incrementar mucho el ritmo para no tentar la suerte. Así
voy corriendo a un ritmo vivo pero no agónico, aunque lo suficientemente alto
como para ir dando alcance ya a algunos corredores. Alejandro, una vez
recuperado el resuello, no para de animarme, así da gusto. Nuevo paso por el
túnel y otra vez en el descampado, e igual que sucediera en mi relevo anterior
vuelvo a ver delante a mis compañeros de club a los que poco a poco voy
recortando distancia. Cuando llego hasta ellos nos cruzamos palabras de ánimo y
sigo avanzando espoleado por los ánimos de mi compi. Los kilómetros pasan
volando y cerca del que será el número veintitrés, hago un esfuerzo extra para
llegar hasta un pequeño grupito formado por tres o cuatro parejas y donde es
posible se estén jugando las medallas en categoría de veteranos, a tenor de la
edad que parecen tener los participantes. Una vez que consigo llegar hasta
ellos me mantengo en su estela durante una decena de metros, pero me encuentro
bien de fuerzas y decido tirar para adelante y antes de llegar al segundo de
los túneles ya les hemos dejado atrás.
Último paso por la zona del circo
y la subida al mirador, bordeamos éste por un estrecho camino y nos dirigimos
en busca del puente de madera que atravesamos en un periquete. Ya queda menos
de un kilómetro para la finalización de la carrera cuando en la zona asfaltada,
y jaleado por los ánimos de Alejandro, lanzamos un esprint para intentar llegar
hasta otra pareja que nos precede a una decena de metros.
Poco a poco nos vamos acercando a ellos y les vamos recortando distancia, hasta el punto de darles alcance justo antes del último giro que conduce a las entrañas de la plaza de toros, y con ello a la meta. Con un último esfuerzo pasamos por debajo del arco de meta donde nos llegan los aplausos de nuestros familiares que se encuentran apostados en las gradas.
Alejandro y yo nos abrazamos dándonos felicitaciones mutuas y tras recoger una bolsa del corredor un tanto famélica, en comparación con lo que nos tiene acostumbrados los organizadores de estas combis, nos encaminamos hacia las gradas en busca de nuestra familia.
Después de los esperados besos y abrazos de mujer e hijos, desde los escalones de la grada y disfrutando del solecito tan agradable que baña en coso taurino esperamos las progresivas llegadas del resto de miembros del club. Una vez que han entrado todos en meta abandonamos ya las gradas y en la clasificación compruebo que hemos quedado en el puesto primero de la categoría de corredores veteranos, por lo que nos toca esperar un poco para recoger los trofeos.
Empezando a lanzar el esprint final, y continuamos con el buen rollo... |
Poco a poco nos vamos acercando a ellos y les vamos recortando distancia, hasta el punto de darles alcance justo antes del último giro que conduce a las entrañas de la plaza de toros, y con ello a la meta. Con un último esfuerzo pasamos por debajo del arco de meta donde nos llegan los aplausos de nuestros familiares que se encuentran apostados en las gradas.
Por fin en meta, parte de la familia apostados a la entrada de la plaza. |
Alejandro y yo nos abrazamos dándonos felicitaciones mutuas y tras recoger una bolsa del corredor un tanto famélica, en comparación con lo que nos tiene acostumbrados los organizadores de estas combis, nos encaminamos hacia las gradas en busca de nuestra familia.
Triste bolsa del corredor, faltan chucherías que dieron buena cuenta los peques y el trofeo había que ganárselo.. |
Después de los esperados besos y abrazos de mujer e hijos, desde los escalones de la grada y disfrutando del solecito tan agradable que baña en coso taurino esperamos las progresivas llegadas del resto de miembros del club. Una vez que han entrado todos en meta abandonamos ya las gradas y en la clasificación compruebo que hemos quedado en el puesto primero de la categoría de corredores veteranos, por lo que nos toca esperar un poco para recoger los trofeos.
No tardarían mucho en organizar
el acto de entrega de premios, así que la espera no se hizo larga. De la mano
de Paco Rico recibimos los trofeos que nos acreditan como vencedores en
categoría veteranos de la Combi II –
Torrejón año 2014 (La Taurina), y con la
satisfacción de haber completado una mañana deportiva mas en compañía de amigos
y familiares, nos despedimos y dimos por concluida la edición de esta divertida
prueba.
Campeones Veteranos Combi II Torrejón 2014 |
Solo queda agradecer a la
organización el esfuerzo que hacen para que los participantes podamos disfrutar
de competiciones como ésta, y esperar que el cuerpo y las lesiones nos permitan
seguir tomando parte en ellas.
Clasificacion Veteranos |
Salud para tod@s.
PIRAÑA.
3 comentarios:
Aupa!!!!
Pues sí que parece divertido esto de las combis!!!
Lo que yo no sabía es que se corre a la par que se monta en bici!!!!
Enhorabuena por ese triunfo!!
Nacho: muy divertida, te lo aseguro.
Menos la primera vuelta, el resto uno va en bici y otro corriendo, y no puede haber una separación de mas de diez metros entre ambos.
Gracias por la enhorabuena.
Un saludo.
¿Y no puede ir uno todo el tiempo en bici y el otro corriendo? Yo me apuntaría a la bici, que me cansa menos... (ya me buscaría un compañero que corra como un galgo). =)
Publicar un comentario