lunes, 18 de febrero de 2008

Combi 2 Torrejón de Ardoz



Nos presentamos en Torrejón de Ardoz, a eso de las 09:30 h, no estamos todos los inscritos ya que por problemas “gastrointestinales”, nuestros amigos y compañeros Javi y David, quienes debían defender el dorsal nº 114, van a causar baja, una pena ya que lo pasamos genial con ellos.

Hemos quedado en la puerta de la plaza de toros con mi cuñado, mi hermana y mis sobrinos, y así a la hora establecida nos reunimos las dos familias. La mañana es muy fría y con las prisas me he dejado olvidados en casa los guantes que habitualmente uso con estas temperaturas. La estrategia para esta carrera es la de no forzar en absoluto, debido a que correremos el Maratón de Sevilla el próximo domingo y todo lo que forcemos hoy a buen seguro lo pagaremos dentro de una semana, así pues, estamos mentalizados de tomar la prueba como un entrenamiento más, y sobre todo disfrutar del magnífico ambiente que suele rodear a este tipo de eventos.

Recogemos los dorsales y descargamos la bici del coche, yo personalmente me estoy quedado literalmente helado, por lo que mi sobrino me presta sus pequeños guantes y su gorrito de lana. Los pequeños no han parado de correr desde que hemos llegado, van bien abrigados y no se aprecia que tengan frío en absoluto, no puedo decir lo mismo de mi mujer y mi hermana, que al permanecer quietas tienen unas caras de frío que dan ganas de darles un caldo calentito.

Pasamos por el control de los jueces con la bici y el casco, escuchamos la charla técnica habitual que precede a estas pruebas combinadas y nos situamos en la salida. Nuestras familias están a escasos metros del hinchable que marca la línea de partida y aprovechando que nos están inmortalizando con alguna fotografía, hacemos un poco el ganso antes de que suene el “bocinazo” que marca el inicio de la prueba.

La primera vuelta debemos hacerla corriendo los dos integrantes de la pareja, por lo que salimos como se suele decir “pisando huevos”, nos pasa gente por todos lados, pero no importa en absoluto, hoy no toca competir. Pasamos el primer kilómetro a un ritmo de cuatro minutos, y así uno tras otro hasta completar la primera vuelta, al aproximarnos a la plaza de toros comprobamos como hace algún tiempo ya que la cabeza de la prueba han efectuado su relevo, menudos máquinas. Ha llegado el momento de hacer el primer cambio, hemos decidido que sea yo quien complete la siguiente vuelta sobre la bici y así mi cuñado Alejandro continúa corriendo. La segunda vuelta transcurre tranquila y ambos vamos disfrutando del recorrido, que salvo en algún tramo puntual como la bajada a un corto túnel, o la pequeña subida a un mirador es en su conjunto totalmente llano. Así, después de la bajada del pequeño mirador, atravesamos un parque donde se observan los restos del botellón de la noche anterior y donde un grupito de jubilados hacen uso de unos aparatos gimnásticos que están por allí emplazados y que les hacen saltar como conejos, menuda vitalidad tienen los abueletes.

Llegamos otra vez al coso taurino y realizamos nuevamente el relevo de turno, ahora soy yo quien desgastará las zapatillas y Alejandro el que se tome un respiro encima de la “burra”. Me he quedado muy frío en la última vuelta en bici, por lo que comienzo a correr totalmente agarrotado y sin ritmo, así hago los dos primeros kilómetros de mi vuelta a trote cochinero para entrar en calor. Alejandro no para de hablar, es como si llevase una radio conmigo, la verdad es que con este hombre uno no se aburre en absoluto. Los últimos tres kilómetros de la vuelta los hago algo más rápido y así adelantamos a bastantes parejas, al rebasar a una de ellas que seguramente esté luchando por el podium de veteranos, el que va en bici le comenta a su compañero que no nos tenga en cuenta, que por nuestra fisonomía cree que todavía no hemos cumplido los cuarenta años, a lo que contesto socarronamente y echándole una media mentira que está equivocado, y digo media mentira porque en mi caso todavía no los he cumplido, no así mi cuñado que ya pasó de los cuarenta hace unos meses, no obstante todavía no luchamos por esa categoría, lo dejamos para el año que viene....

Al paso por el mirador, cámara en mano nos está esperando nuestra familia, y como no es cuestión de salir movidos en la foto pues nos paramos justo delante para salir bien guapos... click ....y a seguir corriendo.

Nueva llegada a la plaza y nuevo cambio en la pareja, comenzamos la cuarta vuelta con Alejandro como corredor y yo como ciclista, a la salida recogemos una botella de agua y un vasito de acuarios para reponer fuerzas, y de nuevo vemos a nuestras animadoras particulares, madre mía, están corriendo mas que nosotros, que vergüenza.....

En esta cuarta vuelta nos ha dado alcance la pareja que está luchando por la categoría de veteranos y les desvelamos la realidad de nuestra categoría, nos comentan que se han dado un buén sofocón tratando de darnos alcance y los cuatro nos echamos unas risas..
Ahora ya mas relajados completamos la vuelta los cuatro juntos, los dos que van corriendo lo hacen codo con codo como dos buenos amigos que se conociesen de toda la vida y los dos que vamos en bici lo hacemos sin parar de charlar animadamente.

A la entrada del ruedo nos espera nuevamente la familia y nos trasmiten sus ánimos, realizamos el que será último relevo y comenzamos los primeros metros de la quinta y última vuelta arropados por los aplausos de nuestras esposas e hijos. Ahora soy yo el que defiende el ritmo y me propongo realizar la última vuelta algo más rápida, así lo hago y no paro de adelantar a gente durante los cinco últimos kilómetros, llegando finalmente a la meta en el puesto número once y parando el crono en una hora y treinta y cinco minutos. Estamos muy contentos con la carrera realizada, hemos disfrutado como niños de cada uno de sus metros y de paso nos ha servido como entrenamiento.

Recogemos una buena bolsa de corredor que incluye unos guantes de color naranja que me hubiesen venido de perlas a primera hora de la mañana. Nos cambiamos en los coches, guardamos la bici, nos despedimos de algunos amigos que por allí circulan y sin mas nos vamos a tomar unas cañas al Parque Corredor, donde también aprovecharemos posteriormente para comer.

Ha sido una mañana deportiva más, sin ninguna otra pretensión que el pasarlo bien acompañados de nuestras familias y así a sido. Lo hemos pasado fenomenal y ahora la siguiente prueba ya será de las que se escriben con mayúsculas, el domingo próximo si todo va bien a las nueve de la mañana tomaremos la salida del MARATÓN de Sevilla, el entrenamiento ya está hecho, ahora solo queda que el tiempo acompañe.

Salud.

2 comentarios:

Landes dijo...

Al final no nos vimos en Torrejón (anda que si llegamos a vernos sin conocernos... je je)pero fue una carrera fantástica.

Un saludo.

Alex dijo...

Si que lo fué, ya habrá tiempo de conocernos, ambos estoy seguro, pensamos estar en este mundillo durante muuuuuuuchos años.

Un abrazo campeón.
Alex.