lunes, 30 de marzo de 2009

MEDIA MARATON COSLADA 2009


Voy a empezar la crónica de esta carrera retrocediendo hasta la noche antes de la misma, donde, a diferencia de lo que hasta ahora solía acostumbrar, dediqué bastantes minutos a estirar bien la cadera, músculos isquiotibiales y aductores. Los últimos meses repletos de lesiones me han hecho plantearme muy seriamente el tema de los estiramientos y de ejercicios de cadera, y así mi intención es la de realizar unas tablas específicas de estas actuaciones al menos una vez cada dos días. Una vez completada la gimnasia para la zona pélvica y los estiramientos musculares, me marché a dormir con los nervios previos a cualquier competición, pero esta vez por motivos totalmente distintos a los de otras citas, ahora los nervios están motivados por la incertidumbre ante la posibilidad de no poder terminar de completar los veintiún kilómetros de carrera, no en vano, llevo sin recorrer esa distancia en competición desde la media maratón de Madrid, allá por el mes de abril del año pasado.

Con el cambio de hora, me levanto por la mañana con la sensación de haber descansado mas bien poco, y no parece muy lógico que un corredor que “se supone experimentado” y curtido en este tipo de desafíos esté inquieto ante una de estas citas, pero lo cierto es que en esta ocasión me resultaba difícil controlar los nervios. Así me dispongo a desayunar alterando otro de mis “rituales” habituales, al cambiar los alimentos que suelo ingerir antes de cualquier competición. Por lo general, y en muchos años de vida deportiva, la ingesta del desayuno venía compuesta por un buen tazón de leche con cacao y miel, acompañado de algunas galletas, pero últimamente vengo padeciendo de fuertes retortijones en la barriga, que en mas de una ocasión, en los últimos entrenamientos, me han echo hacer alguna parada técnica en alguna cuneta. Es por ello por lo que hoy he cambiado radicalmente la forma de desayunar y he optado por un yogur mezclado con bastantes cereales y frutos secos, ya veremos cual es el resultado que obtengo y si se va a reflejar en una buena idea o no.

Antes de pasar a recoger a mi cuñado, acompaño a mi mujer a nuestro nuevo domicilio, donde por cierto me espera una buena tarde de mudanza, y descargo allí algunos bártulos de los muchos que me quedan por llevar, por lo que ya empiezo a estar activo a estas tempranas horas de la mañana.

A eso de las nueve de la mañana recojo a Alejandro y nos vamos para Coslada donde llegamos en apenas diez minutos, aparcamos el coche y comprobamos que la mañana es bastante mas fría de lo que esperábamos. En el polideportivo “La Vía” nos encontramos con nuestros compañeros de entrenamientos en Velilla de San Antonio y junto a ellos recogemos los dorsales y chips. Una vez realizados los trámites oportunos, de habernos saludado y haber soltado algún “chascarrillo” que nos hace sonreír a todos, volvemos a los coches para despojarnos de toda la ropa sobrante que nos acompaña y quedarnos únicamente con los atuendos de competición. Ahora si que hace frío de verdad y cuando faltan apenas quince minutos para el comienzo de la prueba empezamos a calentar por las inmediaciones de la salida.

A escasos cinco minutos de las diez en punto de la mañana, nos situamos en medio de una gran masa de corredores esperando a la señal que nos indique el inicio de la media maratón, debemos estar mas o menos por la mitad del pelotón, por lo que estamos bien resguardados del viento que nos amenaza en esta gélida mañana. Estamos charlando animadamente entre nosotros y gastándonos todo tipo de bromas cuando nos sorprende una detonación que nos pone a todos en movimiento, a dado comienzo la carrera.

Primeros metros de la prueba y voy rodeado por todos lados de corredores, delante, detrás y a ambos lados, no queda ni un solo hueco libre a mi alrededor por lo que debo ir muy atento para ver donde pongo los pies. Pasamos el puente, por encima de la vía del tren, que nos conduce a una glorieta donde esta vez, y a diferencia de años anteriores al haber cambiado el recorrido, giramos ciento ochenta grados a la izquierda. Pasamos el primer kilómetro en un tiempo de tres minutos y cincuenta segundos, un tiempo realmente lento pero que a mi en estos momentos se me hace complicado de mantener. Según avanza la carrera se empiezan a formar grupitos de corredores por lo que es mas fácil encontrar huecos donde correr, adelanto a Carlos y Elsa un par de corredores amigos míos y sigo progresando lentamente. Según voy calentando voy encontrando sensaciones que me hacen no ser muy pesimista en cuanto a mi estado real de forma, por lo que voy metido en alguno de estos grupos intentando mantener sus ritmos. La carrera, en cuanto a su perfil y recorrido, realmente no puede considerarse nada fácil, pues es un continuo discurrir de subidas y bajadas, así como pocas zonas llanas donde la dificultad es el viento reinante.

Seguimos completando kilómetros y subiendo cuestas, y así nos plantamos en el décimo kilómetro donde compruebo que mi crono marca unos discretos treinta y siete minutos y pico, y eso que todavía no ha empezado lo duro de verdad. Echo un trago de agua en el punto de avituallamiento y le pego un par de mordiscos a un trozo de naranja que me ofrece uno de los voluntarios que en él se encuentra. Abandonamos la zona conocida como “Las Conejeras” y comenzamos a subir un par de cuestas bastante duras por la zona de “El Esparragal”. Al final de las cuestas y en la zona conocida como "La Colina" recibo los ánimos de mi Tío Juan, así como de Marta y la pequeña Sara que con su carita de asombro observa la serpiente multicolor que pasa ante sus ojos. A partir de aquí y después de un pequeño llanito comienza una pronunciada bajada, con bastante pendiente sobre todo en su inicio. El grupo en el que voy metido desde hace unos cuantos kilómetros empieza a dispersarse, tanto por su parte delantera donde se escapan un par de corredores, como por la zona trasera donde se quedan descolgados otros tantos. Así me veo únicamente acompañado por un par de atletas de la “Unión Atlética Coslada”, otro de la “Club Majadahonda” y uno mas del “Parque Cataluña Torrejón”, juntos iremos ya hasta la fase final de la competición.

Al inicio de la segunda vuelta, ésta mas corta que la primera en unos siete kilómetros, nos hemos ido hacia adelante el chaval del Torrejón y yo. El aire sopla con fuerza y hay pocos sitios donde poder resguardarse por lo que los ritmos van decayendo con cada racha de viento. Vamos adelantando a algún corredor al que se le atragantan los últimos kilómetros de esta media y, a relevos, nos plantamos sobre el kilómetro diecinueve. Continuamos los dos solos hasta el kilómetro veinte, donde como una auténtica exhalación nos adelanta el atleta del club Majadahonda, que con un pañuelo tipo pirata en la cabeza pareciera faltarle únicamente un cuchillo entre los dientes para poder afirmar que se dirigiese hacia alguna encarnizada batalla. Sea como fuere, y a falta de poco mas de un kilómetro para terminar, intento seguirle, y por suerte para mí, en unos cien metros afloja un poco el ritmo. Ahora el chaval del Torrejón se ha descolgado y yo intento seguir con mucho sufrimiento a la estela del “pirata” de Majadahonda, he de reconocer que si no llega a aflojar un poco su ritmo no hubiese podido seguirle.

Subimos nuevamente, esta vez en la otra dirección, el puente sobre las vías del tren, y es en este punto donde nos da alcance uno de los corredores del Coslada, nos pega una buena pasadita que nos hace cambiar nuevamente sobre el ya cambiado ritmo que traíamos. Desde la bajada del puente hasta la misma línea de llegada la carrera se convierte en un sprint a tres bandas del que en los primeros cien metros queda descolgado el de Majadahonda, en los siguientes cien metros se me escapa el atleta del Coslada y cuando, tras girar a la izquierda, vemos ante nuestros ojos el arco de meta, echo el resto para sobrepasarle sobre la misma línea de llegada parando el crono en 1:18:22. He llegado fundido, pero estoy muy contento por haber podido completar todo el recorrido, ya que a priori no las tenía todas conmigo de poder hacerlo. La marca está muy lejos de mis mejores tiempos, pero para haber estado mas de dos meses parado me hace ser optimista. Era una prueba de toque para tomar la decisión final de correr o no MAPOMA, y creo que me voy a plantar en la línea de salida y a ver que pasa.

Al final el cambio de desayuno ha sido un acierto, no he sufrido los temibles retortijones de barriga y conseguido acabar entre los 30 primeros por lo que tengo premio en dinerito contante y sonante, una copa, una sudadera, gorra, otra camiseta, y algún regalito mas con el que nos ha obsequiado la magnífica organización. Ha sido una mañana dura para correr pero que me ha dejado un buen sabor de boca y el cuerpo molido, espero poder recuperarme esta semana para tomar parte el próximo domingo en la media maratón de Madrid.

(Por la tarde todavía me esperaría cargar con camas, sofás, mesas, etc.. en la mudanza a mi nuevo domicilio)... hoy estoy echo polvo pero contento.

Salud.

lunes, 23 de marzo de 2009

CON PRECAUCIÓN...


Dicho con toda la precaución del mundo y adoptando todo tipo de reservas, creo que puedo decir que vuelvo a estar en el buen camino, aunque no puedo afirmarlo con toda la certeza que me gustaría fuese necesaria. Llevo concretamente tres días seguidos de entrenamiento, y este es un hecho que no sucedía desde principios del mes de Enero.

Concretamente ayer domingo estuve rodando a ritmos de cinco minutos y medio durante mas de noventa minutos y aunque terminé con muchas molestias en la zona pélvica, la verdad es que de respiración acabé decentemente. Los dolores pélvicos, aunque me preocupan, la verdad es que no me quitan el sueño, puesto que ya se que tengo una osteopatía dinámica de pubis que es crónica y me va a acompañar durante toda la vida, unas veces me duele mas y otras menos, pero tengo que aprender a vivir con ella. A ver como paso esta semanita y el domingo me probaré sin forzar demasiado en la media maratón de Coslada donde ya estoy apuntado.

La lesión principal y por que la que he estado tanto tiempo parado, parece que en principio me deja corretear, por lo que, a ratos, me voy quitando la ansiedad que durante mas de dos meses he sentido por no poder hacerlo. Si bien es cierto que estoy a años luz de la forma física y de los ritmos a lo que solía estar acostumbrado, no es menos cierto que, por ahora, me doy con un canto en los dientes por el mero hecho de poder volver a trotar nuevamente, compartiendo algunos entrenamientos suaves con mis amiguetes, ya echaba yo de menos esas conversaciones y risas dominicales con mis compañeros de afición.

Parece mentira lo poco que tarda el cuerpo humano en olvidarse de la preparación física a la que a estado sometido durante periodos largos de tiempo, pues le bastan apenas unas pocas semanas para tornarse perezoso y parsimonioso. En este momento estoy en ese punto de inflexión en el que cualquier esfuerzo extraordinario me supone un castigo en forma de agujetas, como así me pasa en este momento, ya que los kilómetros de ayer me están pasando factura. Aunque extrañamente y no sé muy bien por qué motivo, estoy contento de sentir esos molestos pinchazos en las piernas, ¿quizás porque son el preludio de una pronta recuperación?. Ojalá y así sea, de momento a recuperar y a intentar terminar la media maratón de Coslada.

Salud

jueves, 12 de marzo de 2009

POQUITO A POQUITO VUELVO AL CAMINITO


Estoy muy contento porque haciéndole caso al médico, estoy volviendo poco a poco a tomar contacto nuevamente con este mundillo del correr. Así, después de mas de dos meses de inactividad deportiva, he vuelto a calzarme las olvidadas zapatillas de entrenamiento y con mucha prudencia y precaución he conseguido dar algunas zancadas que para mi han sido maravillosas, aunque en vez de correr lo que realmente he hecho ha sido arrastrarme como un caracol, pero no me importa, he vuelto a sentir la emoción de patear la tierra.

De momento han sido solo algunos minutillos, que se me han echo horas, sobre césped y superficie plana. ¿Las impresiones?, pues un poco de todo. Por un lado la pierna izquierda, que era la que me tenía parado, no me ha dado mucha guerra, pero por otra parte sigo con muchas molestias en la zona del pubis. Desde la primera zancada noto pinchazos en la zona inguinal y no puedo decir que pueda correr a gusto. Estas molestias me han acompañado durante el poco tiempo que he estado trotando, y se han acentuado bastante una vez me he enfriado. Como remedio he estado estirando durante mas de media hora toda la zona de la cadera, aunque solo he conseguido mitigar en parte esas molestias, supongo que será cuestión de seguir estirando y de darle tiempo, por si acaso no pienso forzar en absoluto mi recuperación.

Espero poder tener la inteligencia suficiente como para no dejarme llevar por las ganas de volver a estar nuevamente en las marcas conseguidas en el pasado, tener el conocimiento necesario para saber donde está mi lugar en este momento y cuando llegue el día de poder comenzar de nuevo a entrenar con mis amigos, estar preparado mentalmente para asimilar mi nulo estado de forma.

A la vista de que todavía quedan mas de quince días para la media maratón de Coslada, y con la esperanza de ir progresando poco a poco hasta entonces, ya me he marcado como objetivo estar en la línea de salida de esta prueba, como es lógico, con la única pretensión de terminarla.

A ver si poco a poco va germinando la recuperación y consigo avanzar en mi estado de forma. Desde aquí deseo a todos los que en estos momentos estáis en el dique seco una pronta recuperación, en especial a ti Dragón, a ver si hay suerte y sales ya mismo del pozo.

Salud.

martes, 10 de marzo de 2009

HOY VOLVERÉ A INTENTAR CORRER DE NUEVO




Hoy voy a ser optimista y a pensar que todo va a ir bien, espero tener un poco de esa buena suerte que me lleva esquivando desde las Navidades pasadas. Ayer estuve en la consulta de un buen médico deportivo y su consejo ha sido que empiece a trotar muy suavecito en días alternos por superficies blandas y en torno a unos quince o veinte minutos. Aunque en principio pueda parecer una muy buena noticia, yo en el fondo estoy un poco receloso ya que noto que mi pierna izquierda en cualquier momento puede fallarme, posiblemente no sean nada mas que sensaciones mías, pero nadie mejor que uno mismo para saber realmente como se encuentra.

En resumen, y después de una exploración con multitud de movimientos de la pierna, tobillo, y pelvis, su impresión es que mi problema seguramente tenga la raíz en la inserción de los músculos isquiotibiales a nivel de la cadera, esto me está provocando un problema en toda la cadena muscular de mi pierna izquierda y se refleja en el músculo peroneo-largo, o algo así, parece que el lo ha visto bastante claro. A parte de unos ejercicios específicos para estiramiento de cadera y de otros para fortalecer tobillo, me ha vendado la pierna para sujetar el músculo, y cree, que en principio no hay inconveniente para empezar a correr de nuevo, eso sí, siempre con la precaución y con la cabeza suficiente como pararme inmediatamente si noto que algo no va bien.

Así pues, hoy mismo voy a salir a mi querido y olvidado Parque Juan Carlos I de Madrid y me buscaré una buena zona de césped, de las muchas que visten este precioso parque, para empezar a trotar muy, muy suaveciiiiiiiiiito a ver que sensaciones noto. Desde luego el día es perfecto para hacer un poco de deporte, brilla un sol estupendo, los árboles empiezan a cubrirse de flor y todo parece apuntar a que va a ir todo bien, confío en ello.

Uno de los muchos miedos que tengo en este momento es que no sé como va a responder mi cuerpo después de tanto tiempo parado, sobre todo por los kilos de mas acumulados, que aunque he tenido la precaución de no pasarme con la alimentación, bien es cierto que por muchos esfuerzos que se hagan, casi siempre, de una manera u otra la inactividad termina pasando factura. Las personas que dedicamos parte de nuestro tiempo a realizar algún deporte tenemos a nuestro organismo acostumbrado a “quemar” todo lo que metemos para el cuerpo. El problema viene cuando por algún motivo paramos esa actividad deportiva, ya que, parece ser, y sobre todo las primeras semanas de inactividad, que nuestro organismo no se entera de ello y nos sigue demandando mas alimento del que realmente necesita. Es en ese momento donde debemos controlar nuestros impulsos alimenticios, porque supongo que a muchos os habrá pasado, igual que a mí, que de vez en cuando nos entran unas ganas irrefrenables de comer dulce. En esos momentos en los que el cuerpo me pide “dulce, dulce, y dulce”, soy capaz, por ejemplo, de acabar yo solito con un bote de nocilla acompañado de un par de tabletas de chocolote y algunas galletas con miel.

Afortunadamente creo que he conseguido mantener, mas o menos controlado el peso, salvo algún inevitable kilito de más, por lo que espero que la vuelta al “running” no se me haga tan cuesta arriba.
Ya os iré contando.

Salud para todos


PIRAÑA