miércoles, 3 de octubre de 2012

CARRERA LUZAGA 2012

Esta crónica va con mucho retraso, ya que se celebró el pasado, y bien pasado, 18 de Agosto, pero es que últimamente me cuesta bastante ponerme a escribir, me da mucha pereza, por no mencionar que prácticamente no me queda tiempo libre para hacerlo, así que… mas vale tarde que nunca.



La carrera de Luzaga (www.luzaga.com ) en su décima edición se celebró, como ya he mencionado antes, el pasado 18 de Agosto, en una tarde veraniega y con un sofocante calor estival. Llegué a este bonito pueblo de Guadalajara acompañado una vez mas de mi mujer Lourdes y mis dos hijos, así como también de mi madre, mi hermana, mis sobrinos y mi cuñado, quien también participaría en la prueba. En esta ocasión también quisieron estar dándonos ánimos mis primos Rubén y Miriam con sus correspondientes parejas. Por todo ello, y sumado a la buena acogida por parte de la gente del pueblo así como también al resto de familiares y amigos de los demás corredores, el ambiente en el pueblo era increíble, mucha animación y muchas ganas de pasarlo bien, como así ha sido siempre y como así sería una vez mas.

Llegamos a Luzaga con tiempo suficiente para realizar las inscripciones, gratuitas como es tradición, recoger el dorsal ( El 85 en mi caso) y calentar un poco por sus calles. Junto a mi cuñado Alejandro trotamos algunos cientos de metros recorriendo los primeros tramos de la competición y comprobamos como en un balcón, situado en la misma Plaza Mayor donde se efectuará la salida, están colgadas todas y cada una de las distintas camisetas con las que la organización nos ha ido obsequiando a los corredores durante todos los años que se lleva celebrando la carrera, me pareció un detalle muy original y divertido. Comentamos entre mi cuñado y yo las que tenemos, que son las mas, y las que no, que son las menos.

 También nos llama bastante la atención la presencia, un año mas, de un vehículo-ambulancia, de los tiempos en los que Alfredo Landa tenía pelo y que lleva al volante a un enfermero totalmente vestido de verde y con un fonendoscopio un tanto “peculiar”, lo cierto es que no le falta detalle, y así entre calentamiento y conversación se va acercando la hora de la salida.

Antes de nuestra carrera de diez kilómetros se celebraron las pruebas de categorías femenina absoluta y juveniles donde pudimos ver correr a los chicos y las chicas, con algún pequeño fallo organizativo en categoría juvenil masculina que obligó a realizar dos salidas distintas, este fallo es la excepción que confirma la regla, de todos es conocido que todo buen escribano alguna vez realiza un borrón.

Una vez terminadas las pruebas que precedían a nuestra carrera tomamos posiciones para poco a poco ir formando el numeroso grupo de corredores que tomaremos la salida prevista para las 18:45 h.. Nos vamos juntando cada vez mas atletas y a mí particularmente hay algo que me está resultando extraño, me paro un poco a pensar y en seguida me doy cuenta de lo que se trata, es la voz del speaker que nos llega a través de los altavoces, no es la misma voz de siempre, me refiero a la voz de Adolfo, el “alma mater” de esta carrera (mas conocido como Fito), a quien siempre recuerdo detrás del micro, no es su voz, efectivamente al girarme y escudriñar un poco entre los atletas que están detrás de mi, puedo verle encajado en mitad del gran grupo, supongo que al ser la décima edición de la carrera no ha querido perdérsela y ha preferido esta vez, delegar su puesto de speaker en otra persona y así poder tomar parte activa y disfrutar desde dentro la competición.



Justo delante de nosotros el conductor-enfermero de la ambulancia, a golpe de petardo, da la señal que indica el comienzo de la carrera, desde el primer metro ya toman la iniciativa un par de jovencísimos corredores, de rasgos africanos, que salen disparados como auténticas balas, tras de ellos el incombustible, y ganador en varias ocasiones de esta carrera, Juan José Cruz, un fantástico corredor y a quien intento seguir en estos primeros metros.






Empezamos a callejear por las entrañas de Luzaga, pateándonos la calle Real y comprobando un año mas las cuestas que la conforman. Unos pocos cientos de metros después pasamos nuevamente por la Plaza Mayor donde situado en el cuarto puesto recibo los ánimos directos de todos mis familiares, así da gusto correr.




Seguimos todavía algún tramo mas por dentro del pueblo para enseguida abandonarlo por una pequeña rampa que muere en lo que es el comienzo de un largo camino de tierra.


Como viene siendo habitual desde hace ya algún tiempo, sigo practicando el correr por sensaciones, quiero decir con esto que me olvido de marcas y tiempos de paso al correr sin reloj, por lo que no sabría decir a cuanto pasamos el primer kilómetro, pero la sensación que tuve es que fue rápido, aun así, ya los dos jóvenes corredores que ocupaban la primera y segunda plaza se habían escapado descaradamente, y tras de ellos Juan Cruz, lo iba haciendo igualmente. Yo ocupo el cuarto lugar, y tras de mí, tengo a un grupito de unos tres o cuatro atletas pisándome literalmente los talones, y cuando digo literalmente es literalmente, ya que a punto están de sacarme la zapatilla en un par de ocasiones en las que me pisan por detrás. Como no quiero que me tiren al suelo, y visto que ninguno de los que me persiguen tienen intención de pasar adelante y darme algún relevo, decido incrementar un poco el ritmo y despegarme un poco de ellos. Enseguida el grupito que me perseguía se ha visto mermado con el incremento del ritmo, y ahora solo me siguen un par de muy buenos corredores como son Fco. Javier Barril (ganador en alguna de las primeras ediciones de esta misma carrera) y Jose M. Berrinches, a quien conozco por ser un asiduo participante de la carrera que se organiza en Sacecorbo, pueblo donde suelo veranear algunos días a finales de Agosto. Dos buenos corredores, de esos peleones, correosos y que nunca se dan por vencidos, por lo que una vez conformado este trío bajo ya un poco el ritmo para tomar un poco de aire, consciente de que a éstos dos me va a ser muy difícil despegar, así que me auto-impongo una velocidad de crucero para ir sumando kilómetros sabedor de que a los de delante es imposible recortarles y con la única ambición de que no nos den caza los de detrás.

Seguimos corriendo por un camino de tierra, a veces quebrado, a veces pedregoso, y otras con bastante pastizal. Poco después del segundo kilómetro se descuelga Jose Manuel, así que en compañía de Fco. Javier sigo corriendo a un ritmo vivo pero no agónico. Superado el kilómetro tres nos acercamos nuevamente a Luzaga, y una vez abandonado el camino de tierra entramos nuevamente en el pueblo por la calle de la carrera, (no me refiero de esta carrera, es que el nombre la calle es ése, curioso ¿verdad?). Cruzamos una vez mas por su Plaza Mayor, donde somos animados nuevamente y donde doy un sorbo de agua a un vaso que me ofrece la organización, ....


y abandonamos el pueblo por la calle del Río enfilando la carretera de Cortes de Tajuña.





Antes de cruzar el puente del Río, una mujer está manguera en mano refrescando a quien se lo pide y así con la distracción de esta “bombero” improvisada nos plantamos en el cuarto kilómetro. Aquí la panorámica se abre delante de nosotros, con campos de labor en los extremos, la vista alcanza bastante lejos por lo que podemos comprobar con exactitud las distancias que nos separan a unos de otros. Desde luego los dos primeros corredores  van muy destacados del tercero, con un buen espacio de por medio,

 luego entre el tercero y nosotros dos la distancia ya es menor, aunque se nos antoja ya insalvable igualmente.

La carretera de Cortes está salpicada de cambios de rasante por lo que vamos superando pequeños falsos llanos y continuas subidas y bajadas. Hace algunos cientos de metros que Fco. Javier a empezado a darme relevos y mantenemos un buen ritmo de carrera, por detrás nadie nos incomoda por lo que todo apunta a que las posiciones, mas o menos, van ya definiéndose.

Pasamos el quinto kilómetro y nos acercamos en suave bajada hacia el sexto donde recibimos agua como avituallamiento y giramos noventa grados a la izquierda para abandonar la carretera y tomar un camino de tierra paralelo al río Tajuña que discurre por toda su rivera, lo que le hace incómodo y pedregoso en alguno de sus tramos y por lo que debo ir con cuidado de mirar bien donde pongo los pies. Seguimos los dos a buen ritmo, a veces voy delante, a veces va él y las menos vamos los dos en paralelo.

Completado el tramo de camino ribereño de Albalate y pasado el séptimo kilómetro por este precioso tramo, desembocamos nuevamente en la misma carretera de Cortes de Tajuña, esta vez de vuelta nuevamente hacia Luzaga. Ahora nos vamos cruzando con todo el resto de corredores que en sentido contrario van completando los tramos que nosotros ya hemos realizado. Así, al poco, me cruzo con mi cuñado que lleva una muy buena cara y se le ve que está disfrutando a tope de la competición, nos animamos mutuamente y seguimos pegando zancadas.


Poco después me cruzo con la ambulancia que va cerrando la carrera y que llevan montada una auténtica fiesta, eso sí que es pasárselo bien.

Ahora, notando ya la cercanía de la meta, tanto Fco. Javier como yo vamos dando pequeños acelerones, tanteándonos mutuamente y buscando algún momento de debilidad para descolgar al rival, ambos luchamos por la cuarta plaza y están en juego algunos eurillos, que aunque no son muchos, dan para invitar a unos botellines a la familia, en caso de conseguirlos.

Pasamos el kilómetro ocho en dura pugna y nos acercamos al noveno, se nota que ambos vamos forzados, a parte de que el ritmo se ha vuelto mucho mas vivo, hay un detalle que hace inconfundible el esfuerzo, y no es otro que la respiración. Los dos vamos resoplando, a veces incrementa él el ritmo y otras me pongo en cabeza y acelero yo. En éstas estamos cuando completamos el noveno kilómetro y afrontamos el décimo y último. Ahora ya toca darlo todo y no reservar ni un gramo de fuerza, estos últimos mil metros se van a hacer duros ya que Fco. Javier está plantando cara y batallando como un jabato, por mi parte voy dándolo todo y desgraciadamente para mí veo que no soy capaz de despegarme de él. Cuando estamos a punto de entrar nuevamente en Luzaga y una vez pasado el puente sobre el río decido probar una vez mas y doy un último cambio de ritmo, no es un cambio seco, sino que progresivamente voy aumentando aún mas el ritmo frenético que de por sí ya traemos. Afortunadamente compruebo que a mi compañero de carrera y rival en este punto no le quedan ya mas cambios y metro a metro voy distanciándome de él para entrar por última vez en la Plaza Mayor de Luzaga, donde la animación es admirable.

Allí recibo los aplausos de toda mi familia y resto del público y acompañado de mi hijo mayor paso por línea de meta en cuarto lugar de la general, siendo el segundo en la clasificación de Veteranos.


 El tiempo, aunque para mí no tiene ya tanta importancia como hace unos años, ha sido de treinta y cinco minutos y cuarenta y ocho segundos, que no está nada mal teniendo en cuenta el perfil de la prueba y sobre todo el firme por el que discurre, a veces caminos, a veces asfalto, a veces campo.

Acabo muy contento con mi carrera, y tras esperar la llegada de Fco. Javier y felicitarnos ambos, me voy al encuentro de toda mi familia para esperar la llegada de mi cuñado, que lo hace poco después, llegando mas fresco que una lechuga.





Al término de la carrera, y sin mas demora, la organización realizó la entrega de trofeos, donde recogí el que me correspondía como segundo clasificado en categoría de veteranos y el sobre con el dinerito por haber quedado cuarto en la general.


Unas cuantas fotitos de rigor, unos botellines y nos volvimos para casa con la satisfacción de haber participado un año mas en esta carrera tan entrañable y que los organizadores organizan con tanto cariño, a quienes no queda mas que darles las gracias por tanto esfuerzo desinteresado que le dedican, y todo para que los corredores que a ella acudimos nos sintamos como en casa, y a buen seguro que lo consiguen. Enhorabuena una año mas y nos vemos en 2013.



Gracias a la organización, por su esfuerzo, dedicación y atención a los atletas y por conseguir que Luzaga tenga un carrera POPULAR de verdad.



Gracias Lourdes por estar siempre ahí, sin ti ya sabes que no sería posible.



Salud para todos/as.