martes, 24 de enero de 2012

I DUATHLON PUERTA DE LA SIERRA




















El título de esta entrada bien podría haber sido "Duathlón con hostión" y me explico...


Esta vez voy a dejar mis impresiones sobre un tipo de competición como es un duatlón, en la que nunca había tomado parte de una forma individual, sí lo había hecho en el modo de competición por parejas participando en algunas de las carreras denominadas “Combis” que suele organizar por Madrid el club “Ñ Ultrafondo”.

En esta ocasión, e invitado por el Club de Montaña Pedrezuela y, defendiendo sus colores, he tomado parte en la primera edición del Duatlhón Cross Puerta de la Sierra que saliendo desde la localidad madrileña de Cotos de Monterrey, discurre por los pueblos de Venturada y Cabanillas de la Sierra. El Duathlón se reparte en los siguientes segmentos, primero se sale de Cotos de Monterrey desde donde hay que completar una vuelta corriendo a un circuito de cross de cinco kilómetros de longitud con un perfil exigente y algunos tramos técnicos, seguidamente se da paso a veinte kilómetros de caminos, alguna trialera, tramos de asfalto y otros de tierra a completar sobre bicicleta de montaña, en donde se pasa por los pueblos de Venturada y Cabanillas de la Sierra, tocando también en algún punto el término del municipio de Redueña, para finalmente y una vez de vuelta a Cotos terminar completando un circuito mixto de asfalto y caminos de tierra de dos kilómetros y medio de recorrido.

Como no podía ser de otro modo hasta allí me desplacé acompañado de mi inseparable cuñado Alejandro (con quien he tenido la gran suerte de completar recientemente el Camino de Santiago, pero esa es otra historia que cuando tenga un poco de tiempo contaré también por aquí). Quedamos en la puerta de mi casa a las ocho de la mañana y con el coche cargado con las dos bicis partimos rumbo a Cotos de Monterrey. El no ser asiduos en este tipo de eventos hace que pequemos de novatos en algunas cuestiones, además de no contar con unas bicicletas de “última generación” y preparadas para la competición, siendo dueños únicamente de unas simples bicicletas de montaña bastante normalitas para lo que se ve por ahí. Valga como ejemplo que la de mi cuñado tiene ya cerca de 10 años y con holguras por doquier, y la mía es una bicicleta marin que pasa también de la decena de años y que aunque bien conservada, lo cierto es que siempre tuvo problemas en el freno trasero, por lo que hay que saber llevarla…

El caso es que nos presentamos en el Polideportivo de Cotos de Monterrey bastante tempranito, lo que nos permitió recoger los dorsales sin aglomeraciones, aunque creo que en pruebas de este tipo no suele haberlas al estar limitadas a unos cientos de corredores. Una vez recogidos los dorsales damos una vuelta por la zona de salida donde comprobamos los preparativos de la misma, mención a parte merece en gran montón de leña de encina que se apila a escasos metros de la salida-meta, y que será el combustible para una estupenda caldereta con la que la organización, a través de la Asociación de Mujeres, nos obsequiará al final de la competición.

Una vez colocados los dorsales, tanto en la ropa como en las bicicletas, y una vez montadas éstas, nos dirigimos a la zona de boxes, donde pasado el control de los jueces las dejamos en la ubicación del número que se corresponde con el del dorsal.

Saludamos a Juan Agus, el presidente del Club de Montaña Pedrezuela y a otro tocayo también llamado Alejandro y que forma igualmente parte del mismo club. Juan Agus nos comenta que tiene problemas con el neumático de la rueda delantera, ya que ha montado un tube-less que no termina de ajustar bien con la llanta y se ha dado cuenta que tiene una pequeña fuga de aire, confía en que la misma sea lo suficientemente pequeña como para permitirle realizar la prueba sin muchas complicaciones.

El ambiente es magnífico, además de que la climatología no puede ser mejor para hacer deporte, el fresquito justo para comenzar la mañana, un sol radiante en el horizonte y ni un solo atisbo de viento o aire que pudiese empañar el día. Podemos observar a los numerosos participantes en la prueba en los momentos antes de la misma, como se afanan en montar las bicis, atletas de todo tipo, sexo y edades, maillots de infinidad de colores y representaciones, (me llamó mucho la atención por lo gracioso del nombre un club llamado “Masfinosqueunpepino” así como también pude ver otros con nombres como “Berrakodelosmontes” o nombres igual de singulares).

Tras una breve charla de la organización, y con una puntualidad británica, a las diez en punto comienza la prueba, y ya desde el primer metro se ve claro quienes van a disputar la misma ya que se forma un quinteto en cabeza que claramente se despega del resto. En mi caso, al no ser un corredor explosivo necesito de algún kilómetro para ir poco a poco entrando en carrera, y así me mantengo dentro de un grupito perseguidor corriendo a ritmo de crucero e intentando poco a poco ir entrando en carrera. No he comentado que llevaba desde el mismo día de Reyes sin calzarme unas zapatillas de deporte ya que tras la vuelta del Camino de Santiago he estado con muchos dolores que se me han reproducido de la lesión que llevo arrastrando en la parte baja de la espalda y que se me refleja en la cadera y pierna derecha, así que el estado de forma en esta prueba era pésimo, unido a la sensación de cansancio que arrastro desde hace ya varios meses.

El caso es que en los primeros kilómetros el ritmo de cabeza no es muy alto, pero yo lo acuso bastante y en las cuestas arribas incluso llego a respirar con dificultad, cuando a mí precisamente las cuestas han sido siempre lo que mas me han gustado de las carreras. Llegamos a una bajada muy pedregosa y pronunciada donde hay que andarse con mucho ojo de donde se pone el pie, a riesgo de pegarse un buen costalazo. En las zonas técnicas se me acercan y me rebasan algunos corredores, pero cuando el camino se abre soy yo quien da caza y adelanta a varios de ellos. Los primeros clasificados los llevo a escasos cincuenta metros por delante y con la sensación de que la distancia no aumenta.
Llegamos aun punto en el que el camino pasa a ser senda, y donde el perfil de la carrera se pone serio en una empinada cuesta arriba, desde abajo ya la voy acusando por lo que poco a poco voy bajando el ritmo y acortando el paso, intentado acompasar la respiración. Me cuesta bastante el superarla, pero extrañamente solo me han rebasado un par de corredores. Poco después llegamos nuevamente a la zona de boxes y una vez completados los cinco primeros kilómetros de carrera a pie, llega la hora de la primera transición, así que me coloco el casco, y rápidamente descuelgo la bici de su ubicación y saldo de la zona de mutación en un muy digno sexto puesto.

El pasar de correr a dar pedales no me supone ningún esfuerzo físico, ya que las piernas me responden bien a este tipo de cambios, otra cosa será luego pasar de la bici a la carrera, ya que en ese cambio si suele ser mas traumático. Sea como fuere el caso es que a estas alturas de carrera los corredores de cabeza siguen yendo unos cincuenta metros delante de mí, en la zona de boxes he adelantado a un par de corredores que han perdido algo mas de tiempo al cambiar las zapas de correr por las de la bici, yo tengo previsto hacer toda la carrera con las mismas.

Salimos de Cotos de Monterrey por una carretera de buen firme que una vez pasado el puente sobre la carretera de Burgos abandonamos por su lado derecho para tomar un camino pedregoso que desemboca en una bajada trialera y peligrosa, donde en las zonas de umbría permanece la tierra helada y patina bastante. La bajo con mucha precaución haciendo uso del único freno del que dispongo que es el delantero, intentando compensar esta situación desplazando todo el peso por detrás del sillin y adoptando algunas posturas un tanto circenses. Superado este punto ya veo mas lejos a los tres primeros clasificados, pero casi no levanto la vista del camino ya que sigue siendo bastante pedregoso y con algunas trampas de arena. Tras cruzar la carretera M-608, he perdido de vista a los tres primeros y sigo la estela del cuarto y el quinto, y así detrás e ellos nos dirigimos hacia Venturada que nos recibe con una buena cuesta. Es en este punto cuando se produce la “gran cagada” del día, y que a la postre me costaría el pódium en la categoría de Veteranos. Resulta que al llegar a la entrada del pueblo no está muy claro por donde debe seguir la carrera ya que no hay nadie indicándolo, así un agente de la Guardia Civil que está unos metros mas abajo nos hace señas con el brazo de que vayamos por la calle que está mas a nuestra derecha y así lo hacemos. Vamos por las calles de Venturada a buen ritmo, incluso hay gente que habiendo salido de sus casas nos está animando, seguimos las cintas que hay enganchadas en árboles, farolas, etc.. hasta que llegados a la iglesia del pueblo nos encontramos de morros con una de las motos de la organización que nos dice que vamos en sentido contrario, que hemos de dar la vuelta. ¿¿¿????. En ese momento no entiendo nada, solo sé que estamos parados delante de la iglesia, cada vez van llegando mas corredores detrás mía e incluso dos de los que iban por delante de mí aparecen de frente deshaciendo el camino que hasta hace unos segundos traíamos. Vistos en semejante embudo no queda mas remedio que dar media vuelta y volver sobre nuestros pasos. Volvemos sobre las calles de Venturada y ahora voy con un inmenso pelotón de bicicletas delante de mí, los últimos serán los primeros dice el refrán. Llegamos nuevamente al cruce origen del conflicto y nos sumamos a un interminable grupo de corredores que habiendo llegado hasta él y avisados ya de la encerrona de la que hemos sido objeto, han tomado el buen camino y lo ocupan literalmente de lado a lado. Por delante puedo comprobar una interminable fila de bicicletas de la que no veo la cabeza por lo que toca ponerse a remontar cuanto antes.

En el despiste organizativo estimo que he debido hacer en total unos dos kilómetros mas de los previstos, así que lejos de poder disputar la clasificación de veteranos en la que a buen seguro hubiese dado guerra, ahora mi único objetivo es remontar cuantos mas puestos mejor. En las zonas en las que se puede voy constantemente adelantando a bikers uno tras otro, pero cuando el camino se estrecha y no hay por donde pasar no me queda otra que “chupar rueda”. Esta será una constante durante toda la prueba en bicicleta, con algunos tramos duros, otros mas suaves y alguna cuesta que pierde su nombre por el de rampa.

La competición en bicicleta todavía me tendría reservada una sorpresa mas, ya que en mi afán por seguir avanzando posiciones y, un poco encabronado a decir verdad por el fallo organizativo, voy pedaleando con rabia y arriesgando mas de lo que suelo hacer, y mas de lo que debería, y es por ello por lo que en un tramo de carreterín con mucha grava suelta y repleto de curvas con algún paso para el ganado de los llamados “canadienses”, apuro demasiado la frenada en una curva y me pego el guantazo del día, saliendo despedido por encima del manillar de la bici, rodando algún metro por el suelo y yendo a parar sobre unas piedras donde hice tope con el casco. El susto ha sido morrocotudo, me levanto rápidamente y enseguida paran algunos corredores que me iban a la zaga, preocupados por la caída me preguntan si me encuentro bien, y a decir verdad lo cierto es que sí, a parte de una herida superficial en el codo, de haber roto el maillot , algunos rasguños y arañazos (alguno profundo) en la espalda, milagrosamente estoy bien, al igual que mi montura, así que una vez enderezados tanto el manillar como el desviador, engranada la cadena y sacudido el polvo, vuelvo de nuevo a montarme en la bici, ahora ya con mucha mas cautela y siendo consciente de que esto es simplemente un deporte y no me juego nada aquí, he estado a punto de romperme cuanto menos un brazo, o quien sabe si algo mas…

El resto del recorrido en bici lo hago ya sin esforzarme, únicamente manteniendo un ritmo uniforme pero sin arriesgar en absoluto. Llegamos al punto de la trialera que tuvimos que bajar helada y ahora la subo andando y comprobando como el paso de tantas bicicletas a dado paso a la transformación de la escarcha en barro. De aquí a la zona de boxes solo quedaba un tramo de camino pedregoso y la carretera de acceso a Cotos de Monterrey.

El paso de la bicicleta a correr, tal y como me temía me resulta incómodo, recojo un plátano en la zona de transición y poquito a poquito encaro el primer kilómetro, ascendente y por asfalto, de este último segmento de carrera a ritmo lento y masticando bien el plátano, todavía tendría tiempo de adelantar a algún corredor mas en este tramo antes de finalizar la misma en un tiempo de una hora y treinta y seis minutos, llegando en el puesto décimoséptimo y habiendo sido al final el sexto en completarla dentro de la categoría de veteranos.

Recojo una buena bolsa del corredor y tomándome una cervecita que con tan buen criterio nos obsequia la organización espero la llegada de mi cuñado, así como de mi otro tocayo y de Juan Agus.

Una vez todos juntos comentamos la carrera y comprobamos que ha habido mas gente que se ha perdido en diferentes puntos, al final esto quedará como una anécdota y prefiero quedarme solamente con lo bueno. Una organización con ganas de agradar (solo por esto se le perdona el fallo), con muchos servicios para los atletas, refrescos, fruta, chuches para los niños, cervecita fresca toda la que quisieras, dulces, queso, vino, y como colofón a tan estupendo día una gran caldereta.

Ha sido un día estupendo de deporte, y aunque lo he terminado dolorido y con alguna pequeña herida, lo cierto es que me ha gustado este tipo de competición y a buen seguro repetiré.

Salud para todos/as.

miércoles, 4 de enero de 2012

SAN SILVESTRE VICALVAREÑA 31/12/2011


















Un año mas he tomado parte en esta San Silvestre Vicalvareña, últimamente intento apartarme de carreras masificadas y, sobre todo, de aquellas en las que después del fiasco que ha supuesto el intento de instauración del carnet del corredor, los vampiros de la federación de atletismo se hallan sacado de la manga el "peaje" en forma de 3 euros a abonar en todas las carreras que forman parte de su calendario.


Por la mañana me acerqué hasta la localidad madrileña de Vicálvaro acompañado de mis hijos, mi mujer, hermana, cuñados y sobrinos. En la carrera participaré junto con mis dos cuñados y nos hemos rodeado de buenos animadores, quien mejor que la propia familia.

Antes de la carrera principal, la organización ha previsto la celebración de otras pruebas infantiles por lo que disfrutamos de ellas, e incluso alguno de los mas pequeños se anima a tomar parte en alguna. La mañana, aunque fresquita, es muy soleada y sin nada de viento, por lo que anima a correr. Muchas caras conocidas, así saludo a corredores a los que hacía tiempo que no veía (Landes, Duquito, Carlos, Vicalvarock, etc..) y hace especial ilusión encontrar de nuevo en una prueba deportiva.

Caliento con mis dos cuñados durante algunos minutos antes de la salida y rápidamente tomamos posiciones dentro del grupo de corredores que disputaremos la prueba, que dá comienzo con bastante puntualidad cuando faltan quince minutos para el medio día.



En los primeros metros mi cuñado Alejandro se pega a mi estela y riéndose (como suele ser costumbre en él) me indica que va a ir conmigo durante la carrera, yo sé que es una de sus bromas ya que enseguida baja el ritmo y se va quedando poco a poco mas atrás. He salido casi en la primera fila de corredores, por lo que mi posición es privilegiada en los primeros metros y puedo correr muy a gusto y salvo algún pequeño roce por los nervios de la salida, podría decirse que sin complicaciones, esto hace que el primer kilómetro lo pase en tres minutos, quince segundos, me encuentro cómodo y mantendré este ritmo todo lo que pueda. Voy en un pequeño grupito de unos cinco o seis corredores y por delante no mas de otros cinco. El segundo kilómetro lo hago también a ritmo sostenido de unos tres quince, pero enseguida y, tal y como me temía, mi pésimo estado de forma actual me hace volver a la realidad en forma de bajón repentino. Esto hace que apenas llegados al tercer kilómetro ya respire con dificultad y baje notablemente el ritmo, por lo que empiezan los adelantamientos en los que desafortunadamente el adelantado soy yo.



El perfil de la prueba es bastante llano si exceptuamos una pequeña cuesta que debemos subir en dos ocasiones, antes de llegar a ella ya he bajado notablemente el ritmo y aún así noto que me fatigo demasiado, llevo altas las pulsaciones y muy forzada la respiración. Con todo y con ello tampoco son tantos los corredores que me adelantan, pero soy incapaz de seguir a ninguno de ellos. En la cuesta consigo recuperarme un poco y doy alcance a un par de corredores que han sido los últimos en adelantarme, pero se trata de un mero espejismo ya que cuando el perfil vuelve a ser llano soy incapaz de mantener un ritmo vivo y soy de nuevo rebasado.



Recibos los ánimos de mi familia y choco la palma de las manos con los mas pequeños, ya he completado la primera vuelta y ahora queda toda la segunda. Debo andar sobre el puesto décimo quinto, mas o menos, por lo que me canta algún aficionado a pie de carretera.



La segunda vuelta es una copia de la primera, sin fuerzas, fatigado, con la respiración acelerada y las pulsaciones muy altas. Soy consciente de mis limitaciones actuales así que no me queda otra que bajar otra marcha e intentar llegar a meta lo mas entero posible y sin esfuerzos inútiles que me puedan pasar factura. Así paso los kilómetros cinco y seis, siendo todavía adelantado por algún corredor mas y en la segunda subida de la cuesta empiezo a encontrarme a los últimos corredores de la carrera, yendo doblándolos progresivamente. Superada la cuesta queda poco mas de un kilómetro para meta, y donde en otras ocasiones cambiaría el ritmo para darlo todo hasta la linea de llegada, ahora toca simplemente mantener el tipo y llegar.



Entro en las pistas deportivas del polideportivo vicalvareño arropado por los ánimos y aplausos que me dedica la familia desde las gradas y completo los ocho kilómetros y medio en un tiempo de veintiocho minutos y veinticinco segundos, siendo el décimo octavo clasificado en la general y el octavo en la categoría de veteranos, dándome con un canto en los dientes con este resultado.



Recojo la bolsa del corredor y me dirijo a las gradas donde recibo el calor de los míos y donde espero la llegada del primero de mis cuñados que completa la prueba en unos excelentes treinta y dos minutos, un fenomenal resultado que demuestra su magnífico estado de forma actual. Poco después llegaría Pablo, el segundo de mis cuñados que con una mano agarrándose un costado denota un molesto flato que no le ha dejado correr como hubiese querido.



Una vez todos juntos dedicaríamos el resto de la mañana a tomar buenas y abundantes cervezas y tapas de todos los gustos y sabores, situación en la que animados por las cervecitas se nos fué un poco de las manos ya que no abandonamos Vicálvaro hasta casi las seis de la tarde, y eso porque teníamos que ir a casa a preparar la cena de Nochevieja porque todavía se podría haber alargado mas el último aperitivo del año.



Mucha salud para todos y Feliz año 2012


Alex.

lunes, 2 de enero de 2012

CROSS DE PATONES 17/12/11






El pasado 17 de Diciembre del ya pasado año 2011, e invitado por el club de montaña Pedrezuela, asistí por primera vez a la IV edición del Cross del pueblo madrileño de Patones, cross que se compone de casi trece kiómetros bastante favorables en su conjunto a excepción de una larga cuesta que discurre entre los kilómetros cuarto y sexto, y en la que no existe ni un solo metro de descanso.

Antes de comenzar la carrera estuve charlando durante un rato con Juan Agus, presidente del citado club a quien conocí en la pasada Carrera Cerro de la Marmota, y quien muy amablemente me ha equipado con ropa deportiva del club, así que correré con ella en las distintas pruebas en las que participe, así como también con otro componente del club que resultó ser tocayo mío y a quien conocí en ese momento, muy buena gente ambos.

La mañana se presentó bastante fresquita aunque no fría, y aunque actualmente estoy bastante lejos de mi mejor estado de forma debido sobre todo a que según el resultado de una última analítica tengo muy bajo el nivel de hematocritos, así como la hemoglobina, decidí colocarme en las primeras posiciones en la zona de salida.

Por allí pude saludar a algunas caras conocidas y amigos, y también conocer gente nueva.

La salida fue bastante puntual, y desde el primer metro ya se destacó un fenomenal corredor como es Cuadrillero, que a la postre sería el ganador con un margen holgado sobre el segundo clasificado. Todavía durante el primer kilómetro le aguantaríamos un poco el tirón, y así lo completamos en un tiempo de tres minutos y once segundos, a partir de aquí ya Cuadrillero se marchó en solitario, así como poco después lo hizo igualmente el segundo atleta en llegar a la linea de meta.

Durante el segundo y tercer kilómetro ocupé la tercera plaza, completando estos kilómetros a ritmo de tres minutos veinte segundos, tercera plaza que cedería nada mas comenzar el cuarto kilómetro y con él la que se me hizo interminable subida hasta el sexto. SE nota que no estoy acostumbrado a los crosses y mis entrenamientos nunca han ido encauzados en ese sentido, es por ello por lo que creo se debió el tremendo bajón que sufrí durante esos dos kilómetros y en los que llegué a ocupar hasta la octava posición al ser rebasado por varios corredores. Ultimamente me canso mas de lo habitual, y cuando llevo algunos kilómetros recorridos noto una falta de rendimiento considerable, hasta ahora no sabía el motivo, pero después de haber recibido la analítica que antes cité y comprobar los niveles tan ínfimos de hematocritos ya me resulta mas comprensible, espero ahora que ya conozco la causa del problema que éste dure poco y pueda pronto volver a correr con normalidad y sin cansarme tanto.

El caso es que superado el sexto kilómetro el perfil del cross se torna mucho mas favorable y discurre por buenas pistas donde hago valer mi ventaja en ese terreno y empiezo a acercarme a los corredores que me adelantaron en la subida.

Entre los kilómetros séptimo y octavo doy caza a alguno de estos corredores y llego a colocarme en sexta posición y muy cerca de otros dos atletas a los que no veo complicado el llegar a superar. Sigo avanzando con buena zancada y recortando metro a metro a los que me preceden. Se hace muy agradable correr rodeado de naturaleza y aunque se trata de un cross y siempre hay que estar muy atento de donde se ponen los pies, éste en concreto no resulta muy técnico ni complicado, ya que la mayoría del recorrid, si exeptuamos alguna pedregosa bajada, discurre por buenas pistas de tierra.

Cerca del décimo kilómetro ya he dado alcance a los dos corredores que me preceden y tras algunos metros a su regazo decido que ha llegado el momento de atacar e intentar llegar hasta el corredor que ocupa el tercer lugar y al que puedo ver a lo lejos cuando el camino se abre. Así, rebaso a los dos corredores para ocupar la cuarta posición y con el ánimo de llegar hasta el tercero, aunque lo veo bastante difícil ya que la distancia que nos separa, aunque no es insalvable, si es cierto que es bastante grande.

Pasado el kilómetro once decido que voy a cambiar el ritmo para intentar irme hacia adelante, pero una cosa es lo que yo pienso y otra cosa es lo que mi cuerpo en este momento responde, y lo que responde sencillamente es que no me lo va a permitir. Noto que me llega otro bajón, respiro muy aceleradamente y me cuesta mucho simplemente mantener el ritmo que ya traigo, por lo que me tengo que conformar con llegar a meta defendiendo ese cuarto puesto, y así lo hago. Llego a meta totalmente fundido, y demasiado cansado para haber completado tan solo casi trece kilómetros, además sudando mucho, cuando yo soy un corredor que precisamente no suelo sudar demasiado, pero cuando el cuerpo no responde hay que saber aceptarlo.

Espero la llegada de Juan Agus, y del recién conocido Alejandro y juntos comentamos durante algunos minutos la carrera y esperamos a que de comienzo la barbacoa con la que nos obsequia la organización, barbacoa a la que al final no me quedé ya que se me hacía tarde para poder cumplir con otros compromisos familiares.

Al final una carrera mas completada, y con unas sensaciones agridulces, contento por haberla terminado pero un poco decepcionado al comprobar que en otro estado de forma a buen seguro hubiera podido luchar por la tercera posición y quien sabe si haberla conseguido, yo creo que sí.

Salud para todos/as.