domingo, 30 de enero de 2011

XII MEDIA MARATON DE GETAFE





(Fotos cortesía de Sebastian Navarrete y Runningforfree )

Acabo de llegar a casa después de un día bastante completito.

Comenzaba este domingo levantándome sobre las siete y media de la mañana, para después de hacer un desayuno bastante escueto, consistente en un café con leche y dos galletas, irme al encuentro de mi cuñado Alejandro, ya que hoy vamos en su coche. A las ocho y media ya estamos los dos juntos rumbo a Getafe donde llegamos a eso de las nueve menos cuarto de la mañana, que gozada transitar por un Madrid sin tráfico un dominguito por la mañana. Tras aparcar el coche sin problemas, (éstos vendrían después), nos dirigimos a recoger los dorsales y el chip, cosa que hacemos en un periquete al no haber prácticamente corredores todavía por la zona de recogida. Como quiera que hemos quedado con el resto de compañeros a las nueve y media y todavía queda un ratito para que llegue la hora nos damos una vuelta por la zona, hacemos una visita al Sr. Roca y comprobamos como en la cafetería del Polideportivo ya hay grupitos de corredores tomando algún café, los hay incluso mas osados que se atreven con unas apetitosas porras como acompañamiento. La verdad es que dan ganas de pedir unas, pero no quiero pasarme luego toda la carrera repitiéndolas.

Antes de que lleguen nuestros amigos puedo saludar a gente conocida de los foros, así saludo personalmente a “Bebeto” que va muy bien acompañado, como también es un placer encontrarme nuevamente con “Landes” y me presenta a un amiguete suyo conocido como “Poliloco” (quien sé de buena tinta que es una auténtica máquina de correr), poco después podría saludar también a Tomás, un antiguo compañero de trabajo al que le ha debido picar fuerte también el bichito del correr, ya que en poco tiempo me lo he encontrado en distintas carreras. Así entre saludo y saludo aparecen nuestros amigos Javi, David, Toñin, Antonio, Carlos, Pedro, y el incombustible Enrique, quien a sus taitantos años sigue en la brecha dando guerra, al igual que el amigo Francisco (habitual de las pruebas de cien kilómetros y campeón en su categoría en varias ocasiones) quien pasando ya de los sesenta años tampoco se pierde una oportunidad de participar en alguna carrera.

Pues bien, hechos los correspondientes saludos nos dirigimos a despojarnos del chándal del que tan buen uso estamos haciendo en esta mañana, que si bien no es tan fría como en ocasiones anteriores, bien es cierto que al menos está bastante fresquita. Es por ello por lo que tanto Alejandro como yo nos echamos por encima a modo de jersey una bolsa de basura tamaño XS que a punto estamos de reventar por los cuatro costados, bueno al menos nos protegen algo del frío. Una vez ya con la “ropa de faena” calentamos durante algunos minutos en un parquecito aledaño al arco de salida, donde la mayoría aprovechamos la intimidad que ofrecen unos arbustos para aliviar nuestras vejigas, despidiendo a las aguas menores entre algunas risas vertidas con motivo de la dificultad de algunos para encontrar, debido al frío, el artilugio encargado de dar salida al despreciado elemento. A pocos minutos de las nueve y media nos deseamos todos suerte y tomamos posiciones dentro del gran grupo que paulatinamente se va formando a medida que se acerca la hora del inicio de la competición. Junto con Carlos y Pedro me sitúo en una zona delantera, a escasos tres metros tras el arco de salida, donde me saluda nuevamente “Landes” que está justo a mi lado y quien me señala el peligro que tengo justo delante y del que no me había dado cuenta, éste está pasado el arco de salida en forma de pivotes que delimitan un carril bici. Le agradezco la información y deberé estar muy atento a ellos si no quiero tener algún contratiempo.

Sin tiempo para mucho mas, y con bastante puntualidad, se escucha el pistoletazo de salida, pues nada, a correr. A pesar de estar bastante adelante en la salida, todavía hay muchísima gente por delante de mí, debido a ello en la primera decena de metros apenas se puede correr y hay que ir muy pendiente de donde se ponen los pies, y a medida que vamos avanzando se van abriendo algunos pequeños huecos por donde poder colarse aunque enseguida algún corredor vuelve a taponar el paso. Es debido a esto a lo que decido salirme al carril bici y hacer bastante tramo del primer kilómetro por él, intento quitarme a cuanta más gente mejor de la que tengo por delante y esto me hace pasar el primer kilómetro en tres minutos y treinta segundos, demasiado rápido, he de relajarme. Una vez superado el tumulto inicial ya se puede correr a gusto, bajo un poco el ritmo y voy mirando a que grupito acoplarme de los varios que tengo por delante. Veo que en uno de ellos va tirando un buen corredor del Clínicas Menorca y decido llegar hasta ellos pues pienso que es una buena referencia a la que poder seguir. Así adelanto a un par de pequeños grupitos de atletas, también a una africana que debe ir entre las diez primeras féminas, y en dos o tres kilómetros ya llego hasta donde quiero.

La carrera discurre por calles amplias, afortunadamente no hay aire y la temperatura, aunque fresca, es buena para correr, en mi opinión hay unas buenas condiciones para poder sacar todo el potencial que un corredor pueda tener, sin excusas climatológicas, ni de recorrido, ni por supuesto del perfil, al ser éste completamente llano, salvo algún pequeñísimo desnivel apenas perceptible. Así voy un poco reservón a cola de grupo, pasamos una glorieta presidida por un enorme lazo y encaramos otra calle amplísima donde se puede correr plácidamente. Negociamos un giro de noventa grados a la derecha e inmediatamente otro hacia la izquierda que desemboca en una larguísima recta de mas de dos kilómetros donde el primero de ellos pica un poquito hacia arriba y en el que el único inconveniente son los continuos badenes que la jalonan. Durante este tramo sigo en la cola de este grupito que lleva un muy buen ritmo, por lo que ni me planteo el seguir progresando, creo que definitivamente me quedo en él e intentaré aguantar el ritmo que llevan ya que noto que poco a poco lo van incrementando.

Al final de la larga recta salvamos una curva de ciento ochenta grados y encaramos otra larguísima recta, mas larga incluso que la anterior que discurre por las mismas entrañas de Getafe, y cuyo pavimento consiste en un galante adoquinado urbano que sirve meramente para adornar la vista, ya que los pies los deja literalmente pulverizados. No obstante, ello es compensado por ser el tramo de la carrera donde mas público se congrega y donde recibimos ánimos de una forma mas directa y cercana al ser la calle algo mas estrecha que las anteriores. Este tramo es el comprendido entre los kilómetros siete y nueve, y aún quedará un tramo de recta hasta llegar de nuevo a los dominios de la rotonda del “Lazo” donde adelantamos a otro par de corredoras de color. En ella giramos a la derecha y el grupo sigue todavía compacto, de echo, hace rato que desde las aceras se escucha a algún aficionado gritar eso de “buen grupito”.. “Que no se rompa ese grupito”.. y cosas parecidas. En este punto decido que ya he “chupado rueda” durante bastante rato y mi ego personal no me permite estar agazapado durante mas tiempo, por lo que paso a la cabeza del grupo y tomo las riendas del mismo.Ahora soy yo el que va marcando el ritmo, que por otro lado sigue siendo el mismo que traíamos, ni mas rápido ni mas despacio.

Pasamos el décimo kilómetro en treinta y cinco minutos y pico, y sorprendentemente noto que voy bien, con esas buenas sensaciones que hacía ya muchas carreras que no encontraba. Esto me anima, y sumado a que el perfil pica un poquito hacia abajo decido seguir durante un rato mas tirando del grupo, conjunto compuesto de unos seis o siete buenos corredores, ya que hace ya mas de diez kilómetros que llevamos un ritmo que se puede considerar como exigente. Delante de nosotros podemos comprobar como una de las keniatas, concretamente la que ocupa la cuarta posición en chicas, se ha descolgado del grupo en el que corría y le vamos recortando poco a poco la distancia. Sigo tirando de la tropa y en poco mas de un kilómetro damos caza a la keniata quien se integra en la disciplina del grupo, y quien lejos de acomodarse en él pasa conmigo a tomar la cabeza del mismo yendo con ella a relevos durante unos cientos de metros. Ahora por delante quedan dos corredores que son los que me marco como próximo objetivo al que poder llegar.

Pasamos el kilómetro once y hacemos un nuevo giro a otra rotonda para volver por la misma calle pero por su lado opuesto, esto nos permite ver a los corredores que nos persiguen y a los que sacamos un buen trecho. Llegados al doceavo kilómetro dejo la cabeza del grupo y toma mi relevo uno de los corredores que va a mi estela, miro brevemente hacia atrás y veo que el corredor del Clínicas Menorca aguanta como un jabato, así como otros cinco mas y también la keniata, aunque ésta ha pasado a la cola de la formación. Me centro únicamente en seguir al corredor que ahora nos dirige durante un par de kilómetros, y de vez en cuando entro al relevo con él, dando caza entre ambos a los dos corredores que llevamos por delante y quienes pasan a engrosar nuestra masa. Al llegar de nuevo a la conocida rotonda del “Lazo” salen dos valientes del grupo con la descarada intención de irse hacia delante. Yo en este momento no me encuentro con fuerzas para poder seguirles y decido seguir a ritmo y ver que pasa. Nadie sale con ellos y el resto seguimos a ritmo completando el recorrido.

Una vez nuevamente en la primera de las largas rectas, empezamos ya a perder unidades y a marchar algo mas desperdigados. Hay un momento de dudas ya que el grupo se empieza a romper. Por detrás se queda gente y por delante vamos dando caza a algunos corredores desfondados, lo que en el argot del corredor popular se denomina como “ir recogiendo cadáveres”. En esas dudas estamos cuando sobre el kilómetro dieciséis decido seguir hacia delante y que sea lo que Dios quiera, al ser la segunda vuelta conozco lo que me queda por delante y son varios kilómetros favorables, salvo la incomodidad del adoquinado. Así, salto de lo que queda del grupo y tras de mí lo hacen dos atletas mas, todavía nos queda un largo kilómetro de recta donde tras adelantar a otro corredor me doy cuenta que se trata de un conocido mío, concretamente de un pueblo llamado Esplegares que se encuentra lindando con el pueblo donde nació mi padre. Nos saludamos brevemente, nos damos ánimos y cada cual sigue a su historia.

Nuevo giro a la rotonda mas alejada del recorrido y nuevamente pateamos el adoquinado de la calle Madrid, ahora somos un trío en el que voy en cabeza y a ratos me da relevos otro corredor, notando como el tercero en discordia bastante hace con aguantar el ritmo, a tenor de lo que se escucha en su respiración, por lo que no hemos de esperar ningún relevo por su parte, yo al menos eso pienso. Pasamos el kilómetro dieciocho y ahora podemos ver a alguna bicicleta delante de nosotros, eso es sinónimo de que tenemos cerca a la tercera de las chicas ya que suelen ir acompañadas de algún ciclista que indica su posición. Efectivamente, según vamos recortando la distancia que nos separa de ella podemos observar, mas nítidamente ya, como se trata de la marroquí Nazha Machrouh, excelente corredora del club Bikila, y quien en solitario está tratando de defender su magnífica posición. En este punto ya empiezo a notar el esfuerzo realizado y las piernas empiezan a quejarse, además de que la fatiga está haciendo ya acto de presencia.

Por fin, en los imperios del kilómetro diecinueve abandonamos el dichoso adoquinado y podemos correr mas cómodamente por un encarnado carril bici. Ahora ya voy definitivamente tocado y son mas los ratos en que mi compañero de viaje toma la cabeza del trío, que en los que lo hago yo. Nos separan escasamente unos veinte metros de la marroquí y cuando parece que ya la vamos a dar alcance superamos el kilómetro veinte que parece espolearla, ya que la distancia lejos de recortarse a mi me parece que aumenta, madre mía como corre esta mujer. Nos queda poco mas de un kilómetro para la meta y no se si podré mantener el ritmo, pero justo cuando estoy en este pensamiento, el corredor que va conmigo a relevos me dice que está echo polvo. Vaya, pienso, pues no soy yo sólo.

La carrera se está terminando y yo voy literalmente “bufando”, va a ser un último kilómetro agónico, estoy en un tris de bajar el ritmo y dejarme simplemente llegar a meta pero mi compañero parece haberse repuesto y vuelve a tirar de mi y del otro atleta que cierra el trío, atleta que tarda poco mas de cincuenta metros en descolgarse también definitivamente. Tras el giro de noventa grados a la derecha que da acceso a las instalaciones del Polideportivo recortamos considerablemente la distancia con la tercera chica, ya se huele la meta y esto me hace sacar lo poco que me queda en las piernas para lanzar un pírrico esprint final, que me hace emparejarme con la marroquí y hacer los últimos metros junto a ella.

Mi compañero de viaje nos ha pegado una pasada por la derecha que nos ha levantado el dorsal y justo detrás de él entro en meta parando el crono en una hora, quince minutos y treinta y tres segundos. No me esperaba hacer esta marca, salía a por hora dieciocho mas o menos, pero el haberme visto arropado durante los primeros kilómetros por un buen grupito me ha animado y con el transcurrir de la prueba me he ido animando. Estoy muy contento porque no me lo esperaba, de echo he pasado el kilómetro quince mas rápido que el tiempo neto que hice en Tres Cantos hace quince días en la carrera cuya distancia era precisamente esa, quince kilómetros.

Tras recoger una muy buena bolsa del corredor espero la llegada de mis compañeros, siendo Pedro y Carlos los primeros en llegar haciendo una marca espléndida de hora y veinte minutos, el resto tardarán algo mas en llegar por lo que me quedo helado al no poder ponerme ropa de abrigo ya que está en el coche de mi cuñado, me sorprende gratamente el forista “Bebeto” quien ha realizado una mas que espléndida media maratón, no sabía que corría tanto, ha sido toda una agradable sorpresa.

Una vez llegados todos a meta comentamos brevemente nuestra carrera y nos marchamos para casa. Luego vendría una comida en familia con hermana, cuñado y sobrinos y tarde perruna jugando a la Play con mi hijo y sobrinos y con esa sonrisa en la cara que nos deja el buen sabor de boca de una carrera agradable. Ahora toca recuperarse durante los próximos quince días para enfrentarme de nuevo a la distancia del medio maratón, en la que será la Media Maratón de Fuencarral, donde nos espera un perfil mucho menos amable que con el que nos ha recibido Getafe en el día de hoy.

Mucha salud para todos/as.

Alex

miércoles, 26 de enero de 2011

15 KM. TRES CANTOS (16 enero 2011)






(Sirva como antecedente previo a esta carrera que he estado los días previos a la misma con una especie de gripe que me ha tenido incluso algún día con fiebre, llegando a salirme calenturas por toda la boca debidas a la misma. Al final esto queda como una anécdota ya que me encuentro bastante mejor, y aunque no estoy recuperado del todo me encuentro con las fuerzas suficientes para completar los quince kilómetros que tengo hoy por delante en esta cita.)

Mañana fresquita para correr, al menos así me lo parece nada mas salir de casa y aunque voy bien abrigado el aire que penetra en mis pulmones es gélido como el hielo. Me dirijo al encuentro de mi cuñado y en su coche nos dirigimos hacia la localidad madrileña de Tres Cantos, un lugar que me parece perfecto para vivir, enclavado en las faldas de la Sierra Madrileña, con grandes y amplias avenidas, muchas zonas verdes y dotado de muchos y buenos espacios deportivos.

Al llegar a Tres Cantos aparcamos en las cercanías del Polideportivo y nos dirigimos a recoger nuestros chips, así como al encuentro con nuestro amigo Javi, con quien hemos quedado el día anterior. En el momento de recoger nuestros chips no hay mucho jaleo de gente, pero luego se formaría un verdadero embudo como así pudimos comprobar mientras calentábamos.

Una vez recogidos los chips y ya en compañía de Javi nos dirigimos los tres hacia el coche para desprendernos de la ropa de abrigo e ir empezando a trotar y calentar un poco. Poco a poco intentamos a base de trote cochinero ir desentumeciendo los músculos y tras unos pocos minutos de calentamiento nos dirigimos hacia la línea de salida.

En esta ocasión el recorrido ha variado sustancialmente respecto al de ediciones anteriores, y así el inicio de la prueba se hace desde la nueva pista de atletismo del Polideportivo. Primero está previsto que tomen la salida los corredores de la prueba de cinco kilómetros, para pocos minutos después hacerlo los que tomaremos parte en la carrera de los quince kilómetros.

Al principio se forma un poco de caos, al ser dos salidas distintas y desde extremos opuestos de la pista de atletismo no son pocos los corredores que andan despistados y corriendo de un arco a otro, si saber bien donde situarse.

Se da la salida a la prueba de los cinco kilómetros y nosotros ya estamos situados bajo el arco de la nuestra. Tendremos que dar una vuelta y media a la pista de atletismo y mucho me temo que la cabeza de la prueba pueda llegar a dar alcance a los corredores que formen parte de la cola del grupo. Se hace un llamamiento para que los corredores que tengan marcas de treinta y cinco minutos o menos en los diez kilómetros pasen la posición delantera del grupo para así tomar la salida mas limpia posible. En mi caso me quedo donde estoy, acompañado de mi cuñado y Javi, ya que no estamos demasiado retrasados y prefiero salir tranquilito.

Sin mas comienza la competición, nos deseamos suerte y empezamos a dar zancadas. Tal y como me temía antes de abandonar la pista de atletismo y al completar la vuelta prevista a la misma, me topo con la cola del pelotón, que transitan a ritmo mucho mas lento, empiezo a esquivar corredores y así voy pasando por donde puedo, motivo por el cual el paso por el primer kilómetro lo hago en cuatro minutos y cuarenta segundos, bastante mas lento de lo que suele ser habitual. En fin, tampoco pasa nada, así voy entrando en competición poco a poco.

En los primeros kilómetros voy adelantando a grupos numerosos de corredores, grupos que paulatinamente se tornan mas pequeños. Así adelanto también a la primera chica y continúo progresando. Llevo un ritmo lento pero seguro, debo andar sobre los tres minutos y cuarenta segundos por kilómetro y me encuentro bastante cómodo. Cerca del kiómetro cinco sigo adelantando todavía a pequeños grupitos de corredores, siempre con la misma táctica, me acerco por detrás a ellos, cuando consigo contactar me mantengo algunos metros con ellos para una vez recuperado el aliento lanzarme hacia adelante a intentar cazar a un nuevo grupo. Esta será la tónica durante toda la carrera, con la salvedad de que según pasan los kilómetros los grupitos son menos, y mas los corredores en solitario a los que voy dando alcance.

El recorrido en esta edición me gusta bastante mas que el que se venía completando en citas anteriores, al menos se evita el pasar dos veces por el mismo polígono industrial que me resulta bastante árido y aburrido. Al paso por el décimo kilómetro miro el reloj y este me devuelve un tiempo de treinta y seis minutos y muchos segundos, no está nada mal para según he tenido el cuerpo durante toda la semana, y lo mas sorprendente de todo es que me encuentro bien y con fuerzas, por lo que intento llegar hasta un par de corredores que me preceden y de los que me separan escasos veinte metros.

El circuito está diseñado de tal manera que son muchos los puntos en los que los corredores nos cruzamos, y así a parte de ver a la cabeza de la prueba también puedo cruzar algún grito de ánimo tanto con mi cuñado Alejandro como con mi amigo Javi. Alejandro se está tomando esta carrera con absoluta calma, prueba de ello es que va escuchando música con unos cascos que adornan sus dos orejas, me parece estupenda esa filosofía de disfrutar de ese modo de las carreras, y aunque con un puntito de sufrimiento, como no puede ser de otro modo al tratarse de una competición, se le nota que disfruta con cada zancada que da.

Cerca del kilómetro once, en una pronunciada bajada y alargando bastante la zancada doy alcance a los corredores que me precedían, esta vez no permanezco ni un solo segundo junto a ellos ya que directamente tiro hacia adelante, uno de ellos se sitúa a mi estela y durante un par de kilómetros sigue junto a mi, hasta que poco a poco a medida que el perfil empieza a tornarse en continua subida cede en su empeño de seguirme y poco a poco le voy distanciando.

Pasada la última cuesta del circuito, ya en solitario y todavía con la posibilidad de dar alcance a algún corredor mas, giro hacia la izquierda en una rotonda que nos conduce directamente hacia el polideportivo. Tras una corta bajada donde me emparejo con otro atleta desembocamos en la pista de atletismo en la que de nuevo hay que dar una vuelta completa que realizo al esprint y gastando las últimas fuerzas que me quedan antes de pasar por el arco que delimita el fin de la carrera y la meta.

Ha sido una carrera en la que me he encontrado mejor de lo que esperaba, el tiempo en completar los quince kilómetros ha sido de cincuenta y cinco minutos y tres segundos, lejos de mi mejor marca en esta carrera que la tengo en torno a los cincuenta y un minutos, pero estoy muy contento porque he acabado bastante entero y con fuerzas, supongo que sobre todo debido a que los primeros kilómetros fueron únicamente de transición y no gasté demasiadas energías.

Recojo una escueta bolsa del corredor, bastante raquítica para lo que suele ser habitual en esta carrera de Tres Cantos y tras reunirme con mis dos compañeros que llegan poco después nos marchamos para casa, pensando eso sí, en la siguiente competición que será la Media Maratón de Getafe, espero estar un poco mas recuperado para entonces y aunque estoy en una etapa de transición en la que paulatinamente estoy abandonando la velocidad en favor de la resistencia espero poder hacer una media maratón que me deje un buen sabor de boca. No obstante llevo desde el pasado mes de abril del año 2010 sin competir en ninguna prueba de esta distancia.

Ya os contaré.

Salud para todos y todas.
Alex.

sábado, 1 de enero de 2011

SAN SILVESTRES POR DUPLICADO.








Buena mañana la que nos ha presentado Vicálvaro para correr por sus calles los ocho kilómetros de la San Silvestre Vicalvareña. Hace ya un par de años que la cambié por la Vallecana, y hombre, aunque no es lo mismo, sirve para desquitarse del monillo de correr el último día del año. Así me he acercado esta mañana acompañado de mis dos hijos y mi cuñado, para juntarme en la zona de salida con otros dos amigos mas, sus respectivas mujeres e hijos, así como mi cuñada, otro cuñado y sobrinos. Toda una pandilla vamos..
Mis dos amigos Javi y David además se han pertrechado de sendos carritos en los que han portado cada uno de ellos a sus dos hijos, así que han ido bastante "lastrados" durante toda la prueba.
Antes de la salida de los mayores se han celebrado las carreras infantiles y en ellas hemos podido comprobar como alguno de los mas pequeños ya van disfrutando bastante de esta fiesta que supone correr rodeado de otros compañeros y amigos.
Con puntualidad británica, a las doce menos cuarto ha dado comienzo la prueba estrella, han sido ocho kilómetros y pico sobre un circuito a dos vueltas ya conocido al haber participado en otras ocasiones. La salida la he echo muy, muy lenta, ya que me he situado bastante atrás acompañando a cuñados y amigos.
En el primer kilómetro el ritmo ha sido de calentamiento sin poder prácticamente avanzar al estar bastante tapado. A partir de ahí ya he podido empezar a correr con algo mas de comodidad al abrirse bastantes huecos por delante.
Cerca del kilómetro dos he podido saludar al amigo Landes, al que veo bastante bien, llevando un buen ritmo, nos deseamos suerte y me voy un poco hacia adelante. Voy adelantando a algunos corredores y buscando sensaciones de competición que no llego a encontrar. El ritmo que llevo es un ritmo de maratón, y eso para una carrera de apenas ocho kilómetros significa ir muy lento, pero es lo que hay, mi cuerpo en este momento no da para más, y yo tan contento, al menos disfruto de poder correr.
Pasamos el kilómetro tres, y el cuatro también, hemos subido una pequeña cuesta en la que he adelantado a algún corredor mas. Voy saludando a gente que conozco, tanto dentro del pelótón de corredores como de la gente que anima desde las aceras, corredores del club Edwards, conocidos de mi pueblo, a mi propia familia que apostada en la larga avenida me envía sus ánimos.
Llega un momento en el que paro de adelantar gente, debo ir sobre el puesto veintitantos y de repente me pasa un Papa-Noel a toda pastilla para unos metros mas adelante aflojar el ritmo. Intento llegar hasta él pero no puedo, de respiración voy bien, pero mis piernas y sobre todo mi cadera no me dan mucho "cuartelillo" y me tengo que conformar con mantener el ritmo que llevo, que creo debe estar sobre los tres minutos treinta el kilómetro mas o menos.
La segunda vuelta la hago un poco más rápida que la primera y totalmente en solitario, con la única novedad de que cerca del kilómetro siete y una vez superada por segunda vez la única cuesta del recorrido consigo dar alcance al Papa-Noel y rebasarle. Cambio, como buenamente puedo, el ritmo y entro en la pista de atletismo a buen ritmo recibiendo los ánimos de mis hijos, sobrinos, cuñada, etc. que desde la grada observan la competición. Consigo atravesar el arco de meta parando el crono en veintinueve minutos clavados, lo que me deja bastante contento, creo que he quedado entre los veinticinco primeros y eso para mí, en mi estado actual de forma supone todo un premio.
Recogo la bolsa del corredor y me dirigo a las gradas donde recibo el cariño de mis familiares y donde saludo a bastantes amigos que poco a poco van llegando y finalizando su carrera. Conozco personalmente a "Vicalvarock" al que solo conocía a través de los foros y entre otros vuelvoa ver a "Landes" y a "Josero", dos tíos majos donde los halla y gente de la que merece la pena conocer.

Sin mas nos marchamos para casa, no sin antes tomarnos unas "cuantas" cervecitas en el mismo Vicálvaro en la casa de una familiar. Hablando con mi cuñado (quien va a correr por la tarde acompañando a mi sobrino la San Silvestre Vallekana) me entero que "Carlitos" un compañero de entrenamientos, de los que hacemos el grupo de amigos los sábados en Velilla de San Antonio, a última hora se ha cogido una gripe y no va a poder ir por la tare a la San Silvestre VAllekana a la que ya estaba apuntado... ahí queda ese poso, entre cerveza y cerveza...

Aquí acabaría la crónica del día, si no fuese porque mas tarde y después de haber comido en casa le comento a mi mujer que echo de menos el ambiente de Vallekas en un día como éste, que la Vicalvareña está genial, pero que Vallekas es Vallekas, y en estas andamos cuando recuerdo que mi cuñado me ha comentado que "Carlitos" tiene dorsal y no la va a correr. Se lo comento a mi mujer y me dice que si estoy a tiempo, por qué no le llamo y me voy a correr a Vallekas... A partir de aquí los acontecimientos se suceden vertiginosamente, llamo a Carlos, (Resulta que está en el Pueblo, pero su cuñado tiene su chip)... y no sé ni como ni de que manera me encuentro en el Metro disfrazado de no se qué, y camino de la salida de la SAn Silvestre Vallekana.
Todo sucede deprisa, desde el mismo Metro llamo a mi cuñado para intentar vernos en la salida y consigo localizarle en Nuevos Ministerios, me uno al grupo que forma junto a mi sobrino, algunos compañeros de trabajo e hijos de estos y todo se convierte en una fiesta, hay alguno de sus compañeros que también van disfrazados, la gente nos mira, algunos nos hacen fotos y en menos que canta un gallo nos vemos corriendo por las calles de Madrid inmersos en una impresionante marea humana que ocupa toda la calle Concha ESpina a lo largo y a lo ancho, es realmente increíble la cantidad de gente que llega a reunir esta carrera.
Podría hablar y no acabaría nunca de los numerosas sensaciones que se perciben, gente disfrazada de lo mas graciosa, mucho colorido, las aceras en algunos tramos a tope de gente animando. En esta carrera es un pecado hablar de tiempos o de ritmos por kilómetro, aquí se viene a disfrutar y nada más, para correr ya están el resto de carreras que se celebran durante el año.
Voy sudando como un pollo, y no por el esfuerzo sino porque llevo puesta una careta de goma que me está haciendo un efecto lifting en toda la cara, de la que me salen gotas de sudor por cada uno de los poros.
Voy chocando la mano con los cientos de niños que la extienden, aunque alguno al ver la "pinta" que llevo se asusta un poco.
Pasamos el kiómetro cinco en algo mas de media hora y vamos disfrutando en cada paso del buen ambiente que reina a nuestro alrededor, mi cuñado no para de gritar y contar chistes en voz alta y nos vemos rodeados de bastantes corredores que se unen a nuestra fiesta particular, son todos bienvenidos.
Al cruzar bajo la M-30 y encarar la Avenida de la Albufera ya en Vallekas el gentío es impresionante, se ponen los pelos de punta, la cuesta que en otras condiciones supondría un auténtico obstáculo, en esta ocasión ni se nota. La subimos en un periquete, mi sobrino (que es la primera carrera en la que participa en toda su vida) incluso se anima e incrementa el ritmo, y así rodeados de palmas y gritos de ánimos llegamos a meta inmersos en una auténtica fiesta del atletismo. Ha sido casi una hora de alegría conjugada con deporte y es que VAllekas tiene algo especial, ya casi la tenía olvidada puesto que en las últimas ocasiones había participado en la carrera internacional y ahí, aunque sigue siendo una fiesta, es todo un poquito mas serio.

Ha sido un día precioso festivo-deportivo para despedir al año 2010.
Ahora solo queda pedirle al 2011 que se porte bien con todos nosotros y que a poco que se esfuerce seguro que nos dará mas alegrías que el que acabamos de completar.

FELIZ AÑO PARA TODOS.
MUCHA, MUCHA SALUD.