miércoles, 25 de septiembre de 2013

CARRERA SAN FDO. HENARES 12/05/2013


CARRERA SAN FERNANDO DE HENARES 8 KM. 12/05/2013



Procedo a colgar esta crónica de la Carrera Popular de San Fernando de Henares, que ha sido otra de las pocas competiciones en las que últimamente he tomado parte, esta en concreto se celebró allá por el mes de mayo, en su decimosegundo día.

Al igual que en la pasada crónica de la Media Maratón de Madrid, la distancia en el tiempo de mas de cuatro meses desde que tuvo lugar, hace que se pierdan casi todos los detalles de aquel día, recordando vagamente lo que allí aconteció.

Recuerdo que seguía sin ganas de competir, pero una llamada a última hora de mi cuñado animándome a acompañarle, y visto que además de que hacía una mañana soleada y preciosa para correr, se podían hacer gratuitamente las inscripciones en el momento allí mismo, me decidí a acompañarle. En seguida pasó a recogerme y nos dirigimos a una gasolinera en Coslada donde se nos unió Luis, un amigo de mi cuñado y corredor que se está iniciando en este mundillo, y al que cada vez veo mas motivado.

Los tres juntos nos dirigimos a la zona de la carrera, concretamente al Polideportivo de San Fernando de Henares, donde una vez aparcado el coche nos fuimos derechos a realizar nuestras inscripciones. Por la zona podemos saludar a mas amigos, como por ejemplo a Juan, compañero de entrenamientos en Velilla de San Antonio y un fantástico corredor, ciclista y triatleta cuando se lo propone.

Con los dorsales bajo el brazo fuimos de nuevo al coche para cambiarnos y empezar a calentar. Se trataba de una carrera de ocho kilómetros totalmente desconocidos para mi, no en vano era la primera vez en la que asistía, aunque se trataba de su edición número treinta y cuatro, carrera con raigambre por tanto.

Según se acercaba la hora de la salida, las pistas de atletismo del polideportivo se iban llenando progresivamente de corredores realizando el calentamiento. Junto con Alejandro di unas cuantas vueltas a la pista y cuando ya estaba a punto de iniciarse la prueba nos situamos bajo el arco de salida. En un par de minutos nos deseamos suerte y dio inicio la prueba. Los de adelante salen disparados, y empiezan a pasarnos corredores por todos lados, por lo que aunque nos hemos situado en posiciones delanteras, lo cierto es que a la salida del Polideportivo ya nos hemos retrasado bastante.

Recuerdo que la salida la hicimos por una carretera llana y recta para poco después abandonarla y entrar en un parque con una gran zona verde y amplio camino de tierra. Allí remonté unas cuantas posiciones y me uní a un grupito que llevaba un ritmo constante y bastante majo. Dentro del parque patearíamos unos cuantos kilómetros, durante los cuales, después de abandonar el grupito inicial, fui continuamente adelantando a corredores hasta el punto de llegar a visualizar a los corredores de cabeza de los que me separaban escasamente cien metros.

Creo recordar que por un momento recobré las buenas sensaciones de un pasado cada vez mas lejano, e incluso hice un amago de irme a buscar la cabeza de la prueba, pero todo quedó en un intento ya que cuando la carrera volvió nuevamente al asfalto, y tras el giro de ciento ochenta grados en una rotonda, comprobé que las distancias aumentaban paulatinamente y ya fui consciente de que llegar a los primeros iba a ser imposible. Me concentré entonces en ir llegando hasta los corredores que iban quedándose descolgados y tratar de superarlos. Así, y tras alguna cuesta en la zona de chales, conseguía dar alcance y descolgar a algunos buenos corredores, entre ellos alguno de la Unión Atlética Coslada. El paso por la zona de chales se me hizo largo y estaba deseando terminar la carrera.

Al salir de nuevo a la carretera y enfilar dirección al Polideportivo comprobé que a escasos segundos por delante de mí tenía a tiro a otro corredor, por lo que apreté los dientes y me concentré en darle alcance, cambié el ritmo y aunque lejos todavía de meta confié en poder mantenerlo y así poder rebasarle. Al principio me pareció que lo conseguiría ya que en unos pocos metros le recorté bastante y casi le tenía a tiro, cuando alguien del público que debía conocerle le gritó algo para que apretase y así lo hizo despegándose un poco. En ese momento creí que sería cuestión de unos pocos metros y en seguida flaquearía, pero no fue así, su ritmo no decaía y yo llevaba ya unos cientos de metros intentando mantener vivo mi último cambio, por lo que aunque él ya no me distanciaba, lo cierto es que yo tampoco le recortaba. Así llegamos nuevamente a las pistas del Polideportivo donde tendría que quemar mi último cartucho si quería rebasarle, por supuesto contando con que mis ya castigadas piernas respondiesen a la petición de un último esfuerzo.

En la entrada a las pistas la distancia que nos separaba calculo que serían apenas veinte metros, por lo que creí factible el poder recortarlos. Nos restaba dar una vuelta casi completa al perímetro, en sentido anti-horario. Nada mas poner un pie en el tartán decidí echar el resto y comenzar a esprintar, consciente de no saber si poder aguantarlo hasta el final. El corredor que iba delante, constantemente giraba su cabeza para verme y así intentar tenerme controlado. En seguida se percató de mi último cambio de ritmo e hizo el lo mismo, durante unos cuantos segundos, los que tardamos en completar la vuelta, la lucha fue de igual a igual. Creo que conseguí recortarle algún metro, pero no lo suficiente como para poder llegar hasta él y adelantarle. Crucé la línea de meta sin haber podido alcanzarle pero con la sensación de haberlo dado todo y haberme vaciado, quizás si los primeros kilómetros los hubiese hecho a un ritmo mas alto el final hubiese sido distinto, o quizás no, nunca lo sabré.

Lo cierto es que llegué en el puesto número siete, habiendo clasificado en el cuarto lugar de los veteranos-A, de haber conseguido adelantar al corredor que me precedía en el último kilómetro hubiese subido al podium, ya que luego en la clasificación comprobé que se llevó la recompensa de haber sido el tercer veterano-A.

Una vez completada mi carrera, y después de recoger la bolsa del corredor, esperé la llegada de mi cuñado, de Luis, Juan y algún amigo mas, para una vez comentada la carrera despedirnos con la sensación de haber disfrutado, una vez mas, de una magnífica mañana deportiva.

La siguiente crónica que tengo pendiente es la del Cross Alpino Madrileño (Cross del Telégrafo) que corrí el día 16 de junio, a ver si me voy acordando de cómo fue aquello y os lo cuento, lo que si puedo anticiparos ya, es que fue la primera competición en la que me perdí y tuve que hacer algunos kilómetros mas de la cuenta.

Salud para tod@s.

viernes, 20 de septiembre de 2013

DE NUEVO POR AQUÍ A DAR LA LATA....



Hola de nuevo:

Después de muchos meses sin aparecer por aquí, lo primero que quiero hacer es pedir disculpas por mi pereza a la hora de sentarme y colgar alguna crónica mas. Lo cierto, y aunque no sirve de excusa, es que pocas cosas ha habido para resaltar, ya que desde el último resumen de la media maratón de Segovia, allá por el mes de marzo, me planteé seriamente el dejar de competir y casi lo conseguí. El motivo de haber llegado a esa conclusión no fue otro que la dichosa lesión en mi cadera que se ha vuelto tan irritable que es realmente como tener un grano en el culo.

Después de decenas de pruebas médicas (Radiografías, Resonancias, Resonancias de contraste, Atroresonancias, Gammagrafías, y algunas mas de nombres casi impronunciales..) al fin ya cuento con un diagnóstico definitivo del porqué de esos dolores que me acompañan desde hace ya algunos años, y tachán, tachán, … mi lesión es un “Choque femoro-acetabular en cadera derecha”. Ahh…. vale, y te preguntarás ¿y eso que cojones es?, pues eso mismo dije yo. Resulta que en el hueco donde se junta la cabeza de fémur (de ahí lo de femoro) con la cadera derecha, tenemos un cartílago (“lambrum” lo nombran los galenos), que hace las funciones de lubricador entre ambos huesos, (vamos lo que viene siendo un “aceitero” o “engrasador”, para irnos entendiendo…) y ese jodido cartílago lo tengo desgastado y como consecuencia chocan hueso con hueso y de ahí los pinchazos y dolores. Y te preguntarás, (y si no te lo preguntas da igual porque lo pregunté yo)….¿Y eso tiene cura?, a lo que te indico literalemente la misma respuesta que el amable traumatólogo me soltó: “Estamos hablando de un cartílago, que es una de las pocas partes de nuestro cuerpo que no se regenera, por lo que si usted encuentra alguna forma de poder recuperarlo, hágamelo saber y nos hacemos ricos los dos”…. Y en esas ando, en encontrar el modo de hacerme rico, y de paso curar mi cadera, aunque chico, ya han pasado varios meses y ni una cosa ni la otra, pero no yo desisto en el empeño…

Con esta premisa, sumada a los dolores que en algunos días eran realmente fuertes, me planteé el no competir mas, peeeeeeeeeeeeero: Estaba ya apuntado a la Media Maratón de Madrid que se iba a celebrar el día siete de abril, así que como a borrico no hay quien me gane para allá que me fui junto con mi cuñadito del alma a terminar de joderme la cadera y sin haber entrenado prácticamente ningún día.

La crónica de esta media maratón, lejos de lo que suele ser habitual, va a ser muy cortita, y no me voy a extender mucho en ella por dos motivos: El primero es que después de casi seis meses ya, no me acuerdo de casi nada, mi memoria no da para mas, y el segundo porque fue un desastre absoluto del que mejor pasar pronto página. En resumen, la carrera podría describirse de la siguiente manera:



Llegué al céntrico Parque Madrileño del Retiro, acompañado de mi cuñado en una mañana, creo recordar que soleada y algo fresquita, (aunque siendo sincero no recuerdo en absoluto como narices era climatológicamente la mañana, me lo imagino porque en las fotos se ve un día claro y yo voy con guantes… ), lo que sí recuerdo perfectamente es que ya iba tocado y con pocas ganas de correr, al igual que me había pasado en la anterior Media Maratón en Segovia.

Desde la salida ya me di perfecta cuenta que la cosa no marchaba, las piernas no empujaban, (lógico, si no había entrenado nada, ¿que coño esperaba? ) muchas molestias en la pelvis y respiración disparada, así que, relájate machote, pon piloto automático y a sumar kilómetros.. Recuerdo que hasta el kilómetro diez me costó mucho coger ritmo, luego ya una vez calientes los músculos parece que la cosa mejoró, aunque no mucho, apenas fue un espejismo de cinco kilómetros. Cogí a algún grupito que iba por delante y me mantuve todo el tiempo “chupando rueda”, pero a partir del quince llegó el suplicio, las sensaciones eran las mismas a las que se puedan tener a partir de un kilómetro treinta y pico en maratón, atrancado, sin ritmo, respiración alterada, sudando muchísimo, y para postre los dichosos pinchazos en la pelvis. Me costó un mundo superar la cuesta hasta acceder al Retiro, y con las peores sensaciones que he tenido en ninguna carrera, atravesé la meta, maldiciendo mi estado de forma y mi lesión.

Esperé la llegada de mi cuñado, (al menos, éste sí mas contento) y para casa con la sensación de estar totalmente fuera de punto y roto.

A partir de esta carrera, todas mis aspiraciones deportivas se basarían únicamente en salir a entrenar tranquilito los días que me encontrase mejor y no hacer ningún entrenamiento de calidad, sino simplemente salir a rodar e intentar disfrutar del atletismo por el simple hecho de practicarlo, con la firme intención de no participar en ninguna competición mas, y en el caso de hacerlo si me encontrase mejor, por supuesto que no ir a disputarla, sino simplemente a participar… aunque una cosa es lo que se piensa y otra lo que luego se hace, aunque eso será motivo de la siguiente crónica que prometo no tardará mucho en llegar, ya que después de la Media de Madrid, todavía llegarían la Carrera Popular de San Fernando de Henares, El Cross Alpino del Telégrafo, La Media Maratón de El Escorial, y mas recientemente la Milla de Velilla de San Antonio, pero esas ya las dejo para otro ratito en el que a mí me entren las ganas de escribir y a ti no se te quiten las de seguir leyendo.

Salud para tod@s.