lunes, 4 de febrero de 2008

CROSS DE CARNAVAL BARAJAS 2008


Me he levantado con las piernas muy, muy cargadas, las noto pesadas y la sensación es de fatiga, no en vano ayer sábado hice con mis amiguetes de Velilla de San Antonio una de las tiradas laaaaargas previstas como preparación para el próximo maratón de Sevilla, que lo tenemos ya a la vuelta de la esquina. Al final fueron dos horas corriendo por unos caminos rústicos y agrestes pero rodeados de pura naturaleza que hicieron de la mañana una fantástica excursión por los alrededores de la Laguna del Campillo, a ritmo suave y constante aunque algo más vivo al final de la mañana. Pero vamos al grano....

Salimos de casa alrededor de las once y media de la mañana, tengo la suerte de vivir muy cerca del parque Juan Carlos I, por lo que en apenas cinco minutos estoy aparcando el coche el parking junto a la avenida de Logroño. En esta ocasión me acompañan mi mujer Lourdes y mis dos hijos Pablo y Lucía, nada mas bajarnos del coche ya podemos observar el circuito donde se va a desarrollar la prueba, está delimitado con unas cintas que se mueven a merced del aire que nos acompaña en esta mañana de domingo, por lo menos de momento no llueve, y aunque tímidamente luce el sol. Nos encaminamos al lugar donde se están realizando las inscripciones y en apenas dos minutos ya tengo el dorsal, es pronto todavía por lo que nos da tiempo a presenciar alguna de las pruebas de cadetes, infantiles, así como de discapacitados psíquicos, en esta última cabe destacar la gran ilusión con la que todos y todas afrontaban la carrera, daba gusto ver sus rostros en la línea de meta, se sentían como lo que son, auténticos campeones.

A medida que se acerca el momento de tomar la salida, el cielo se va tornando mas gris y unos nubarrones amenazantes se ciernen sobre nuestras cabezas, así en pocos minutos empieza débilmente a caer una fina capa de lluvia que en los primeros momentos mas parece ser agua-nieve. Aprovechamos la presencia de un furgón que se encuentra estacionado a escasos cinco metros de la línea de salida para refugiarnos toda la familia en uno de sus costados, bien pegaditos a él no parece que el aire y la lluvia nos afecten de lleno. Doce y cuarto de la mañana, ha llegado la hora de despojarme del chándal y así lo hago aunque con mucha pereza, la verdad que con el día que hace no apetece nada quedarse en pantalón corto, que frío, cada vez el agua precipita con mas fuerza y no hay ningún signo que pueda indicar que el panorama vaya a cambiar.

Caliento lo que puedo y cuando ya me despido de los niños y mi mujer para ir a tomar la salida, Lucía la mas pequeña junta sus piernecitas una con la otra y urge amenazante: “Me hago pis, me hago pis....” y claro, no es cuestión de que Lourdes pertrechada con dos mochilas, un paraguas y mi abrigo se ponga manos a la obra, así que pongo a la pequeña a hacer sus necesidades fisiológicas mirando de reojo al señor de bigote que mantiene en una mano la pistola y en la otra un megáfono inquisidor que no hace otra cosa sino amenazar con dar la salida de inmediato, por favor, espera un poco, solo un minuto mas..... Una vez aliviada la pequeña, precipitadamente me coloco en la salida al tiempo que suena la detonación que marca el comienzo de la prueba.

Recorremos unos cientos de metros antes de girar a la derecha y comenzar una subida por camino de tierra que nos hace bordear un pequeño cerro coronado por cuatro cipreses que se alzan altivos, contemplando desde su puesto de honor los avatares de esta carrera. Estos primeros compases discurren tranquilos y en la cabeza de la prueba formamos un grupo numeroso de atletas muy juntos unos de otros, no sé si debido al agua y al viento que nos azota y como si de esta manera quisiéramos resguardarnos de ellos.

Uff, no llevamos ni un kilómetro y tengo la sensación de llevar dos corchos por piernas, está claro que el esfuerzo de ayer me está pasando factura y voy bastante atrancado. La mentalidad bien, la respiración también bien, el motor perfecto, pero las piernas van tocadas, la musculatura de toda la zona está afectada y así me lo hace saber a cada zancada que doy. Seguimos todos unidos y en uno de los primeros giros a la izquierda por poco nos llevamos por delante a un perro que se encuentra en medio del circuito, a la dueña y la madre que los parió....¿pero es que no se dan cuenta que están en medio?? Pero si se han tenido que agachar para pasar las cintas.... en fin,....

A partir de ese momento ya hay un corredor que ha tomado la iniciativa y se despega unos metros, intento seguirle pero las piernas no están para fiestas, simplemente no van. Al paso por la primera vuelta me marcan que quedan tres mas ¿pero no eran cinco??? Bueno pues mejor, menos sufrimiento, pero no era lo previsto. Recibo los ánimos de mi familia que pertrechados debajo de un paragüas andan por allí apostados, me marco mi ritmo y así continúo corriendo metros, subiendo, bajando y todo bajo un buen chaparrón, tanto que del agua se me ha desintegrado el dorsal y llevo lo que resta de él en la mano. En la segunda vuelta ya estamos doblando a gente, tal y como era previsible, cada uno lleva su marcha y solamente con estar aquí ya demostramos el espíritu deportivo y la capacidad de sufrimiento que todos tenemos.

Los tramos, salvo unos pocos metros de cemento, son todos de tierra y hierba, aunque soportan bien el chaparrón y el castigo al que les sometemos con nuestros cientos de pisadas, en algún punto se hace algo resbaladizo, pero nada que no se pueda superar.

Nuevo paso junto a meta y nueva vuelta completada, ahora me marcan que restan dos mas y me encuentro situado en la segunda posición, al primero le veo de lejos y para atrás prefiero no mirar aunque en algún giro soy consciente que si mantengo este ritmo no me van a dar caza fácilmente. La carrera sigue siendo un constante doblar a corredores con vuelta perdida, es un goteo incesante y muchos de ellos me animan cuando los dejo atrás, se agradecen esos gritos de apoyo tipo “vamos máquina” (aunque hoy la máquina ande algo fundida), y se agradecen todavía mas si cabe sabiendo el esfuerzo que están realizando y que probablemente no tengan casi fuerzas ni para tomar aire.

Ultimo paso y me marcan que es la última vuelta, el aire y el agua siguen queriendo tener el protagonismo en esta mañana, al menos, en las pruebas de las categorías inferiores les ha respetado a los chavales, incluso en alguna de ellas han corrido con sol. Nosotros somos ya perros viejos en esto y aunque estas condiciones son siempre molestas quizás no nos afecten tanto. Mas ánimos de mi familia a los que veo perfectamente y en los que clavo mi mirada, y nueva subidita para bordear el cerro de los cipreses.

Completo la última vuelta sin cambiar apenas el ritmo, soy consciente de que al primero no le pillo ni de coña, así como que tampoco los de atrás me van a dar alcance, las distancias en ambos casos son muy amplias. Cruzo la línea de meta empapado en agua, y paro el crono en un tiempo de 20:16, está clarísimo que no han sido los siete kilómetros previstos y si han llegado a seis habrá sido por los pelos. Uno de los organizadores de la prueba toma nota en una pequeña libreta de mi nombre y el puesto que he realizado con un bolígrafo al que el efecto del agua apenas le deja cumplir su cometido.

Mi mujer y mis hijos me reciben con un beso y enseguida me pongo ropa de abrigo para no resfriarme, en este momento no sé que es lo que me calienta mas si la ropa o el cariño de mi familia.

Continúa lloviendo y continúan llegando corredores, ahora toca esperar a la entrega de trofeos, pero Lourdes y Lucía con buen criterio deciden esperarnos en el coche, se están quedando frías y no es cuestión de cogerse aquí un constipado.

En pocos minutos la organización hace entrega de los trofeos y así recojo el de primer clasificado en la categoría de veteranos, subo a lo mas alto del podium acompañado de mi hijo Pablo, al que la linda copa que nos entrega una de las autoridades allí presentes y que como el resto aguantan estoicamente bajo la lluvia, le hace infinitamente mas ilusión que a mí, a tenor del brillo de sus ojos,. Saludo a mis compañeros de podium, uno de ellos me enteraré a la postre que también es asiduo del foro de la web de http://www.elatleta.com/ y que responde al nick de jmaaranzabal, todo un campeón, si señor.

Justo en la entrega de trofeos es el momento en el que no llueve, por una vez la climatología ha decidido darnos un respiro. En resumen ha sido una carrera en la que tal vez no debería haber tomado parte debido al esfuerzo del día anterior, pero que leches, a veces hago cientos de kilómetros para participar en otras muchas ¿cómo no iba a correr en la única que se celebran a escasos metros de mi casa?.

No quiero dejar pasar la oportunidad de felicitar y dar las gracias a la organización y a todos los voluntarios que durante toda la mañana aguantaron bajo la lluvia dándonos ánimos y a buen seguro pasando bastante frío como denotaban sus rostros, sin vosotros todo esto no sería posible y tenemos que estaros todos muy agradecidos. Mi mas sinceras gracias.

Ahora a pensar en la siguiente cita, que no es otra que la Combi 2 de Torrejón de Ardoz, eso sí, con el rabillo del ojo puesto ya en el Maratón de Sevilla.

Salud.

2 comentarios:

Landes dijo...

Impresionante crónica, impresionante carrera e impresionante la calidad humana que demuestras con frases como esta "y se agradecen todavía mas si cabe sabiendo el esfuerzo que están realizando y que probablemente no tengan casi fuerzas ni para tomar aire"

¡Noragüena! nos vemos en Torrejón, aunque me temo que te veré el culo como mucho :P

Alex dijo...

En este deporte sufrimos TODOS, desde el primero hasta el último, y casi te diría mas, apostaría a que el último sufre aún mas al estar mas tiempo corriendo.

Me alegro que te haya gustado la crónica, la próxima si todo va bien será la de Torrejón, espero saludarte allí personalmente.

Alex.