martes, 21 de octubre de 2008

CARRERA DEL CSIC 19/10/2008


Me he levantado sin ningunas ganas de correr, es mas, a no ser porque he quedado con mi cuñado para que venga a recogerme, creo que hoy sería la primera vez en mi vida que horas antes de una carrera me daría la vuelta en la cama y me quedaría tan pancho durmiendo.

Son las 07:00 de la mañana y me cuesta horrores el levantarme, voy directamente al baño ya que ando con la “tripa” algo suelta. Desayuno algo ligerito, cojo el dorsal y me bajo a la calle donde ya me está esperando Alejandro. A las 08:00 ya estamos en la zona de recogida de chips donde esperamos a nuestros amigos de Velilla de San Antonio y alguno más.

El suelo está mojado y con bastantes charcos, ya que ha estado lloviendo durante la noche y el cielo no se sabe muy bien como está en estos momentos, ya que todavía no hay la suficiente claridad como para poder comprobarlo, aunque parece estar encapotado, ojala que no llueva porque generalmente no me gusta mojarme, pero hoy especialmente menos que nunca.

Por la zona de la recogida de los chips podemos ver a Martin Fiz charlando con algunas personas y también vemos pasar a la triatleta Ana Burgos, hay muchos corredores del Club Clínicas Menorca, a los que se les identifica fácilmente por sus ropas de color amarillo.

Enseguida van llegando nuestros amigos y cuando ya estamos todos nos encaminamos hacia la zona de la salida.

A las nueve en punto comienza la prueba, esta vez me he situado algo relegado de los puestos cabeceros y aun así la salida es como siempre “vertiginosa”, y mas teniendo en cuenta que en esta ocasión es en clara bajada por la calle Serrano. En los primeros metros tomo el lateral derecho de la calle apartándome hacia un lado y dejando paso a los corredores que inician la prueba con mas ímpetu que el que yo tengo en la mañana de hoy. Así me pide paso Roberto, un amigo con el que hay veces que coincido en algunas carreras y que mucho mas joven que yo se impone un ritmo de salida mas vivo, nos saludamos brevemente y se pierde entre la maraña de corredores que me preceden.

Al paso por el primer kilómetro la cosa ya se tranquiliza un poco, y así yo también empiezo a ajustar mi ritmo de carrera hasta que consigo llegar hasta un pequeño grupito donde en el centro muy bien escoltada viaja Ana Burgos, nuestra representante olímpica en Pekín en la prueba de triatlón.

Antes de llegar a la Plaza de la Independencia (Puerta de Alcalá para entendernos), giramos noventa grados a la derecha buscando los Paseos de Recoletos y de la Castellana. En este punto abandono el grupito de Ana e intento progresar hasta otro pequeño grupo donde compite la clasificada como tercera chica según marca el cartel de la bicicleta que la acompaña, al llegar hasta ella compruebo que se trata de otra gran atleta como es Isabel Checa. Durante un rato me mantengo en ese grupo, hasta el momento en el que un par de atletas saltan de él y decido unirme a ellos. Así conseguimos enlazar con el siguiente cuarteto que nos precede y del que va tirando mi anterior citado amiguete Roberto.

Estamos iniciando la interminable subida por el Paseo de la Castellana y mis sensaciones son de ir como se suele decir con el “gancho puesto", no voy cómodo en este grupo, llevan un ritmo que me parece alto y me mantengo en todo momento a la cola y procurando no perder el contacto. Constantemente tiran de él Roberto y otro corredor del Clínicas Menorca, en otra situación procuraría yo también entrar a los relevos pero no tengo yo hoy mi día y voy sufriendo, así que bastante tengo con aguantar el ritmo que marcan. De vez en cuando mi estómago me manda algún “retortijón” para recordarme que hoy “el horno no está para bollos”.

Hacia la mitad de la subida por la Castellana, de uno de sus laterales ha surgido Jose Félix, mas conocido como “El Somalí”, un gran atleta y ganador de bastantes pruebas populares, quien nos acompaña algunos metros y nos da ánimos para seguir adelante.

Poco a poco el grupito se va desmembrando y de los seis u ocho que comenzamos allá por las cercanías de los dominios de la Diosa Cibeles, ahora quedamos cuatro.

Antes de llegar a la plaza de Cuzco, adelantamos a la segunda chica, una Keniata que está empezando a acusar el esfuerzo de haber salido a un ritmo muy vivo, a nada que se despiste y afloje podría perder ese segundo puesto a favor de Isabel Checa que algo mas retrasada nos sigue a buen paso.

Volvemos a girar otros noventa grados en la Plaza de Cuzco para enfilar la calle Alberto Alcocer que nos da un pequeño respiro, aunque enseguida el perfil se vuelve a tornar desfavorable hasta coronar el paso por la Plaza de la República Dominicana. En este punto ya hay un corredor que aumentando el ritmo se nos ha escapado del cuarteto, a ese cambio intenta responder Roberto, pero no termina de llegar hasta el escapado, por lo que se abre una brecha que a la postre resultaría insalvable. Por mi parte no tengo fuerzas para dar una respuesta y me tengo que conformar con mantener el ritmo que traigo, que no es poco, conmigo se queda el chaval del Clínicas Menorca.

En el tramo de subida comprendido entre las Plazas de las Repúblicas de Ecuador y el Salvador, ya Roberto se nos ha escapado definitivamente y noto que tampoco voy a ser capaz de mantener el ritmo que progresivamente va aumentando el corredor del C.Menorca. Categóricamente puedo afirmar que hoy “no ando un carajo”, y así se me escapa también este último y me quedo mas solo que la una, al menos intento que no se me marche demasiado.

Iniciamos ya el tramo final por la calle Serrano y en bajada. Tomo como puedo un poco de aire e intento incrementar el ritmo para volver a tomar contacto con el corredor del Menorca, cosa que no consigo, pero al menos tampoco logran llegar hasta mí los que me persiguen, que no son pocos.

Últimos metros de la prueba, giramos nuevamente otros noventa grados para abandonar la calle Serrano y encauzar ya la recta de meta. Ahora ya, cabreado conmigo mismo, es cuando quemo mi último cartucho, me deben separar unos seis u ocho metros del corredor que me precede e intento a la desesperada darle alcance en el sprint final, así me lanzo definitivamente a su caza y poco a poco veo que le voy recortando algún metro, esto unido a que al público estos esprines agónicos son lo que les gusta y rompen en aplausos, me da las fuerzas que durante toda la carrera me han faltado para poder llegar hasta él y rebasarle justo debajo del arco de meta....... Estoy tocado y hundido.

Al final el crono no ha sido tan malo como las sensaciones me hacían pensar, por lo que tengo que estar contento con la marca, no así con las sensaciones que fueron pésimas durante toda la prueba. Espero la llegada de algunos de mis amigos, recogemos una buena bolsa del corredor y comentando la carrera con mi cuñado abandonamos las instalaciones del CSIC, quien un año mas nos ha obsequiado con una buena organización.


Salud

3 comentarios:

Landes dijo...

Da gusto leer tus crónicas ¿porque no pruebas de comentarista deportivo alguna vez? ;)

Y la marca, como siempre, estratósferica para algunos de nosotros a pesar de tus malas sensaciones.

Un saludo.

Alex dijo...

Uhmmm... comentarista deportivo, seguro que con eso sudaría menos que corriendo, je, je....

¿Te has fijado en la camiseta que llevé puesta?... ya sabes a quien tengo que agradecérselo.

Un saludo
Alex.

Landes dijo...

Si me he fijado, si ;)