martes, 18 de noviembre de 2008

TROFEO JOSE CANO 2008


Comienza un nuevo día y me levanto tras una noche donde he podido dormir algo mas de lo que vengo haciéndolo últimamente. Me levanto a eso de las ocho de la mañana con la intención de desayunar tranquilamente y marcharme andando hacia Canillejas de donde me separa media hora dando un tranquilo paseo. Como casi siempre los planes habiendo niños en casa no sirven para nada, lo digo porque nada prepararme el desayuno y tras calentarme una taza de leche calentita con miel, aparece por el salón mi hijo mayor, dando buena cuenta de mi desayuno. Vuelvo a la cocina a preparármelo de nuevo y a continuación aparece mi hija la pequeña , quien también da buena cuenta de esta segunda taza de leche. Al final, al tercer intento consigo desayunar y ya salgo de casa con el paso algo mas ligero del previsto.

La mañana comienza con las carreras infantiles, donde participa uno de mis sobrinos. Junto con mi hermana, otro de mis sobrinos y mi cuñado vemos la prueba infantil para luego dirigirnos andando hacia la salida. Cerca de la Avda. de Guadalajara nos despojamos de los chandals y se lo entregamos a mi hermana quien vuelve sobre sus pasos para ver la llegada a meta.

Llegamos a la zona de la salida donde ya se respira un ambiente pre-carrera con bastantes corredores pululando por la zona. Nos dirigimos a una pequeña carpa situada cerca de los camiones del ejército que ejercen funciones de guardarropa, y uno de los organizadores de la prueba me entrega el dorsal y el chip que me tenían reservado y que con una numeración comprendida entre los 100 primeros me permite salir bastante bien situado.

Antes de calentar nos reunimos con varios amigos con los que generalmente entrenamos los sábados por Velilla de San Antonio y tras algunas bromas nos vamos situando y tomando ya posiciones. Me despido de ellos y me dirijo hacia el arco de salida donde me encuentro con bastantes corredores conocidos a los que saludo. Después de calentar algunos minutillos nos vamos situando ya en el corralito donde la organización debería tener reservado el espacio para los 100 primeros dorsales, y donde al no haber hecho bien su trabajo se les han colado corredores de todos los niveles, no quedando espacio físico para los corredores a los que está reservado el sitio. Así a la hora en la que debería dar comienzo la prueba todavía estamos situados por delante de las alfombrillas que controlan el cronometraje y los organizadores intentando por la megafonía que mas de 5.000 tíos retrocedan sobre sus pasos para dejar hueco adelante.

Pasan algunos minutos hasta que por fin conseguimos colocarnos bajo el arco de salida, a mi lado, codo con codo, se encuentra Aurora Pérez, estupenda atleta ya veterana, así como otros muchos atletas de reconocido prestigio.

Comienza la prueba y la salida, como ya es costumbre, se hace vertiginosa. Algunos empujones y codazos en los primeros metros, y un recorrido en el que el giro de noventa grados nada mas salir no ayuda en absoluto. A partir de ahí una larga recta donde poco a poco cada uno va buscando su sitio, y algún zig-zag antes de embocar la ligera subida por la Av. de Guadalajara. Hasta el momento hemos salido con un ritmo muy vivo, me encuentro justo detrás de Emiliano Roncero, concretamente en un grupito que encabeza J.L. Capitán y donde algunos corredores nos agrupamos al rededor de la atleta española Dolores Checa, quien a la postre sería la tercera clasificada en categoría femenina.

Una vez mas mi cronómetro me abandona en las citas importantes y ya en la salida se le volvieron a llenar la pantalla de ochos quedando inservible para usarlo como referencia en los tiempos de paso. Empiezo a pensar que tantos pulsómetros, Gps, Fores y demás cacharros a su alrededor no le sientan bien, en fin, el caso es que no funcionó y he ido toda la carrera sin referencias, le pediré uno nuevo a los Reyes Magos.

Me da la sensación de hacer los primeros kilómetros a un ritmo de en torno a 3:15 el kilómetro, pero como no funciona el crono no puedo certificarlo. Sea como fuere el caso es que abandonamos la Av. de Guadalajara y enfilamos Hnos. García Noblejas, incrementamos algo el ritmo, se nota que ahora es cuesta abajo y con esa misma cadencia abordamos los comienzos del Parque Paraíso. Sigo corriendo junto a Capitán y a Dolores Checa hasta que a mitad del Parque, cuando comienza la ligera subida que desemboca en la Ctra. De Vicálvaro, no puedo seguir su ritmo y me descuelgo ligeramente. Antes de hacer el giro de ciento ochenta grados y volver nuevamente hacia la calle Hnos. Garcia Noblejas, nos cruzamos con los corredores y corredoras que encabezan la prueba, así vemos a un Ricardo Serrano que mantiene el tipo junto a los Africanos, como también a las dos primeras keniatas a las que en el día de hoy no hay quien las tosa, van destacadas y con una buena ventaja sobre el resto.

Volvemos a cruzar el Parque y la salida del mismo se hace larga hasta rebasar una gasolinera y girar a la derecha para pisar nuevamente terreno favorable. Desde aquí en adelante el desnivel va a jugar definitivamente a nuestro favor, por lo que me relajo unos metros, tomo aire y me lanzo ya en busca del último tercio de la prueba. He perdido mucho tiempo en los dos últimos kilómetros, pero al tratarse de una carrera rápida voy siempre acompañado, ya que corredores que venían por detrás me dan rápidamente alcance. Giramos nuevamente noventa grados a la derecha y encauzamos la calle Emilio Muñoz, ahora ya el tramo será totalmente recto y en bajada hasta llegar a la meta. No voy a gusto, noto que salí demasiado rápido y ahora lo estoy pagando, aún así, voy haciendo constantemente “la goma” con algunos corredores, me acerco, se alejan, les paso, me pasan, así hasta unos cien metros antes del arco de llegada donde no puedo dejar de saludar a mis hijos y mi mujer que junto con mi hermana y sobrinos me aplauden desde un lateral. Me aparto un poco hacia la izquierda y cocho las manos de los mas pequeños, solo me queda pasar por debajo del arco de meta en unos discretos 33 minutos y 11 segundos.

He echo peor tiempo que el año pasado por unos veinte segundos, pero también soy un año mas mayor ya cuarentón, así que he de estar contento.

Me reúno con mi familia y espero la llegada de mi cuñado y el resto de amigos, con quienes después nos iríamos a comer. Abandonamos Canillejas observando unas aglomeraciones terribles, tanto en el final de la prueba para recoger el trofeo y la pobre camiseta, como también en los guardarropas, se nota cierto caos en ambos casos.

Un día perfecto para correr, una carrera mas para la historia y una carrera mas sin lesiones graves.

Salud.

2 comentarios:

Landes dijo...

Vaya otra enhorabuena de mi parte por esos "discretos" 33'11'' Un poco aséptica esta crónica para lo que nos tienes acostumbrados ¿no? ;)

Nos vemos el domingo aquí en Torrejón.

Alex dijo...

El domingo efectivamente estaré por tu barrio, espero saludarte personalmente.

Gracias por la enhorabuena, aunque personalmente no quedé muy satisfecho con mi carrera, de ahí a lo mejor la crónica tan sosa que me salió, je, je...

un saludo
Alex