lunes, 22 de marzo de 2010

MEDIA MARATON LISBOA 2010 (RECORD MUNDO)








Acabamos de volver de Lisboa donde hemos pasado tres días inolvidables, ésta vez hemos ido sin los niños, por lo que hemos sido un poco mas “libres” al no estar tan sujetos a horarios de comida, descansos, etc...En esta ocasión hemos viajado mi mujer, mi hermana, mi cuñado y yo mismo.

El viaje comenzó el pasado Jueves día dieciocho de marzo a eso de las ocho de la tarde cuando nos pusimos rumbo a Toledo para recoger la Autocaravana (A.C.)con la que nos desplazaríamos a Lisboa y tener así con ella resuelto el tema del transporte, el alojamiento, las comidas, etc... una opción muy, muy cómoda y recomendable para viajar. Este tipo de vehículos van dotados con todo tipo de comodidades (Cocina, nevera, camas, duchas, w.c., televisión, calefacción, aire acondicionado, etc..) que los convierten en auténticas casas rodantes. Una vez recogida la A.C. enfilamos hacia Lisboa por una carretera de Extremadura menos atascada de lo previsible, así que paramos a cenar en Almaraz y continuamos hasta llegar a eso de las cuatro de la madrugada a nuestro punto de destino, aparcamos la A.C. junto a la Torre de Belém y nos echamos a dormir justo cuando comienza a llover.

Amanece el viernes día diecinueve de marzo, día del padre, un día que se presenta gris y que nos recibe con los restos de la fuerte lluvia que ha estado cayendo durante las últimas horas sobre Lisboa. En estos momentos no llueve y alrededor de las siete de la mañana mi cuñado Alejandro y yo salimos con la intención de correr durante una hora por los alrededores. Así hacemos un entrenamiento paralelos al río Tajo y bordeando los principales monumentos que se encuentran en su rivera, como son la propia Torre de Belém último edificio que los marinos veían cuando se embarcaban en sus viajes de descubrimientos, también el impresionante monumento en piedra levantado en honor a éstos mismos Descubridores, así como otro monumento erigido en recuerdo al soldado fallecido que se encuentra permanentemente custodiado por dos soldados pertrechados dentro de sendas garitas y con un fuego en mitad de la escultura igualmente inquebrantablemente encendido. Es un entrenamiento tranquilo y cómodo a no ser por el empedrado que pisamos que se trata de pequeños trozos de piedra cuidadosamente incrustados en la tierra por los que resulta duro y peligroso correr.

De regreso a la A.C. las chicas ya se han levantado y desayunamos juntos, al estar muy cerca de la zona donde hemos de retirar los dorsales de la media maratón decidimos aprovechar para recogerlos en una descolorida feria del corredor, para después tomar rumbo a Estoril y Cascais. Recorremos la preciosa zona costera que separa Lisboa de Cascais, parando a visitar el Casino de Estoril. El día comienza a abrir y entre las nubes se cuelan unos esperanzadores aunque tímidos rayitos de sol, hemos aparcado sin problemas la A.C. y tranquilamente y con toda la calma del mundo recorremos las calles mas céntricas de Cascais y disfrutamos de las vistas de su linda playa.

Pasado el mediodía y para no perder las buenas costumbres decidimos hacer un alto para tomar el aperitivo, y así lo hacemos en una terracita situada en una de las plazas mas céntricas de Cascais, bajo un sol agradecido y con unas buenas cervezas fresquitas que nos sientan de maravilla. Una vez repuestas las fuerzas retomamos la A.C. rumbo al Parque Natural de Cascais-Sintra. Solo deciros que los paisajes son impresionantes, un lugar muy recomendable para visitar si alguna vez os dejáis caer por Portugal. Hacemos una paradita junto al faro del Cabo de Roca donde sopla un fuerte viento y dado que son cerca de las tres de la tarde decidimos comer allí mismo, total llevamos la cocina puesta. Así las chicas preparan una magnífica paella, que junto al Pan artesano que hemos adquirido en Cascais y a las cervezas frías, frías que llevamos en la nevera, hacen que disfrutemos una comida para enmarcar, después de la cual las chicas y mi cuñado deciden salir a hacer mas fotos del lugar mas occidental de toda Europa y yo opto por echarme una buena siesta reparadora que me sienta estupendamente.

La siguiente parada que tenemos programada es en el pueblecito de Sintra, del que toda la gente habla maravillas, así que arrancamos la A.C. y para allá que nos marchamos. Seguimos dentro del Parque Natural por una carretera bellísima aunque entretenida a la hora de conducir, repleta de curvas, subidas y bajadas, pero muy divertida para disfrutar de la conducción para la gente que como a mí nos gusta el volante. Aquí tengo que decir que los Portugueses, en lo que se refiere a obras, son bastante desastrosos, lo digo porque nos tropezamos con un tramo de obras en la carretera donde han instalado un semáforo de éstos portátiles que se encuentra en verde y un señor con una banderita dándonos paso, para a continuación cuando estamos en mitad del tramo en obras y de un solo carril, toparnos con coches de frente a los que otro obrero en la parte opuesta está dando paso también, peligroso, peligroso, tengo que frenar y entre maniobras de unos y otros conseguimos escapar de esta ratonera.

Da pena que se acabe esta carretera, pero en poco rato hemos llegado a Sintra en donde intentamos acceder a la parte alta siguiendo unos carteles de “Centro Ciudad”. Esta tarea no es fácil al tratarse de un pueblecito de calles estrechas y muchas pendientes, y menos aún tratándose de una A.C. de cinco metros de largo, así que donde podemos la aparcamos y continuamos la visita “a pata”. De Sintra voy a decir mas bien poco, ya que sería imposible describirla con palabras, es uno de esos lugares que por mucho que te cuenten si no lo visitas no sabrás nunca de lo que te hablan, sencillamente BELLÍSIMA, y eso que nos dejamos mas de la mitad de los sitios sin visitar, a mi entender se necesitan al menos tres días para verla en toda su grandeza.

A media tarde y cuando empieza a anochecer nos tomamos un riquísimo café que nos sabe a gloria, yo que no soy muy cafetero, he de reconocer que en pocos sitios he tomado un café tan bueno como el que esa tarde degustamos en Sintra y además barato.

De Sintra nos marchamos ya por autovía de vuelta a Lisboa, donde una vez aparcada la A.C. nos damos un homenaje en forma de Almejas y Bacalao típico Lisboeta en un bar repleto de comensales en las cercanías del esplendoroso Monasterio de Los Jerónimos, todo ello como es lógico acompañado de unas buenas jarras de cerveza.

Tras un breve paseo junto al río Tajo y con las imágenes y sensaciones vividas a lo largo de todo el día grabadas en nuestras retinas damos por finalizado el día y nos vamos a dormir.

El sábado día veinte también nos recibe con un fina lluvia que se para justo en el momento en el que mi cuñado y yo salimos a correr con la intención de hacer mas o menos media horita tranquila, ya que mañana tendremos veintiún kilómetros por delante. Ésta vez nos dirigimos en dirección al Puente 25 de abril, un auténtico coloso de hierro que se alza imponente abrazando las dos márgenes del río Tajo. Una vez completado el breve entrenamiento desayunamos una vez mas en compañía de las chichas y nos vamos a visitar Lisboa. Comienza nuevamente a llover de una forma tímida justo cuando tomamos un moderno tranvía que nos acerca al corazón de la ciudad, lluvia que desaparecerá en pocos minutos para no volver a hacer acto de presencia ya en todo el día. Durante toda la mañana recorremos las calles de Lisboa, calles pequeñas, estrechas, con subidas y bajadas continuas, y lo hacemos con la impagable ayuda del tranvía número 28, el mas entrañable de todo Lisboa teniendo en cuenta que el recorrido que realiza es por las zonas mas interesantes Lisboetas. Visitamos el Castillo de San Jorge, con unas vistas impresionantes de toda la ciudad, montamos en el Elevador de Bica que es un tranvía adaptado exclusivamente para salvar cuestas muy pronunciadas, subimos también en el Elevador de Santa Justa, un ascensor centenario y del que no merecería la pena pagar los 2,80 euros que cobran si no fuera porque nosotros hemos comprado unas tarjetas que por cuatro euros nos dan derecho a montar en todos los transportes y también en este Elevador. A medio día hacemos una parada en el Mirador de Santa Lucía donde nos tomamos las consabidas cervecitas, esta vez con clavada incluida.

Comemos cerca de la Plaza del Comercio y de ahí nos vamos derechos al café con mas solera de todo Lisboa, el conocido como “Café A Brasileira”, donde pasamos un rato alrededor de cuatro tazas de buen café.

La zona histórica de Lisboa está repleta de edificios antiguos y con las fachadas bastante desconchadas y faltas de conservación, por lo que da la impresión de decadencia, y si a esto le añadimos que las plazas y calles mas turísticas están salpicadas de buscavidas, mendigos y prostitutas hacen que salvo los tres o cuatros sitios de obligada visita el resto no merezca mucho la pena. Así que una vez visitados éstos nos vamos, a media tarde, para la zona donde está estacionada la A.C., zona mucho mas tranquila y segura. Acabamos la tarde haciendo algunas compras en la pastelería mas famosa de Lisboa “Pasteis de Belém” donde degustamos sus famosos pasteles para después terminar, junto con la visita de dos amigos madrileños, disfrutando de un bonito atardecer junto a la desembocadura del Tajo, despidiendo el día con unas cervezas fresquitas en las manos.

Y ahora vamos a la carrera pura y dura:

El domingo día veintiuno amanece con buena temperatura y algunas nubes. Para llegar a la zona de salida debemos tomar un autobús que nos conduce a la estación de trenes “Campolide” para a continuación montarnos en un tren que, tras cruzar el impresionante puente 25 abril, nos deja al otro extremo del río. De ahí solo resta caminar un par de kilómetros para llegar al punto de partida. Alejandro y yo vamos en compañía de nuestros dos amigos madrileños, Carlos y Pedro, y los cuatro podemos comprobar el mogollón de gente que se forma en la salida, al ser la misma para dos carreras distintas, la media maratón por un lado que será donde participemos nosotros, y otra carrera distinta, de tan solo siete kilómetros y a la que se apunta medio Lisboa, niños, mujeres mayores, ancianos, chavales, etc.... parece mas bien una manifestación, al menos tienen la consideración de no mezclarnos a todos y nos separa una valla, siendo en cambio la misma linea de salida y la misma hora para ambos eventos.

Delante de nosotros hay un espacio de unos doscientos metros que nos separan del arco de salida, y es el lugar supuestamente reservado para atletas de élite, y digo supuestamente porque vemos a cada personaje que dudamos mucho que pertenezcan muchos de ellos a tan elitista grupo atlético. Algo que nos descoloca un poco es que no podemos calentar antes de la salida, ya que permanecemos por mas de una hora totalmente quietos, unos junto a otros y sin espacio casi de respirar, esto me resulta agobiante. A nuestra derecha una escultura imponente de Cristo, igual a la de Rio de Janeiro parece querer abrazarnos a todos.

A las diez y media en punto se da la salida y para mi sorpresa no lo hacemos desde debajo del arco de salida, sino desde doscientos metros mas atrás, así que ya tenemos regalito nada mas comenzar. Al paso por el arco de salida ya hay un follón de tres pares de narices con toda la gente de las dos carreras mezcladas, intento abrirme paso por la zona del puente que nadie quiere pisar, ya que hay carriles de asfalto y otros que son de hierro calado donde se hace duro pisar, no me queda mas remedio que ir por esa parte si quiero progresar.
Hasta la mitad del puente pica un poco hacia arriba, pero es solo un espejismo porque rebasada la mitad del mismo empieza una bajada constante y cada vez mas pronunciada. Lo mas bonito de toda la carrera son estos kilómetros encima del puente desde donde se divisa toda Lisboa y con el río Tajo literalmente a nuestros pies, es una de esas sensaciones que permanecerán conmigo durante toda mi vida.

Voy adelantando constantemente a corredores y no me siento fino, he arrancado en frío y creo que lo voy a pagar. Abandonamos el puente y nos dirigimos a la rivera del Tajo, ya todo el recorrido será llano por lo que no debiera tener problemas, pero nada mas lejos de la realidad, pasado el kilómetro cinco ya empiezo a notar que no voy bien, en el kilómetro siete mucha de la gente a la que hasta hace poco iba adelantando me vuelven a rebasar y esto no acaba mas que empezar. Veo gente de Sevilla, de Brasil, algún Holandés y me sorprendo al ver gente conocida de Madrid, como es el amigo “Duquito” al que animo en un par de ocasiones. Intento encontrar un ritmo que me resulte cómodo pero no lo encuentro, no puedo decir que me duela nada porque no es así, pero simplemente no voy bien, no encuentro ese puntito que me haga correr a gusto y esto me está afectando, así como también la humedad a la que no estoy acostumbrado. Empiezo a sudar como un auténtico pollo y paso el kilómetro diez en algo mas de treinta y siete minutos, una barbaridad.

Me cruzo con la élite y alucino con el ritmo que llevan, Tadesse corre como poseído por el mismísimo diablo, detrás de él todo un batallón de atletas africanos y entre ellos destaca un atleta europeo que no es otro que nuestro Chema Martínez que se está batiendo el cobre con ellos.

Tras hacer un giro de 180 grados empieza a dar el aire de frente, lo que me faltaba para terminar de rematarme. Voy corriendo junto a un atleta brasileño y a veces tira él de mi y a veces al contrario, no consigo encontrar un ritmo uniforme y cada vez voy peor. El el kilómetro quince definitivamente estoy ya para el arrastre, aquí recibo los ánimos de mi mujer y mi hermana, pero ni con esas....

Vuelvo a cruzarme con la élite y ahora ya el ritmo de Tadesse no es que sea diabólico, es que es demoledor, ¿pero cómo un ser humano puede correr tanto?.. me resulta increíble, no me extraña que en su crono final batiese el record del mundo, no me extraña.

Volvemos a girar nuevamente otros 180 grados cerca del kilómetro diecinueve y encaramos ya los dos últimos kilómetros buscando la línea de meta, línea que en mi vida he deseado con mas ganas que llegase.

Paso el último kilómetro mas lento si cabe que los anteriores y solo tengo una fijación en mi mente.... llegar. En la recta de meta recibo nuevamente los ánimos de las chicas y sin fuerzas ni para esprintar cruzo la línea de llegada en un decepcionante tiempo de hora y veintiún minutos, la peor media maratón de mi vida en cuanto a marca, aunque eso ya no es mi objetivo desde hace mucho tiempo.

Esperamos la llegada de mi cuñado y una vez todos juntos emprendemos viaje de regreso a Madrid, ésta vez saliendo de Lisboa por el otro puente que nos quedaba por conocer el impresionante Puente Vasco de Gama, “solamente” diecisiete kilómetros de puente sobre el río Tajo, cada vez me asombro mas de lo que puede conseguir el ser humano.

Han sido unos días maravillosos, en lo deportivo he conseguido completar una media maratón mas, y en cuanto a lo humano sencillamente inolvidables.

Mucha salud.

6 comentarios:

mannarro dijo...

el la carrera ya veo que no lo apsaste muy bien pero por lo menos y creo que habeis disfrutado de ese fin de semana larga.
enhorabuena otra mas para el bote y un abrazo.
ya tengo una entrada mas en mi block

Trapatroles dijo...

Enhorabuena por tu media de Lisboa y por haber estado allí en el día de un fabuloso récord mundial

Rafael dijo...

Valora esa marca piraña,no es nada facil de conseguir,hay mucha gente que nunca llegara a correr tan rapido.Felicidades por ello.Y tuviste mucha suerte en ver en primera persona,tan cerca y en plena accion al nuevo recordman mundial de la distancia,seguro que te distraiste mas de la cuenta observandolo y de ahi que tardaras algo mas de lo habitual en llegar a meta.Quedate con ese fantastico finde en Portugal y con que tienes otra Media mas en el bolsillo.
Un abrazo Campeon¡¡¡.

Alex dijo...

Mannarro:
Gracias "pichita", efectivamente la carrera un desastre, pero el fin de semana fantástico, ya me paso por tu blog. Un abrazo amigo.

Trapatroles:
Muchas gracias por la felicitación, efectivamente fue una suerte compartir carrera con Tadesse, todo un espectáculo el verle correr.

Rafa:
La marca, para ser sinceros, fue una birria, de hecho jamás en mi vida deportiva he deseado tanto cruzar la meta y desde tan pronto, ya por el km. 7 iba fundido, pero tal y como dices me quedo con lo bueno, con el fabuloso fin de semana y con la suerte de haber disputado los mismos metros (aunque minutos después) que el actual recordman de la distancia.
Un abrazo también para tí.


PIRAÑA.

Juanjo Crespo dijo...

Alex, soy Juanjo (poliloco), gracias por tus ánimos a través del blogg de Luis. Seguiré tus carreras.
Un saludo

Alex dijo...

Juanjo:

Una lástima que te dieran la lata los isquios, de lo contrario a buen seguro que hoy estaríamos hablando de tu sub- 2.30.

Valora esos 2:34 de los que muy poca gente puede hacer gala.

Un abrazo.
Alex.