domingo, 3 de abril de 2011

XI MEDIO MARATON DE MADRID




(Foto Cortesía Arganzboy)

Hoy ha sido la onceava edición de la Media Maratón de Madrid, y creo que he tomado parte en todas las ediciones anteriores, así que para no perder la costumbre pues esta vez no iba a ser menos.

A las ocho de la mañana en punto me encontraba con mi cuñado Alejandro y juntos hemos tomado el Metro para dirigirnos a la estación de Retiro. Los vagones han ido paulatinamente llenándose de corredores de todas las edades, sexos así como también nacionalidades, pero en lo fundamental todos compartiendo la misma ilusión y la misma pasión por un mismo deporte.

Llegados a Retiro nos esperaba un corto, pero agradable, paseo matutino hasta llegar a la zona de entrega de dorsales, donde nos esperaban el resto de compañeros y amigos que nos han acompañado en el día de hoy en la prueba. Allí estaban ya esperándonos Javier, Antonio, el veteranísimo e incombustible Enrique, también Carlos, el mas joven de todos y con una fantástica progresión en los últimos meses, así como Pedro acompañado de su mujer, quien en esta ocasión, a pesar de estar inscrito, no tomará parte en la prueba al encontrarse todavía recuperándose de una lesión que se produjo en el pasado Maratón de Roma.

Una vez todos juntos, los que quedamos por recoger el chip nos disponemos a ello, y ciertamente lo retiramos en un santiamén, en mi caso al inscribirme la organización con el número de dorsal 58 saldré desde la zona de cabeza e incluso tenemos una zona reservada para calentar, por lo que no necesito tomar posición dentro de la gran masa de corredores que empieza ya a formarse y van ocupando sus sitios dentro de los carteles que indican los tiempos previstos de llegada.

Calentamos todos juntos unos minutos y la gran mayoría de mis amigos se marchan a tomar posiciones quedándonos únicamente Carlos y yo trotando todavía un rato más cuando son las nueve y cuarto de la mañana. Mientras calentamos nos cruzamos con el gran Fabián Roncero, a quien saludo y con quien choco la mano en el momento del cruce. Seguidamente Carlos se marcha también para ir cogiendo sitio y yo me dirijo ya a la zona reservada a los primeros doscientos dorsales. Allí tras pasar el control de la puerta sigo calentando mientras me recreo mirando a mi alrededor a todos los atletas que calientan junto a mí, o yo junto a ellos, según se mire. Puedo reconocer a grandes corredores como por ejemplo a Pablo Villalobos, actual campeón de España de Maratón, a Yesenia Centeno una gran atleta con quien ya he coincido en alguna carrera en el pasado. También hay un nutrido grupo de atletas africanos, tanto en categoría masculina como femenina, así como marroquíes, y me hace mucha ilusión cuando Gorka, a quien hasta hoy no conocía personalmente, reclama mi atención y con quien tengo el placer de cambiar unas palabras.

Sin tiempo para mucho mas nos colocamos en la línea de salida, y tras guardar un minuto de silencio durante el cual la organización lee un manifiesto en memoria del corredor tristemente fallecido el año pasado, se da inicio a la carrera.

Al estar en posiciones muy adelantadas salgo bastante rápido durante todo el paseo de coches hasta abandonar el retiro, giro a la derecha y rápidamente nuevo giro a la izquierda para encarar la calle Principe de Vergara, voy en el numeroso grupo donde están todas las atletas africanas favoritas para ganar la carrera, cuento unas cinco chicas de color, pero hay tantos corredores en este grupo que bien podría haber alguna mas que no halla visto.

La calle Principe de Vergara en es continua subida, voy muy cómodo en el ritmo que llevan y así paso el primer kilómetro y también el segundo, donde recibo ánimos de Jose Luis, a quien conocemos como Yonhey en el foro de Carreras Populares. En este punto giramos a la izquierda para patear ahora en perfil llano la calle Diego de León. Hay poca gente animando en estos tramos pero al ir corriendo en un grupo tan numeroso casi ni se nota esa ausencia de público momentánea. Cerca del tercer kilómetro hacemos un nuevo giro, esta vez a la izquierda para correr unos pocos metros por la calle Serrano abandonarla rápidamente virando nuevamente a la derecha. Estamos en un tramo de bajada donde se nota un descarado incremento de ritmo, aún así me encuentro bastante bien y con ganas incluso de tirar hacia delante, pero hoy mis aspiraciones son otras, a apenas quince días de la gran cita con el Maratón de Madrid, hoy trato de hacer un entrenamiento de calidad sin perder la cabeza, ya que las fuerzas que gaste hoy de más las puedo echar en falta dentro de unos días, así que me digo a mi mismo que tranquilo, que disfrute de la carrera pero sin ninguna otra pretensión ni ambición, únicamente la de rodar rápido y buscar buenas sensaciones.

En esas andan mis pensamientos cuando abandonamos la calle Almagro por su derecha y rebasamos el cuarto kilómetro donde empieza una larga subida que no finalizará hasta los dominios de noveno. Sigo bastante cómodo y con buenas sensaciones a pesar de que ya en el grupo empieza a notarse un ligero pero constante incremento del ritmo.
Durante los casi dos mil metros durante la calle Santa Engracia voy a cola del grupo, y puedo ver como al lado derecho y sobre la acera está otro gran corredor, en este caso animando, aunque con un dorsal con numeración mil y pico en su pecho, supongo que esperando a algún amigo para acompañarle en algún tramo, su nombre es Arturo. Intento saludarle pero yo voy en la parte mas alejada de la acera y él a su vez está animando a otro atleta que va en mi mismo grupo y le oigo claramente que le grita algo así como que bien acompañado vas, refiriéndose al elenco de africanas que dominan el conjunto.

A la llegada del quinto kilómetro y por consiguiente el primero de los avituallamientos, el incremento del ritmo en el grupo ya es mas que notable y tengo dos opciones, o seguir con ellos o descolgarme y seguir a mi ritmo, aunque esta segunda opción no parece muy recomendable ya que por detrás de mi existe un gran hueco y me quedaría corriendo en solitario. Pasamos por delante del Parque de Bomberos, quienes están en la calle animando y han sacado algunos de sus camiones a los que hacen sonar la sirena para darle ambiente a la carrera. Es en este momento en el que voy deshojando la margarita, cuando se descuelgan un par de corredores del grupo, y las chicas a su vez le dan un puntito mas de ritmo a la carrera, así que poco a poco voy perdiendo metros con ellas y me voy quedando atrás.

Cerca del paso por Cuatro Caminos, puedo ver a otro gran corredor que en el día de hoy ejerce labores de animador, se trata de Jose Manuel (Torcas), un gran atleta y una magnífica persona, recibo sus ánimos y sigo hacia delante buscando el comienzo de la calle Bravo Murillo. En este punto, tal y como me temía ya voy solo, pues nada, no es la primera carrera que me pasa ni será la última, así que a ajustar mi ritmo de crucero y a seguir sumando kilómetros.

Paso por el kilómetro siete y me alcanza y me rebasa un corredor que viene a buen ritmo desde atrás, en seguida me abandona y se marcha con clara intención de cazar al grupo de las africanas. Yo sigo a lo mío, subiendo por la calle Bravo Murillo y recibiendo ánimos de un público en este tramo ya algo mas numeroso. El paso por el kilómetro ocho lo hago ya con ganas de que se termine la cuesta, pero ésta nos seguirá acompañando hasta pasada la Plaza de Castilla y en el comienzo de la calle Mateo Inurria. Durante ese tramo me han rebasado un par de corredores mas, pero éstos no se han marchado demasiado, por lo que los llevo delante a escasos metros.

Ahora ya el perfil será ya más favorable durante unos largos kilómetros, por lo que me doy unos metros de recuperación para tomar aire después de la larga subida y después me marco un ritmo algo mas alegre para encarar la larga bajada.

Voy relativamente bien, pero la pierna derecha y sobre todo la cadera de vez en cuando me envían algún recadito en forma de pinchazo. A mis cuarenta y un años ya hay lesiones que se me han vuelto crónicas y tengo que aprender a vivir con ellas, es por ello por lo que de vez en cuando alguna de las muchas que padezco me recuerdan que siguen estando ahí, y que debo mimarlas si quiero que ellas a su vez se porten bien conmigo. Así que cuando recibo alguno de esos recaditos en forma de pinchazos inguinales intento concentrarme en hacer una pisada menos agresiva para sufrir menos los impactos contra el suelo, pero una cosa es intentarlo y otra muy distinta es conseguirlo.

Paso el kilómetro diez en treinta y seis minutos y pocos segundos y continúo bajando ahora ya por la calle Príncipe de Vergara. Desde hace un rato ya que voy comprobando como el grupo que va por delante se va separando cada vez mas, ya que les acompañan unas cuantas bicicletas marcando la posición de las chicas y éstas cada vez las veo mas a lo lejos, como también voy comprobando como con el paso de los kilómetros se van descolgando corredores a los que en algunos casos consigo rebasar. Paso el kilómetro once por una zona donde vuelve a verse poca animación de público y mis pensamientos se centran en intentar mantener una buena cadencia de zancada, así como en intentar hacer unos buenos apoyos con los pies ya que la cadera me está molestando bastante. Hago todavía en solitario una pequeña subida buscando ya la calle Serrano y dejo atrás el doceavo kilómetro.

Inmersos ya en la mas Serrana de las calles el perfil se vuelve descaradamente favorable de nuevo y así nos permite a los corredores volver a sentirnos rápidos durante un par de kilómetros, así incremento el ritmo por kilómetro y consigo recortar bastantes metros con algunos corredores que me preceden. En este punto observo como en un lateral hay un coche de la organización parado, al que se dirige un corredor africano que ha abandonado la prueba, a buen seguro con problemas estomacales ya que no para de hacer gestos de dolor dirigidos hacia su abdomen. Justo en ese momento me alcanza un corredor que viene desde atrás y me comenta que vayamos los dos hacia delante, a lo que le respondo que no me veo ya con fuerzas, y que si él se ve fuerte que tire, y así lo hace separándose de mi unos cuantos metros, sobre todo al finalizar nuestro periplo por la calle Serrano que nos despide con un pequeño repecho que continúa prolongándose durante un buen trecho por la calle Diego de León y una vez pasado el kilómetro catorce. Durante la subida los corredores que llevo delante se vuelven a escapar bastantes metros y ahora ya lejos de tomármelo como un entrenamiento estoy intentando ir rápido, pero no lo consigo como quisiera. Es en el momento de encarar de nuevo la calle Príncipe de Vergara y tras el avituallamiento del kilómetro quince donde tomo unos sorbos de agua y lo que puedo de un vaso de gatorade (nunca se me ha dado bien el beber corriendo), cuando sabedor de que quedan apenas seis kilómetros, intento correr mas rápido de lo que lo vengo haciendo durante toda la carrera. Así lo hago y poco a poco voy pescando un ritmo mas vivo que me permite llegar hasta varios de los corredores que me precedían hasta el momento. Recibo los ánimos de otro forero conocido como Abebebikila, y cerca del cruce con la calle O’donell atrapo a un excelente corredor del club Clínicas Menoría, a quien invito a unirse a mí y buscar juntos la meta, pero me da la sensación que va bastante tocado y aunque durante algunos metros aminoro el ritmo para intentar que se enganche a mí, al paso por el kilómetro dieciséis ya soy consciente de que no lo consigue, por lo que de nuevo incremento la marcha y sigo progresando. Me uno a otro par de corredores y tomo la cabeza del trío marcando el paso durante toda la avenida Menéndez Pelayo. Al paso por el kilómetro diecisiete ya me he destacado del trío y vuelvo a correr solo ahora por el paseo Reina Cristina.

El paso por los dominios de la estación de tren de Atocha lo sigo haciendo en solitario y cada vez recortando mas terreno con otros dos corredores a los que voy dando caza. Pasado el decimo octavo kilómetro ya la distancia que me separa de ellos es de apenas cincuenta metros, pero sabedor de la cuesta que nos espera por delante decido bajar un poco el ritmo y reservar fuerzas para la entrada en el parque del Retiro.

Giramos a la derecha para hacer frente a la calle Alfonso XII y empieza la cuesta que, aunque no es dura todavía, ya va haciendo mella. Tras un giro de noventa grados a la derecha empieza lo duro de verdad al entrar al parque por la cuesta del Angel Caído. Ya la recordaba dura de la edición del año pasado, pero una cosa es recordarla y otra es volverla a sufrir de nuevo. El ritmo se vuelve totalmente cansino, las piernas comienzan a arder y me da la sensación de ir parado si no fuese porque observo como voy recortando algún metro con los dos corredores que llevo delante. El coronar la cuesta se me hace interminable, intento distraerme con los ánimos del público que ya empieza a ser mas numeroso pero lo cierto es que superar la cuesta me está agotando. Pasamos el kilómetro diecinueve pero con un ritmo que se ha vuelto lento por necesidad, menos mal que poco después acaba la cuesta y aunque el perfil vuelve a ser llano todavía necesitaré unos cuantos metros para recuperar el aliento ya que me he quedado sin resuello y todavía no puedo ir mas rápido.

Estoy en un punto de la carrera donde unas vallas nos separan de los corredores que van por delante de nosotros y que habiendo realizado ya un giro de ciento ochenta grados al que no hemos llegado todavía, se acercan al kilómetro veinte. Así me cruzo con las primeras corredoras africanas, ahora ya separadas entre sí por varios metros, como también me cruzo con Gorka, que acompañado por su hermano que le va haciendo de liebre está intentando hacer su mejor marca personal en la distancia, le doy algún grito de ánimos y me dirijo a encarar el giro cerrado que nos acerca al kilómetro veinte.

Poco a poco voy recuperando de nuevo una respiración mas calmada y así voy incrementando nuevamente el ritmo que me lleva a dar caza a otro corredor y me acerca mucho al siguiente. Paso el kilómetro veinte y el perfil vuelve a picar un poquito hacia arriba pero ahora mucho mas suavemente. Tras negociar un giro a la derecha vamos paralelos al estanque del Retiro y sabedor que queda apenas un kilómetro mantengo la velocidad que traigo y me distraigo con el ya numerosísimo público que nos acompaña. Me queda únicamente un giro de noventa grados a la derecha que hago bastante rapidillo y que me mete de lleno en el Paseo de Coches donde mas adelante, y tras una sucesión de arcos, está situada la línea de meta. Ahora ya la cantidad de público que nos rodea es impresionante y sus aplausos y sus ánimos le hacen sentirse a uno alguien importante. Son esos aplausos y esos ánimos, recibidos también de mi amigo Pedro que me grita desde detrás de la valla, los que me llevan en volandas hasta debajo del arco de meta donde paro el reloj en un tiempo de una hora, dieciséis minutos y cincuenta y siete segundos. Pienso que no está mal aunque por otro parte mi lado mas competitivo me dice que está lejos de lo que en otras ocasiones logré en esta misma carrera, pero al día de hoy es lo que hay y he de saber quedarme con su lado positivo.

Me saludo con algunos corredores con lo que he coincidido durante la carrera, cambio algunas impresiones de nuevo con Gorka, quien me parece una excelente persona y un pedazo de corredor, y mientras me como un plátano y bebo algo me dirijo hacia las vallas para esperar a todos mis amigos.

La carrera, excepto en los primeros kilómetros, me ha resultado algo aburrida, supongo que al ir solo todo se hace mas monótono, pero lo bueno es que he conseguido completarla decentemente, llegando en el puesto cuarenta y nueve sin haber salido a disputarla a tope, aunque luego en carrera uno se pica y siempre se deja mas fuerzas de las en un principio previstas.

Ahora toca descansar de carreras durante estos próximos quince días e ir poco a poco mentalizándome de que la siguiente vez que me cuelgue un dorsal será para afrontar una carrera que ya escribo con mayúsculas.. MAPOMA 2011.

Salud para todos/as.

9 comentarios:

José Manuel dijo...

Alex, como siempre gran crónica, ¡tu si que eres grande!. (no te conocía con el pelo tan largo, ¿has cambiado el look?) Un abrazo campeón (estaba esperando el paso de un compañero que se 'estrenaba' en media para acompañarle hasta meta)

Unknown dijo...

Hola Alex. Un placer haberte conocido personalmente y gracias por los halagos en tu crónica! Tengo un sentimiento recíproco en lo de que "es una excelente persona". Espero que coincidamos en muchas más carreras. Si hay algo que realmente me gusta del mundo de las carreras, es poder conocer a gente sana y maja

Por lo que respecta a tu carrera, lo has planteado muy bien y además estoy seguro que lo vas a bordar en el Mapoma porque tienes experiencia y se nota que sabes correr muy bien

Antonio Perea dijo...

Hoy sin noticias de Alex... no te he visto ni el talón de las zapatillas. Eres todo un campeón, enhorabuena por la carrera. Un saludo

Arturo Pardo Gonzalez dijo...

Hola Alex, genial carrera y como siempre en tú línea regular , haciendo unos marcones ,pruebas tras pruebas , da igual llana, rompepiernas , subida , bajada.

Enhorabuena y ánimo para el mapoma , allí estaré pero en la salida de los 10k

Un saludo
Arturo

yonhey dijo...

Muy bien Alex, llegarás bien a mapoma, y ya está bien no haber fallado ninguna edición.
Salu2

IMPALA dijo...

Hola, enhorabuena por tus marcas y por tus crónicas con todo lujo de detalles. He visto que tu tambien fuiste de los valientes que hizo un Segovia-Madrid con buenos resultados en las dos. Yo en Segovia corrí mal y en Madrid regular...
Dale duro. Saludos

Lourdes dijo...

A ver si nos aclaramos,lo vas a correr o no.

Yo lo único que digo es que por favor llegue ya el día de la maratón porque tela las dos semanitas que nos esperan....

Anda caracola, a mi me dices que no lo vas a correr y los 3000 visitantes de tu Blog, que la siguiente parada es la Maraton de Madrid......

Manda ""güevossss"""".

Imagino que todos los que vayais a participar en esta carrera, estareis como el piraña con las cagaleras previas.....

Anda piraña, que me vas a volver loca, y no seas tan llorica que te vas a parecer a tu hijo,,,,,ja,ja,ja,ja,,,,,

Un Besote.

Rafael dijo...

De nuevo una gran cronica,es bonito ver lo bien que cuentas una carrera en la que yo tambien estuve,llenando tu cronica de detalles;me reconforta saber que esa cuesta final a los grandes tambien se os atraganta un poco, por aquello de que no es solo cosa mia...por mi baja forma.Felicidades por ese puestazo y tiempazo,no estaras en tu mejor version pero hay que ver como tiras...me alegro que todo te vaya muy bien.
Un abrazo.

Alex dijo...

TORCAS:
Ya me extrañó verte en la acera y no dentro del gran pelotón, ahora ya sé que al poco de pasar yo te pusiste a correr también, eso ya me cuadra mas, ja, ja..

GORKA:
Igualmente te digo, espero poder verte en muchas carreras mas y saludarte. En cuanto a Mapoma no creo que lo borde, tal y como dices, no estoy al 100%, de hecho tengo un poco de anemia, que espero no me perjudique mucho el domingo en la carrera.

ANTONIO:

Hoy entre tanta gente ya te comentaba que es muy difícil verse, se forman muchos grupos y es complicado encontrarse con gente conocida. Enhorabuena a tí también por tu carrera.

ARTURO:

Bueno, bueno, eso de que da igual, je, je.. anda que no se notan las cuestas en las piernas, lo que pasa es que tomándolas con calma se hacen menos duras. Suerte para los 10 km. seguro que te llevaré muy por delante hasta el desvío en el Bernabeu en el que se separarán nuestros caminos, ja, ja.... Suerte campeón.

YONHEY:

Gracias tío, lo cierto es que la Media de Madrid es una carrera que me gusta, es cerca de casa y por las calles de la ciudad que me vio nacer, procuro no perdérmela.


IMPALA:

Gracias por tus palabras. Por lo que te leo tu también estás dentro del saco de los “valientes”

LOURDES:

Ya sabes como estoy ultimamente, mas que nada porque has visto con tus propios ojos mis analíticas, je, je, .. no es cuestión de andar quejándome pero sabes que tengo que tomarlo con calma y mucha cabeza. Gracias por estar siempre ahí.


RAFA:

Las cuestas son las mismas para todos, ja, ja... y esa en concreto nos deja a todos echos polvo como bien pudiste comprobar en tus propias piernas. Enhorabuena por haberla completado.