domingo, 26 de enero de 2014

XV MEDIA MARATON DE GETAFE


Una de las muchas carreras donde se agotan los dorsales


   Después del duro II Trail del Serrucho del pasado domingo, y tras recuperar las piernas durante la toda la semana, hoy tocaba participar en una Media Maratón sobre asfalto. La última vez que completé una prueba de esta distancia sobre superficie totalmente pavimentada fue hace ya muchos meses, concretamente en la Media de Madrid allá por el 7 de abril del pasado año. Hoy por tanto, era un test serio para comprobar mi estado de forma actual en esta distancia sobre un perfil donde no caben las excusas. La Media Maratón de Getafe es probablemente una de las Medias Maratones mas rápidas de todo el territorio nacional, y aún habiendo cambiado el recorrido con respecto a ediciones anteriores, éste sigue siendo rapidísimo y llano como la palma de la mano. El trazado discurre por calles muy amplias y largas, donde de vez en cuando se bordean fácilmente algunas anchas rotondas y donde los pocos giros que la salpican son cómodos de abordar sin que se tenga que perder ni un solo segundo en superarlos. En resumen, un recorrido perfecto para realizar la mejor marca en la distancia, donde no caben excusas, ni tan siquiera la climatológica, ya que a diferencia de ediciones anteriores, hoy el día se presentaba perfecto para correr con un temperatura fresquita pero no fría, un solecito radiante en lo alto y ni rastro de viento.

   Mi cuñado Alejandro pasaba a recogerme a la puerta de mi casa a las ocho en punto de la mañana, en un periquete, y por una carretera M-45 vacía de coches a esta hora de la mañana de un domingo, nos presentábamos en Getafe, aparcamos el coche justo al lado del Polideportivo Juan de la Cierva y recogemos ambos dorsales. Todavía es muy pronto para todo, así que buscamos un lugar donde desayunar y una vez encontrado (Bar El Rincón del Tío Eulogio), pedimos unos cafés, unas tostaditas con aceite y tomate y empezamos a llenar tranquilamente nuestros depósitos de energía. Con el estómago lleno volvemos a las instalaciones del Polideportivo donde nos reunimos con el resto de compañeros del Club de Atletismo Velilla de San Antonio ( www.clubatletismovelilla.blogspot.com ) que también van a participar en la prueba. Este club está creciendo en número de atletas a pasos agigantados, así que ya el nombrar a todos los que nos hemos juntado hoy empieza a resultar una labor delicada pues resultaría muy fácil el olvidar algún nombre y que se quedase en el tintero, mejor será citar únicamente que al final hemos pasado de la decena los que nos hemos plantado en la línea de salida.

   Después de los saludos de rigor, conocer a algún socio más, y de echar unas risas arropadas por el buen rollo que flota entre la buena gente de este Club, regresamos a los coches para quitarnos los chandals y volver al Parque de Castilla La Mancha comenzando el calentamiento.
Fuera chandals y a calentar
   Damos alguna vuelta entre mas risas y buen ambiente y dejamos testimonio fotográfico de nuestro paso por cortesía del gran fotógrafo Shinichi Sasaki.

Calentando en el parque. Foto junto a Shinichi.
  
Calentamiento previo a carrera (Foto cortesía de Shinichi)
  Tras algunos breves saludos a amiguetes que por allí calientan también, nos vamos colocando bajo el arco de salida puesto que ya queda poco para empezar la carrera. Hemos pillado un buen sitio, bastante adelantado para intentar evitar las casi seguras caídas que se producen en las salidas de carreras con tantos atletas, y tan rápidas como ésta.

   Pasados un par de minutillos de las diez y media suena la detonación que nos hace ponernos en marcha. Aunque nos hemos situado en la zona delantera, y a apenas cinco metros del arco de salida, lo cierto es que desde que suena el pistoletazo hasta que pasamos por debajo de él todavía se nos van unos cuantos segundos. Nada mas pasar la alfombrilla donde quedan registrados los tiempos de la salida, empezamos a trotar, pero inmediatamente se produce un frenazo ocasionado por una corredora que se acaba de parar al haber perdido una de sus zapatillas. Superado este primer incidente todavía tardo unos pocos metros en empezar a correr, ya que son numerosos los corredores que me rodean y el objetivo por el momento es no irse al suelo. Poco a poco y tras salirme hacia el carril bici que discurre por la derecha de la calle, comienzo ya a correr progresivamente. Parece increíble que estando situado tan cerca de la salida, al levantar la cabeza y mirar hacia adelante compruebo que la gran avenida de D. Juan de Borbón está atestada de cientos de corredores, hasta tal punto que decido continuar corriendo por el carril bici donde parece haber mas espacios para ello.

   Paso sin problemas la primera de las rotondas que configuran el recorrido y decido seguir todavía por el carril, creo que avanzo mucho mas por él que si fuera por la calzada. Voy adelantando a muchos corredores y tras el primer kilómetro, que ha sido muy lento, empiezo a correr mas rápido a ritmos de alrededor de tres minutos y medio el kilómetro. Paso la segunda de las amplias rotondas y al comprobar que se empieza a abrir numerosos huecos, decido pasar de correr por el carril bici a hacerlo por la calzada. Sigo adelantando a muchos atletas y me encuentro bien de respiración y de piernas por lo que decido incrementar unos segundos el ritmo por kilómetro y con ello consigo progresar aún mas.

   En la siguiente rotonda nos toca hacer el giro completo y volver sobre nuestros pasos, para una vez llegados a la plaza de toros girar a la derecha. Ahora encaramos la avenida Martín Gato, buscando el adentrarnos por toda la zona nueva del recorrido, a partir de aquí todo está por descubrir, esta Media Maratón es la primera vez que estrena este recorrido, por lo que con cierta cautela y tras atravesar un túnel que nos presenta ante la primera de las infinitas calles que tenemos que patear, decido relajar un poco el ritmo buscando momentáneamente refugio en algunos de los numerosos grupos de corredores que me preceden.

   El perfil es completamente llano, pero se hace un poco aburrido el comprobar como por delante las calles son tremendamente largas e infinitas, rota su monotonía únicamente por el giro en algunas de las rotondas que las dividen. A ello se suma que no hay apenas público animando en esta zona nueva residencial recién estrenada.

   Paso el cuarto kilómetro a buen ritmo, y decido seguir adelantando a corredores, saludo a un excelente corredor del Club Manchatón que me ha reconocido y llamado por mi nombre, y en vista de que las sensaciones parecen ser buenas sigo progresando y rebasando a pequeños grupos de participantes. En los giros vamos constantemente cruzándonos con los primeros clasificados de la carrera que parecen no pisar el suelo, van volando llevando un ritmo infernal y ello hace que el resto de los mortales les observemos con cierta envidia desde la distancia.

Remontando grupitos
    Manteniendo un buen ritmo paso el kilómetro cinco, me encuentro pletórico de fuerzas y en vista de las buenas sensaciones decido arriesgar un poco mas y meter un puntito extra de velocidad.  Ahora toca correr en la infinita calle del Caballero de la Triste Figura quien reposa en la calle paralela. Hacia mitad de la calle se encuentra el gran Ramiro Matamoros quien acompañado de varios corredores del Club Menorca está dando ánimos a sus pupilos, uno de ellos está justo delante de mi, y desde la acera le claman que relaje los brazos y busque divertirse con la carrera. Eso precisamente es lo que estoy haciendo yo, divertirme en carrera, y es que cuando uno se encuentra fuerte se hace muy placentero disfrutar de cada zancada, los pensamientos se vuelven positivos y todo ello unido conforma un dulce cóctel de sensaciones que ejercen un efecto placebo muy relajante.
El Gran Ramiro Matamoros animando.

   Se acaba la larga calle y giramos noventa grados a la derecha para empezar a devorar la calle Galgo Corredor, calle con la que me identifico perfectamente ya que hoy me siento como tal, como un rápido Galgo en una gran carrera que todavía se siente tan poderoso para incrementar otro puntito el ritmo. Ahora voy disparado, creo que hoy va a ser un buen día y con ese pensamiento sigo adelantando a mas atletas y recibiendo a pulmones llenos los efectos del bálsamo de Fierabrás que da nombre a una nueva calle, bálsamo que al igual que a Don Quijote me hace separarme de la realidad, escuchando lejanos cantos de sirena y dejándome llevar por ellos.

   He dejado atrás el sexto kilómetro corriendo con bastante fuerza, pero pronto tanto atrevimiento van a tener una dura respuesta. Superado el kilómetro siete el halo de magia que parecía envolverme desaparece como arte de "birli y birloque". Parece que el dulce cóctel de sensaciones se me ha indigestado, y lo que hasta ahora era un compendio de pensamientos positivos se está traduciendo en una sucesión de malas impresiones. Sin saber cómo ni por qué, he entrado en barrena, todavía no he llegado al octavo kilómetro y estoy sufriendo una crisis bastante seria. A buen seguro he sido demasiado ambicioso en los primeros kilómetros, y la cruda realidad me muestra de un sopapo el sitio que a día de hoy me corresponde.

   Con esta nueva situación de carrera paso a ser muchísimo mas conservador, aprieto el botón del modo económico y me limito a refugiarme en el primer grupito que encuentro con la única intención de dejarme llevar y no perder contacto. Es asombroso como en apenas un par de kilómetros he pasado del cielo al infierno, me cuesta mucho mantener un ritmo mucho mas lento y por momentos creo que voy a tener que aminorarlo todavía mas. En algún punto del trazado recibo ánimos de la hija de mi compañero Pedro, que son muy bien recibidos.

Inmerso en la crisis.
    Inmerso en este trance supero los kilómetros octavo y noveno, a ratos hago la goma con el grupo al que voy intentando seguir y con este panorama, tras volver de nuevo por el túnel que nos separa de la zona mas conocida, me planto en el avituallamiento del décimo kilómetro. Miro el crono por primera vez, éste me devuelve un tiempo de treinta y cinco minutos y cincuenta segundos, y con la sensación que todavía me queda un mundo por delante continúo con la vista fijada en los corredores que me preceden.

   Volvemos sobre nuestros pasos por el mismo recorrido que hace un rato nos ha visto desfilar y, una vez llegados nuevamente al coso taurino getafense, giramos a la izquierda para poco después, y en la siguiente rotonda, hacerlo de nuevo en ángulo de ciento ochenta grados buscando pasar por una de las zonas mas animadas del recorrido a su paso por la puerta del Polideportivo.

   En todo este tramo voy como alma en pena, sufriendo mucho y pensando constantemente que voy a tener que correr mas lento todavía y ahorrar fuerzas si quiero llegar a meta. Los kilómetros que quedan aún me parecen un muro casi impracticable para poder terminarlos en estas condiciones.

   Kilómetro doce y sigo persiguiendo al mismo grupito al que me he pegado como una lapa cuando ha comenzado mi bajón físico. En él hay buenos corredores de distintos clubs, algunos del Alcorcón, otros del Menorca, también del Maratonianos del Leganés, etc.. Aprieto los dientes y con bastante sufrimiento sigo intentando no perder comba con todos ellos, por momentos pienso que no va a ser posible.

   Kilómetros trece y catorce y la cosa no mejora, pero estoy contento porque parece que ahora puedo mantenerme en el grupo sin tanto esfuerzo. Ha llegado el momento de empezar a correr por el trazado mas conocido por todos aquellos corredores que hemos participado en ediciones anteriores en esta Media Maratón y sorprendentemente parece que poco a poco voy cogiendo otra vez ritmo sin tanto esfuerzo. Esto me anima hasta tal punto que pasado el kilómetro quince, por momentos me sitúo en cabeza del grupito y marco yo el ritmo. Poquito a poco, y sin querer lanzar las campanas al vuelo, vuelvo a correr con mas soltura y tras recibir los aplausos de la mujer de Pedro ya me olvido del grupo tiro hacia adelante y decido volver a correr por mis propias sensaciones.

   Me siguen tres o cuatro corredores, y pasados unos cuantos metros empezamos a darnos algunos relevos. A la altura de la estación de tren de Getafe-Centro damos caza a la chica que defiende su quinta posición, momento en el que acelero un poquito el ritmo y algunos competidores se quedan atrás.

   La larga calle Ferrocarril la conozco a la perfección, y con la confianza de saber que no existe ningún obstáculo por delante sigo corriendo en ella con bastante soltura ya que las fuerzas parecen haber vuelto de su letargo. El ritmo vuelve a acercarse a los tres minutos y medio por kilómetro y consigo seguir manteniéndolo durante toda adoquinada calle Toledo, buscando el corazón de esta localidad donde sus habitantes empiezan a poblar sus céntricas calles y sus comercios. Alguno un tanto despistado se cruza justo delante de mí y tengo que hacer un pequeño "recorte" para no llevármelo por delante.

   El final de la calle Toledo coincide con el principio de la de Madrid, y coincide igualmente con otro acelerón que le meto a la carrera al ser consciente que me quedan poco mas de dos kilómetros para meta y definitivamente he superado mi bache personal. Llego hasta la africana que va en cuarto lugar de la categoría femenina pero no me quedo ni un segundo con ella, sigo hacia adelante intentando recuperar lo irrecuperable del tiempo perdido.

   Paso a muy buen ritmo por delante de la Universidad Carlos III con la vista fija en el corredor que llevo delante, al que supero mas pronto que tarde. Llego al kilómetro 20 donde cámara en mano está apostado el gran Shinichi, y echando el resto negocio la última de las rotondas. Aquí el público concentrado, sabedor del esfuerzo que supone el llegar a este punto en una carrera como lo es una Media Maratón, aplaude y anima con bastante mas entusiasmo que en tramos anteriores.


Ultimo kilómetro (Foto cortesía de Shinichi)
   Ya solo queda el esfuerzo final durante unos largos metros por la gran avenida que nos vio partir, para comenzar a patear por dentro ya de las instalaciones del Polideportivo. Un último esfuerzo al pisar el tartán de su pista de atletismo y llego a meta cuando el reloj pasa diecinueve segundos de la hora dieciséis. Al final el último tramo de la competición me ha resultado más fácil de lo que me temía allá por el séptimo kilómetro. Mi objetivo para hoy era probarme en una Media Maratón rápida y ver si soy capaz de volver a estar en la hora quince. No ha podido ser, pero al menos me voy con la sensación de haberlo intentado. Me llevo un sabor agridulce ya que en los primeros kilómetros pensaba que iba a salir una carrera bastante mejor de lo que ha resultado a la postre, pero por otro lado he de estar contento porque he podido acabar entre los cincuenta primeros clasificados en una Media Maratón con tanto nivel como tiene ésta, no en vano hasta el puesto treinta y seis todos los atletas han estado por debajo de la hora quince.

Meta
    Recojo una correcta bolsa del corredor con su correspondiente camiseta e inmediatamente después llega Pedro. A continuación lo hacen Jordi y Carlos que cogidos de la mano terminan en hora veinticinco. Al poco otra ilustre pareja formada por mi cuñado Alejandro y Antonio Rus que completan la carrera en una hora y veintiocho minutos. A partir de ahí ya pierdo un poco la pista de todos los demás llegados, ya que empiezo a comentar la carrera con los que van llegando. Veo entrar a David, Ángel, Enrique, Manu, pero mención especial merece Marga, quien se ha estrenado hoy en la distancia y sabiendo sufrir hasta el último metro ya puede decir que ha finalizado una Media Maratón, enhorabuena campeona.

   Poco a poco nos vamos agrupando, haciendo corro protegidos con mas risas, mas saludos, algún comentario sobre próximas pruebas de Ultrafondo que sobrepasan los cien kilómetros y a las que, por qué negarlo, les voy echando una miradita de reojo de vez en cuando.

   A partir de aquí, mas ganas de seguir entrenando y mas ganas de seguir asistiendo a carreras arropados por la fantástica gente del club.

   Junto a mi cuñado todavía nos daría tiempo para volver al Bar del Rincón del Tio Eulogio, donde hemos dado cuenta de unas cervezas fresquitas acompañadas por una buena tapa y servidas por un camarero de lo mas profesional, de los que llaman la atención por su buen trato y saber hacer.

   Un año mas he completado los veintiún kilómetros y pico de esta competición, y si todo va bien y el físico acompaña, estaremos nuevamente en el dos mil quince bajo su arco de salida.

Salud para tod@s.

Clasificación Alex


Correcta Bolsa del Corredor.

6 comentarios:

Antonio Perea dijo...

Cuando te vi en la clasificación con un 1h16' me alegré porque es un crono que se va acercando a tu valía. Sobre tus sensaciones, no sé qué pasó pero fue generalizado el empezar bien para luego desfallecer un poco según me han contado varios corredores. Aún así, no acabaste nada mal.

A seguir mejorando y mucha salud :)

Un abrazo.

Alex dijo...

Gracias Antonio, cuídate ese pubis por favor....

NACHO dijo...

Aúpa Alex¡¡¡
En algún momento creo que debiste de pasarme, en esa foto del 5 aparece el corredor sin dorsal con el que hice la mayoría de la carrera.
Lástima no haberte visto, hubiera intentado pegarme a ti, e intentar aguantar tu ritmo, jejejeje
Para haber pasado por ese bache, manejaste muy bien la situación y pudiste recuperar las sensaciones, así que quédate con eso¡¡¡
Como dice mi amigo Antonio, a seguir mejorando¡¡¡

Alex dijo...

Gracias Nacho, en la próxima nos juntamos y tiramos para adelante, ja, ja..

Animo y a seguir sumando.

yonhey dijo...

Buena carrera, sabor agridulce con 1:16...... un placer verte de nuevo, y ya llevamos tres finde seguidos coincidiendo.
Un saludo

Alex dijo...

Efectivamente Yonhey, tres fines coincidiendo, espero que sean muchos mas, un placer como siempre saludarte.

Un abrazo.