miércoles, 1 de enero de 2014

XXXIV SAN SILVESTRE VICALVAREÑA


Siguiendo la tradición de los últimos años, hasta Vicálvaro me desplazo en compañía de mi cuñado Alejandro, además de mis dos hijos, mi hermana y mi sobrino Javi. Aparcamos el coche en un descampado cerca del Polideportivo y vamos hasta él al encuentro de mi otro cuñado Pablo. Al llegar al Polideportivo comprobamos que todavía no hay mucha gente, por lo que retiramos en un periquete los dorsales, así como la bolsa del corredor con su correspondiente camiseta, que en esta ocasión la organización nos entrega antes de finalizar la carrera.
 
Mientras llega Pablo, aprovechamos para ver algunas carreras de las categorías infantiles, donde algunos pequeños corredores ya apuntan buenas maneras en el mundo del atletismo. La mañana es fría, y aunque durante toda la noche pasada ha estado lloviendo, afortunadamente de momento la lluvia parece querer respetarnos.

Durante la espera, llegan también Juan, Vicen y Manu, que serán los otros tres representantes del Club de Atletismo Velilla de San Antonio (www.clubatletismovelilla.blogspot.com ) en el día de hoy. Nos saludamos y mientras ellos se dirigen a recoger sus dorsales, aparece Pablo acompañado de mi cuñada y mis otros dos sobrinos, uno de los cuales va directo a la línea de salida de su carrera de benjamines que está a punto de comenzar, carrera que disfrutamos desde las gradas animando a los chavales. Al término de ésta, y cuando rondan las once y cuarto de la mañana, llega la hora de cambiarnos y ponernos de corto, no en vano la carrera dará comienzo en apenas media hora. Lo cierto es que apetece mas bien poco, el ponerse en pantalón corto, ya que la fría temperatura de esta última mañana del año 2013 no invita a ello.

Sea como fuere, en pocos minutos estamos de vuelta nuevamente en el Polideportivo, ahora ya vestidos de "naranjitos" y con el traje de faena puesto, donde empezamos a calentar acompañados por los numerosos corredores y corredoras que se han apuntado un año mas a esta emotiva carrera. A decir verdad, según los datos de la organización rozaremos el millar de atletas, por lo que hay un maravilloso colorido en los alrededores del Polideportivo.

Junto a Juan, Vicen, Manu y mis dos cuñados, realizamos un exiguo calentamiento y arropados por los ánimos de la familia cogemos posiciones dentro de la maraña de corredores que ya esperan el pistoletazo de salida. Antes de dar comienzo la carrera, puedo saludar a quien ha sido el vencedor de las dos últimas ediciones, el gran Roberto Álvarez, un extraordinario corredor veterano y una gran persona. Si alguien me preguntase cual sería mi apuesta de ganador para el día de hoy, sin duda Rober sería mi elección, ya que aunque veo algunos galgos por las primeras filas como Jose Félix (Alias el Somalí y ganador en varias ocasiones de la Media Maratón de Fuencarral), sinceramente creo que están un peldaño por detrás de Rober.

No nos hemos situado muy delante, sino en tercera o cuarta fila, por lo que la salida la hago bastante tranquilo por el Paseo del Polideportivo, voy buscando un sitio para correr cómodo, pero al principio es complicado el encontrar un hueco que permita correr con soltura, y es problemático si además sumamos que hay corredores mucho mas lentos que tienen la extraña manía de situarse en las primeras posiciones de la salida consiguiendo con ello ser unos auténticos estorbos. Tras algún frenazo provocado al esquivar a uno de estos corredores que no corren, llegamos al primer giro a la izquierda para afrontar la calle Vereda del Pinar, giro que realizo por el exterior en su parte derecha ya que literalmente no tengo espacio en la calzada por el gran numero de corredores que en este tramo vamos agolpados.

Después de los primeros metros, donde tanto Juan como yo mismo hemos avanzado por donde hemos podido, ahora los dos vamos mas o menos juntos y así abordamos un nuevo giro, esta vez a la derecha y ahora para abordar la calle Villablanca donde continúo buscando mejores posiciones intentando progresar dentro del gran grupo. En los inicios del Paseo de los Artilleros ya la carrera se va abriendo progresivamente y encuentramos mas huecos por donde correr, así vamos adelantando a algunos corredores que nos anteceden al paso por la calle Villardondiego y ya en los dominios de la Universidad Rey Juan Carlos.

Al llegar a la estación de Metro que lleva el mismo nombre de la localidad donde estamos corriendo, giramos a la izquierda animados por el numeroso público que en este punto se congrega y enfilamos la larga calle de San Cipriano, con un perfil mas llano y que incluso termina tornándose en bajada en sus postrimerías. En este punto es donde "desactivo el limitador de velocidad" y empiezo a buscar mi ritmo de carrera, y aunque Juan me sigue bravamente la estela, lo cierto es que poco a poco va perdiendo contacto. Me pregunta si la distancia de la carrera es de ocho kilómetros justos, y le contesto que si. Es su primera vez en esta carrera, por lo que corre con la desventaja de desconocer el trazado que sigue, es un handicap adicional que habrá de superar en el día de hoy.

Durante todo ese tramo intento buscar un ritmo cómodo y equilibrado de competición, ritmo que me permita por un lado ir remontando algunas posiciones que veo posible abordar, por otro reservar fuerzas para la cuesta que me espera un poco mas adelante y por último, y sobre todo, para poder completar con garantías la segunda de las vueltas al trazado de esta carrera.

Poco a poco voy superando a algunos corredores, como también me pasa como exhalación un joven corredor con camiseta azul que va como una moto.

Culminada ya la calle del Santo, el recorrido gira a la derecha noventa grados para en una pronunciada bajada descender por la avenida del Gran Este, para unos metros después, y tras un brusco giro de ciento ochenta grados, volver sobre nuestros pasos pero ahora en dura subida que hace que las pulsaciones se disparen y el corazón parezca querer salirse del pecho. En este, corto pero duro, tramo de subida, recibo los ánimos desde el otro lado de la calzada de los compañeros que se cruzan conmigo. Consigo dar alcance a un corredor en cuya camiseta puedo leer "Panda del Muro", que son un club de corredores de Hortaleza, y recorto algunos metros con otro corredor que va por delante de él. Llegamos a una glorieta que bordeamos por su parte derecha y el perfil vuelve a ponerse llano en la calle Villablanca. Se trata de una calle infinita y salpicada de rotondas, así como también de público, ya que es el tramo donde parecen agruparse mas espectadores.

En esta calle recibo los ánimos de toda la familia que allí se encuentra apostada, cruzo las manos con los mas pequeños que ilusionadamente me la ofrecen y aprovecho para quitarme los guantes que a estas alturas ya me van estorbando. Una vez completada la citada calle Villablanca, empiezo el que será el segundo giro al mismo recorrido, pero ahora ya buscando la línea de meta.
Comenzando la segunda vuelta.
 
En el segundo paso por el tramo de Paseo de los Artilleros y calle Villardondiego, me encuentro un poco mas cómodo, y ello me permite separarme un poco de algún perseguidor y tomar unos cuantos metros de ventaja, metros que mantengo durante toda la segunda pasada por la calle San Cipriano, e incluso en el tramo de la bajada por Gran Este, donde puedo ver claramente que, tal y como pensaba, Rober va en primera posición y no se le va a escapar la victoria, ya que la distancia que le separa del segundo es ya insalvable. Tras un segundo giro de ciento ochenta grados toca volver a subir el único escollo en forma de cuesta que tiene esta carrera. Aquí las pulsaciones noto que se me disparan y alguien desde una acera me canta que voy en el puesto número nueve. Completo con bastante esfuerzo el tramo de subida y tras unos cuantos metros que me doy de tregua para recobrar el aliento, intento acelerar un poco la carrera para completar el último kilómetro.

Por detrás de mi oigo la agitada respiración de un corredor que me está dando caza, y por delante llevo a dos corredores a escasos diez segundos a los que podría dar alcance si mostrasen algún signo de debilidad, por lo que voy con las "orejas tiesas" y sin quitarles el ojo de encima.

Paso la última rotonda de la carrera y una voz desde el público me canta que soy el séptimo clasificado, ¿como?, aquí hay algo que no entiendo, hace unos cientos de metros me acababan de decir que iba noveno, y sin haber adelantado a nadie resulta que ahora soy el séptimo, aquí alguien suspendió en matemáticas. El caso es que queda muy poco para terminar la carrera y por lo único que podría luchar sería por la clasificación de veteranos, pero sé que esto es imposible ya que Rober que seguro va a ganar, es veterano también, y algunos de los corredores que veo a lo lejos, y a los que me es imposible llegar, son también bastante maduritos. De todos modos en los últimos metros, y antes de llegar al Polideportivo pruebo a dar un cambio e intentar acercarme al corredor que llevo delante, y consigo recortarle algunos metros. Entramos en las entrañas del Polideportivo y ya pisando sobre el tartán visualizo a toda mi familia en la grada a quienes devuelvo las palmas que me dedican. He dejado de esprintar al ver que el corredor, del Club de Atletismo Clínicas Menorca, que me precedía se ha percatado de mi ataque y también a incrementado su ritmo, quizás de haberlo intentando un poco antes hubiera tenido un mejor desenlace, pero lo cierto es que llego justo detrás de quien al final me enteré sería el tercer clasificado de la categoría de veteranos.

He parado el crono de estos ocho kilómetros en 28:39, llegando a meta bastante entero para lo que suele ser habitual en estas carreras tan cortas y agónicas, que no son las que mas se ajustan a mi forma de correr, pero contento por despedir el año corriendo y sobre todo junto a familiares y amigos.

6º Gral. y Medalla de Chocolate en veteranos
 

Escasos segundos después llega Juan completando una fantástica carrera que a la postre le daría acceso al podium, donde se encaramó al segundo peldaño en la categoría Senior, recibiendo por ello un trofeo que así lo acredita y que se ha ganado a pulso con su esfuerzo y sacrificio, ENHORABUENA JUAN.
Juan con su merecido trofeo.
Tras él llegaría mi cuñado Alejandro, luego Manu, Pablo y por último Vicen. Una vez todos juntos arropamos a Juan en la recogida de su merecido trofeo y tras las fotos de rigor nos deseamos feliz salida y entrada de año y nos despedimos.

Bolsa Corredor San Silvestre Vicalvareña 2013
 

Una vez mas los naranjitos "pillaron" trofeo.
 
 
FELIZ AÑO 2014 PARA TODOS !!
 Tras la carrera, y junto a mi familia, nos fuimos de botellines y estuvimos tapeando y celebrando el último día del año por Vicálvaro hasta cerca de las nueve de la tarde, donde dimos por terminada la San Silvestre Vicalvareña 2013 y nos fuimos a despedir como se merece el final del año con una buena cena de Nochevieja con sus correspondientes uvas.
De botellines con la familia
Lo mejor de la San Silvestre Vicalvareña: Las "Mahou 5 estrellas"
 
La próxima carrera será el II Trail del Serrucho en el pueblo de Alalpardo, que ya será una distancia algo mas larga.
 
Salud para tod@s.

 

2 comentarios:

Antonio Perea dijo...

Hola, Alex!

Feliz 2014 ante todo. Me alegro que hayas retomado puntualmente la actualización del blog porque es señal de que estás bien de motivación jeje. También espero que hayas superado tus problemas de cadera que tanta guerra te han dado y que puedas tener un gran año atlético.
Ya te he dicho en el blog que me gustaría poder llevar tantos años con el buen nivel que siempre tienes.
Un saludo y enhorabuena por ese sexto puesto, está muy bien!

yonhey dijo...

Dándole zapa como siempre, disfrutando antes, mientras, y después con esos buenos botijos bien acompañado.
Me gusta mucho esa SS y estaba apuntado pero al final no estuve en Madrid y no pude correrla.
Un abrazo y feliz 2014