miércoles, 21 de enero de 2015

III TRAIL DEL SERRUCHO (23 Km. Alalpardo).




Por segundo año consecutivo hemos estado disfrutando de los caminos que discurren cercanos a las localidades madrileñas de Alalpardo y Valdeolmos. En esta ocasión mi cuñao Alejandro ha sido baja de última hora por una lesión y no ha podido acompañarnos, le hemos echado mucho de menos, lo cierto es que sin él queda todo un poco descafeinado, faltan sus bromas, sus chascarrillos y los ánimos que infunde siempre a todo el grupo.

A las ocho y media de la gélida mañana del domingo veinticinco de enero pongo rumbo a Alalpardo. En el coche voy desperezándome al ritmo que marca Rosendo en el CD, bajo un cielo muy gris y amenazante de nieve según todos los pronósticos. Cerca de las nueve ya tengo el coche aparcado y bien abrigado recojo en un periquete mi dorsal en el Polideportivo. Enseguida llegan Carlos y Pedro, y una vez retirados también sus dorsales, y como todavía es bastante pronto, decidimos dar una vuelta por las calles del pueblo.

Alex, Carlos y Pedro


Poco después llegarían mas amigos del Club de Atletismo Velilla de San Antonio ( http://clubatletismovelilla.blogspot.com.es/ ) y una vez todos juntos aprovechábamos para inmortalizar el momento.

La representación del C.A. Velilla en Alalpardo

Hace un frío que pela, por lo que retrasamos todo lo que podemos el momento de vestirnos de corto y empezar a calentar, y ya cuando no queda mas remedio empezamos a trotar poco a poco para ir entrando, en la medida de lo posible, en calor. Tomamos posiciones dentro de la plaza de toros, que es donde está situada la salida y la meta de esta competición, y con puntualidad británica a las diez y media, tras el corte de cinta protocolario, suena el cohete que da la señal del inicio de la carrera.
Momentos previos a la salida
Salimos cuesta arriba por la calle de Alcalá (ésta no es en la que la florista viene y va) para alcanzar una rotonda y girar a la izquierda embocando el camino de Serracines. La salida la hago muy, muy tranquilo, acompañando a mis compis Carlos y Pedro, y sin otro objetivo que ir poco a poco buscando sensaciones ya que últimamente hay días que me duele mucho la cadera y casi no puedo correr, y otros en cambio que apenas noto las molestias crónicas que tengo desde hace unos años en esa zona. Estos primeros metros son los únicos de todo el recorrido que corremos sobre asfalto, puesto que enseguida empezamos a patear los caminos con ciertas zonas embarradas y salpicadas de algún que otro charco. El grupo cabecero ya empieza a marcar las distancias con el resto de la paquetería, y vemos como metro a metro nos van metiendo tierra de por medio.
 
km.4
Como siempre, y pecando de pardillo, al pensar que al no haber habido lluvias recientes los caminos estarían secos (craso error) estoy corriendo con zapatillas de asfalto, que no son nada recomendables sobre todo para esta primera parte de caminos donde el barro ya empieza a formar una buena capa en su suela, haciendo que pegue algún que otro resbalón.
Y eso que no había llovido

Algunos tramos bastante embarrados..
En los primeros kilómetros vamos Carlos, Pedro y yo juntos, pero a medida que avanza la prueba Pedro se nos va descolgando poco a poco. En el cruce con el arroyo del Chorrito, ya vamos Carlos y yo solos, y después de un repecho cuando empieza una larga bajada noto que le cuesta seguir el ritmo también a él. Bajo un poco el pistón y le animo a que siga conmigo, como así lo hace, es un super-crack.
 
Km.4 Con Carlos a mi estela

Km. 4 con Carlos

En la entrada a Valdeolmos superamos el arroyo de Calderón por encima de dos grandes y resbaladizas losas de granito, para patear un ancho camino cubierto por hojas en descomposición que, junto con el barro, hacen el firme muy resbaladizo.
 
Superando el arroyo del Chorrito
Sin entrar en Valdeolmos giramos a la derecha y volvemos a superar el arroyo, esta vez por encima de un angosto puente con dirección sur-este. Carlos sigue pegado a mi estela, y poco a poco nos vamos quedando solos él y yo. Por delante, y muy lejos ya, el grupo de los mejores se distingue en el horizonte, y entre ellos y nosotros un pequeño ramillete de corredores de unos cinco o seis buenísimos corredores de montaña, como por ejemplo Pedro Bianco, que puede preciarse de haber ganado en una ocasión el Gran Trail de Peñalara. Nosotros seguimos con nuestro ritmo intentando superar las interminables cuestas que salpican el recorrido de la manera mas digna posible, y aspirando igualmente a no tener que pararnos a caminar en ningún momento, resultando bastante complicado teniendo en cuenta los grandes porcentajes de desnivel en alguna de ellas.
 
Estado de los caminos
Pasado el cuarto kilómetro noto como a Carlos poco a poco le va costando mas trabajo mantener el ritmo, espero un poco con él con la esperanza de poder llevarle hasta un trío de atletas que nos preceden y del que nos separan una decena de metros escasamente, pero lentamente esa idea empieza a esfumarse tras comprobar que definitivamente Carlos se descuelga también. En vista que mi cadera parece querer respetarme hoy, decido tirar para adelante e intentar llegar hasta el trío que va por delante.

La mañana es de las mas frías que recuerdo, y voy helado, no en vano decidí salir sin guantes ni ninguna otra prenda de protección como hubiese sido lo recomendable, ya que soy de los que pienso que una vez en carrera luego sobra todo, pero hoy parece no ser así. Para hacerlo todavía mas épico, ha comenzado a nevar, cayendo sobre nosotros unos finos copos de nieve que por momentos se meten en los ojos, y algunos mas osados llegan penetrando por la boca casi hasta los mismos pulmones.
 
Algunos momentos de nevada.
Llegamos al avituallamiento del kilómetro seis y empiezo a estar cerca de los corredores que llevo delante, poco a poco consigo unirme a ellos y tras un respiro a su estela empiezo a irles adelantando poco a poco con mucha precaución por una zona en la que el barro vuelve a ser el protagonista. Me siendo cómodo e intento disfrutar todo lo que puedo de la carrera, que al fin y al cabo de eso se trata, de disfrutar y pasarlo bien. Una  vez dejo atrás a los tres corredores a los que di alcance, fijo la vista en otro super-crack como es Angel Silva, corredor del Alalpardo Running Team ( http://www.alalpardorunning.es/ ), organizadores de esta fabulosa carrera. Poco a poco le voy recortando distancia y cerca del décimo kilómetro ya estoy casi junto a él. En este lugar hay colocado un punto de avituallamiento, donde aprovecho para beber un vaso de agua que me ayuda a pasar un gel energético que acabo de tomarme. Es la primera vez que los utilizo y quiero probar como me sienta, ya que seguramente, y por primera vez en mi vida, los utilizaré en el próximo Maratón de Sevilla. La primera impresión es que parece que acabo de pegarle un trago a un bote de pegamento,  menos mal que con el agua consigo pasarlo. Recuerdo que el año pasado en este mismo puesto de avituallamiento había una bota de vino colgada y un hermoso jamón. De reojo compruebo que efectivamente el jamón sigue presente en este avituallamiento y no puedo resistirme a perder un poco de tiempo llevándome alguna tajada a la boca.
 
Lo mejor del avituallamiento.
 Después de estar un ratito parado en el puesto, vuelvo al lío. Tras un giro de noventa grados a la derecha y tomando dirección de nuevo a Alalpardo comienzo a correr por una recta larga e interminable. Por delante vuelvo a recortarle distancia a Ángel, quien se me había marchado unos metros en mi parada de avituallamiento. Una vez junto a él le envío mis ánimos, que son gratamente correspondidos, grande Ángel, como corredor y se nota también que como persona, es de estos que transmiten buen rollo desde el primer momento. Ahora por delante la distancia que me separa del siguiente atleta la considero ya muy difícil de solventar, por lo que decido seguir a mi ritmo lo que queda de carrera intentando disfrutarla al máximo.
 
Km. 14

Km. 14

A ratos nieva, y a ratos no, estamos corriendo por uno de los pocos tramos podríamos decir “llanos” ya que aunque es casi inapreciable, lo cierto es que pica para arriba. Aprovecho para simplemente dejarme llevar y disfrutar de estos parajes que nos muestran su gama de colores invernales. El camino no está demasiado embarrado y se puede correr mas o menos bien, teniendo un poco de precaución con algunos surcos que lo jalonan, pero un poco mas adelante empieza a poblarse de pequeñas piedras y guijarros que lo hacen un poquito mas difícil. Después de algunos kilómetros llegamos nuevamente al cruce del arroyo del Chorrito para una vez atravesado correr paralelos a él durante unos cuantos metros por un camino muy arenoso que hace que los pies se hundan bastante y cueste trabajo el conseguir una zancada cómoda. A parte de la dificultad de la arena tan suelta, se suma también el que el tramo es en subida progresiva hasta alcanzar el avituallamiento del kilómetro dieciséis, donde tras un buchito de acuarios giro a la izquierda y encaro una fuerte rampa que casi me saca el corazón por la boca.

Superada la rampa comienza una zona de toboganes, donde son mas las subidas que las bajadas, hasta coronar y abordar una larga cuesta abajo camino nuevamente de Valdeolmos. Llegados al pueblo volvemos sobre nuestros pasos atravesando nuevamente las losas de granito sobre el arroyo de Calderón.
En Valdeolmos sobre hojarasca resbaladiza

 Por delante llevo a tres corredores a los que me la impresión de haberles recortado algo, pero no lo suficiente como para poder intentar llegar hasta ellos, aún así uno de ellos parece descolgarse y acusar el cansancio a estas alturas de competición.
 
Disfrutando de la carrera

Me lo pasé pipa..

Con ritmo sostenido sigo sumando kilómetros, ya quedan pocos para terminar, y en el último paso por el cruce del arroyo del Chorrito ya estoy casi encima del corredor que se ha ido quedando del trío delantero. En vista que queda muy poco para terminar decido subir el ritmo y darle caza, no va a resultar fácil porque el camino vuelve a convertirse en una pista de patinaje debido al barro, por lo que intento, en la medida que los arbustos que lo flanquean lo permiten, ir pisando por la hierba que aflora en los márgenes.
 
Km. 20 que pena que esto se acabe..

Km. 20 con ganas de mas.

En unos minutos llego hasta el atleta que tenía en el punto de mira, y al rebasarle le doy ánimos para terminar ya que la meta está cerca, él me comenta que lleva mucho dolor en uno de sus gemelos. Tras unos cientos metros encaro el último tramo de la carrera pisando nuevamente el tramo de asfalto ya por las calles del pueblo. Ahora la calle Alcalá se muestra mas generosa al ofrecerme su perfil en bajada que me introduce de lleno en el coso taurino donde chocando las manos de los mas pequeños que se agolpan en su entrada finalizo la prueba pisando el albero.
 
En meta chocando las manos de los peques..
Enseguida puedo saludar a un fantástico corredor que ha obtenido el segundo puesto de la categoría absoluta y al que conozco de hace bastantes años, es Francisco Martínez Fernández, un super-clase dentro y fuera de las competiciones.

El avituallamiento en la zona de meta es muy generoso, con caldo caliente, refrescos, frutos secos, frutas, chocolates, pizzas, etc..  repongo un poco de las fuerzas que me he dejado por el camino y enseguida llega mi compañero Carlos. Recogemos la bolsa del corredor, con camiseta técnica y manguitos para los brazos, y mientras charlamos en un santiamén aparece Pedro también, otro ejemplo de fuerza de voluntad, tesón y clase.
 
Parte del avituallamiento en meta.
Sin mas demora, ya que nos estamos quedando congelados, nos vamos a abrigarnos y volvemos poco después al Polideportivo donde ya están expuestas las clasificaciones.

A partir de ahí llegaría la entrega de trofeos, no sin antes haber formado una cadena humana para trasladar, desde las entrañas del Polideportivo hasta la furgoneta situada en la puerta los muchos kilos de alimentos que solidariamente los participantes hemos ido aportando en el día de hoy.
 
recogida de alimentos

Cadena humana para sacar los alimentos del Polideportivo.

En la entrega de trofeos comparto podium de veteranos con Francisco Fernández, y aprovechamos para darnos un emotivo abrazo, gente como él son las que hacen que este mundo de locos del atletismo merezca la pena.
 
Abrazando a un CAMPEÓN !!"
Podium de Veteranos

Trofeos muy chulos

La organización todavía tendría tiempo de agasajarnos con una fantástica paella, ¿Qué mas se les puede pedir?.
 
Buena pìnta ¿eh?..
Como conclusión se puede decir que una vez mas los organizadores del Trail del Serrucho han superado con creces las expectativas de cualquier corredor popular. Se nota que es una carrera elaborada con un cariño especial hacia los corredores, hecha por y para ellos, y es por ello por lo que es de justicia agradecer desde estas líneas todo su trabajo y esfuerzo porque un año mas hallamos podido disfrutar de ella, llevándonos como siempre un gran sabor de boca. Si las lesiones y el cuerpo lo permiten allí estaremos nuevamente al año que viene.
 
Clasificación
Salud para tod@s.

3 comentarios:

Antonio Perea dijo...

Eres un fenómeno, muy buena carrera. La pones tan bien que dan ganas de apuntarse... de vivir en Madrid fijo que caía jeje.

Por cierto, te veo en Getafe el domingo, a ver si nos sale bien :)

Un abrazo.

Alex dijo...

Apuntado estoy, espero poder correrla ya que estoy con gripe...

Un abrazo.
Alex.

yonhey dijo...

Enhorabuena por ese podio, me encanta esa carrera, este año estaba apuntado también pero me caí a última hora por compromisos familiares. Desde luego es una organización buenísima.
Un abrazo.